Tras la aprobación del Parque Industrial 2 y la torre de 35 pisos en Alem llegó el duro número de la pobreza. Coqueteo del PRO y los libertarios. Raverta, incómoda en la interna pero decidida a ser concejal.
Por Ramiro Melucci.
La Mar del Plata de la desocupación en baja es la misma que tiene a casi la mitad de sus habitantes por debajo de la línea de la pobreza. La Mar del Plata que se abre a las inversiones es la misma que ve emerger un reclamo de emergencia alimentaria. La Mar del Plata del “pleno empleo” en la construcción y el récord de metros cuadrados construidos es la misma que tuvo más de 2000 despidos en lo que va del año. La Mar del Plata que empieza a generar un segundo parque industrial es la misma donde no paran de disminuir las ventas comerciales.
La política doméstica se mueve sobre ese mosaico ambiguo y contradictorio. Conviene tenerlo claro para no dejarse confundir por discursos que van del blanco al negro sin pasar nunca por el gris. De la misma forma debe contemplarse que lo que hace o deja de hacer un municipio puede mejorar o empeorar la situación, pero no cambiarla de raíz. Dicho de otro modo: no es el intendente el que baja la desocupación por sí solo ni es el responsable del dramático número de la pobreza que difundió el Indec.
Pero una cosa alimenta a la otra. El desafiante posteo del jefe comunal por los datos del desempleo (“cuéntenla como quieran”) fue el combustible que encendió flamígeros planteos sobre la pobreza.
En medio de las dicotomías, Guillermo Montenegro se encolumna con un Gobierno nacional que va dejando de encandilar pero sigue con la imagen alta. La línea divisoria que trazó hace tiempo es la que aún sigue marcada en el suelo. De un lado quedaron él y sus socios; del otro el kirchnerismo y los suyos, aunque todas las sociedades estén en tensión permanente.
Al izar las banderas del modelo libertario, el intendente logró que hace tiempo no se escuchen cuestionamientos provenientes de La Libertad Avanza. Por más controvertidas que sean, las iniciativas del Ejecutivo empiezan a tener 15 y no 13 votos. Los dos concejales libertarios le devuelven en el recinto lo que Montenegro cultiva en los medios y las redes. Mientras, los dirigentes partidarios del PRO y LLA coquetean en seminarios políticos y comparten experiencias sobre diseños de campaña.
Esa amplia mayoría de 15 votos fue la que respaldó el bar del gin en el predio lindero al Faro de la Memoria (ahora judicializado) y la que acompañó la habilitación por excepción de una torre de 35 pisos en Alem y Falucho. El bloque del intendente defendió la iniciativa como un símbolo de “la ciudad del sí”, pero las duras críticas que recibió y el raudo tratamiento legislativo al que lo sometió hacen sospechar que causó malestar en una zona de la ciudad que no dudó en votarlo una y otra vez.
La manzana en que se construirá la torre de 35 pisos.
La bancada libertaria no necesitó pedir la palabra para brindar su apoyo. Colaboró con el adelantamiento de un día de la comisión de Hacienda (presidida por Cecilia Martínez) para que el proyecto consiguiera el plazo suficiente para ingresar en el orden del día de la sesión del jueves. El bloque radical, que había impulsado que las compensaciones fueran al arreglo de la Rambla, tampoco habló durante el tratamiento en el plenario. Reflejo de que eso no sucederá y de que el gobierno municipal determinará a su criterio adónde destinarlas.
Antes de la aprobación de la torre el oficialismo ya había presentado a la jornada como “histórica”. Lo hizo en alusión a la adecuación normativa para la generación del Parque Industrial 2 en el predio lindero al actual. La zona quedó destinada a la localización exclusiva de usos industriales, de depósito y de transporte de insumos. Un paso necesario si se pretende ampliar la oferta de tierras para establecer fábricas.
“No es un día más. La ciudad del sí tiene que ver con eso: un municipio que abre sus puertas, que quita trabas y burocracia, que trabaja con los privados para el crecimiento de Mar del Plata y Batán”, clamó desde su cuenta de X el concejal Agustín Neme en el rol de intendente interino por la licencia de cuatro días de Montenegro. Pero no hubo tiempo para ninguna fiesta porque unas horas después sobrevino el crudo dato de la pobreza: más de 300 mil marplatenses no logran satisfacer necesidades alimentarias y no alimentarias esenciales y a más de 85 mil no cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de alcanzar un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas.
Hace tiempo que la foto social cambió: tener empleo no es sinónimo de no ser pobre. De allí que celebrar el índice de la desocupación disociado de la pobreza es hacer un recorte demasiado arbitrario de la realidad.
Antes de la publicación del Indec, la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias, conformada por la Iglesia y organizaciones sociales, ya se había encargado de otorgarle un contexto. En el proyecto que presentó en el Concejo para declarar la emergencia alimentaria advirtió que las entregas de comida de la Municipalidad para las familias más vulnerables “finalizaron de manera definitiva”. El bloque de Unión por la Patria arrimó enseguida el dato de que el municipio sólo invirtió en alimentos para ayuda social “el 15% de los fondos presupuestados para todo el año”. No hubo respuesta.
Hace tiempo que la foto social cambió: tener empleo no es sinónimo de no ser pobre. De allí que celebrar el índice de la desocupación disociado de la pobreza es hacer un recorte demasiado arbitrario de la realidad.
La administración de Montenegro prefiere abordar otras discusiones. Mientras la torre de Alem dominaba la agenda, despabiló el expediente del concejal Guido García, de la Coalición Cívica, que desregula la llegada de grandes superficies comerciales. El secretario Legal, Técnico y de Hacienda, Mauro Martinelli, envió un informe a la comisión de Industria favorable a la modificación de la ordenanza 18.788, la que entre otras cosas establece el requisito de que haya como máximo tres supermercados por cadena de distribución.
Con ese informe en la mano el interbloque oficialista prevé avanzar en el tratamiento del proyecto, lo que abrirá la puerta para una nueva controversia con la UCIP. El problema es que hay una ley provincial que dice lo mismo que la ordenanza que se pretende modificar: que en las poblaciones de más de 300 mil habitantes no puede haber más de tres locales de una misma cadena. Con lo cual, en el Concejo podrá escribirse lo que pretenda el oficialismo vernáculo, pero aún quedará en pie la norma bonaerense. El PRO lo sabe, por eso ya propuso una modificación en el Senado bonaerense.
Así como Montenegro y los libertarios de Mar del Plata empiezan a coincidir más seguido, en la oposición también hay movimientos. Gustavo Pulti defendió el Régimen Provincial de Inversiones Estratégicas en la Cámara de Diputados bonaerense, donde se aprobó el miércoles, y dio una nueva muestra de alineamiento al gobernador Axel Kicillof.
A su ex socia electoral, Fernanda Raverta, la deja en un lugar incómodo la interna entre el mandatario bonaerense y Máximo Kirchner. Mantiene un buen vínculo con Kicillof, pero no asistió al principal acto que realizó en la quinta sección electoral (el de Santa Clara). En cambio, escuchó y aplaudió al jefe del PJ bonaerense en el Club Atenas de La Plata.
Alejada de los primeros planos y convencida de que la disputa interna no terminará en ningún quiebre, la ex titular de Anses ahora se prepara para volver: quiere encabezar el año que viene la lista de concejales.
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