El conflicto que explotó en los últimos meses con la selección y la CABB era una cuestión de tiempos. Orígenes, protagonistas y datos increíbles de una novela que todavía no tiene un final claro.
Si hubiese que clasificar al conflicto que ocurre hoy con la selección y la CABB, podría decirse que es un conflicto bien argentino. Un proceso largo, que termina por explotar quizá en un momento inadecuado, a días del comienzo del Mundial, y donde, en principio, el cortocircuito y el poco diálogo están ocupando un lugar central.
¿Cuándo empezó todo esto? Hace mucho, muchísimo. Pero lo que al principio fueron reclamos del tipo mejores condiciones de viajes, de entrenamientos, de hotelería, pasó a convertirse hace ya bastante en otro reclamo, más complicado: blanquear la economía de la CABB ante situaciones demasiado visibles por parte, básicamente, de su presidente, Germán Vaccaro.
Mientras muchos festejábamos y disfrutábamos el oro en el Preolímpico de Mar del Plata, en el 2011, se podría decir que empezó la movida que hoy llegó a su punto de ebullición. De ese torneo, de hecho, data parte de la deuda que existe hoy con los jugadores y cuerpo técnico.
En el 2012, tras pedirle a Vaccaro por primera vez una auditoría, los jugadores se cruzaron definitivamente de vereda. Cortaron la relación con el presidente e incluso no permitieron que los visitara en la Villa Olímpica. Vaccaro incluso implementó un premio por llegar a semifinales que le permitió acceder por única vez al vestuario. No fue casualidad entonces que Vaccaro tampoco viajara al Premundial de Caracas 2013 ni acompañara a Lamas en sus visitas a los distintos jugadores.
La temperatura de la situación fue subiendo cada vez más ante la actitud dirigencial de no resolver ninguno de los planteamientos que ellos hacían. Y en febrero de este año empezó el armado del golpe final. Liderados por Scola, en abril, el grupo de los 5 (Scola, Ginóbili, Prigioni, Nocioni y Delfino), le dijo a Carlos Espínola, el secretario de deporte de la Nación. “Si Vaccaro sigue al frente de la Confederación Argentina, no solamente no vamos a jugar el Mundial, sino que tampoco jugaremos más para la selección”. Espínola convocó a Vaccaro a una reunión, sin que el entonces presidente de la CABB supiera la razón. Allí, palabras más, palabras menos, lo intimó: “Te tenés que ir”. Vaccaro dijo que lo iba a pensar. “No entendés, te tenés que ir”, le repitió Espínola. El 29 de abril, Germán Vaccaro renunció a la presidencia, argumentando los (reales) problemas de salud de su esposa. Entonces empezó otra historia.
Ante la renuncia, quedó a cargo Ricardo Siri, un empresario chaqueño, exjugador, vicepresidente hasta entonces, que intentó manejar la transición. Aquí las aguas se dividen. Para algunos, era el hombre indicado para llevar el timón hasta el 2016, porque si bien había estado como vice de Vaccaro, no lo involucraban en el manejo económico de la CABB. Pero para otros (los jugadores), equivocó rápidamente el camino, al convocar una auditoría externa en la que se propuso al estudio Baiardi y Asociados, uno de cuyos integrantes (José Méndola), había sido síndico de la Federación Capital durante la gestión de Carlos Henault, directivo de CABB con Siri.
Siri asegura que no quiso imponer a nadie y que, de hecho, Baiardi no podía hacer la auditoría porque los plazos que pusieron para que estuviera terminada (30 de setiembre), le impedían cumplir a esa firma. Y entonces se eligió a Goldemerg, Saladino, Hermida, Rolando y asociados, que había sido una de las acercadas como potable por la Asociación de Jugadores.
Esa actitud de Siri terminó siendo el comienzo de su fin. Los jugadores dejaron de creer en él. Como todo fue en medio de una vorágine, los hechos se sucedieron uno atrás del otro: se definió la Asamblea para definir nuevo presidente para el 8 de julio. Siri era uno de los candidatos.
A todo esto, un grupo de dirigentes, con el santafesino Foradori y el porteño Borro como caras visibles, armó una lista opositora y eligió al santiagueño Daniel Zanni como candidato. Zanni, presidente de la Federación de Santiago y, a su vez, subsecretario de deportes de la provincia, tenía buena llegada a la Confederación Argentina de Deportes, entidad cuyo fin es "ser el vehiculo que logre la unión de la Comunidad Deportiva, colaborando y apoyando los intereses comunes de aquellos que la integran", tal como reza en su web.
La CAD es presidida por Víctor Santa María, que a su vez es el número uno del gremio de los porteros y posibilitaba la herramienta económica para que Zanni entrara en la CABB con posibilidades de solucionar algunos problemas urgentes.
Sin embargo, todo indicaba que Siri tenía mayoría para ganar la presidencia. De 25 votos, supuestamente tenía 15, pero el 8 de julio, dos que iban a votarlo no fueron (Salta y la AdC), uno que iba a abstenerse votó a Zanni (Buenos Aires) y otros tres se le dieron vuelta sorpresivamente (La Rioja, San Luis y San Juan). Zanni ganó 12-10 y fue elegido nuevo presidente. En la "cambiante" actitud de algunas de las provincias, muchos vieron la mano en las sombras del propio Vaccaro, conocedor como nadie de las miserias federativas.
Una de las primeras decisiones de Zanni fue cancelar la auditoría de Goldemerg, Saladino, Hermida, Rolando y asociados, porque salía 120.000 pesos y él conseguía una de la CAD gratis. Y reconoció la deuda de 5 millones de pesos, no documentada, con los jugadores. Por el resto de la deuda argumentó que se conocería con la auditoría. La gestión anterior, en una investigación interna, había descubierto 23 millones de pesos de deuda global.
En este punto, los jugadores quedaron en una posición incómoda. Habían logrado bajar a Vaccaro, le quitaron el apoyo a Siri, pero la persona que habían elegido para candidato a presidente (el cordobés Mario Ontivero), ni siquiera se había presentado a la elección, porque no tenía votos como para ganar y, además, porque venía de renunciar de forma indeclinable como consejero.
La cuestión se puso espesa cuando en la Confederación, los propios empleados vieron cómo la CAD prácticamente tomaba el manejo administrativo. Zanni, sin resolución del consejo directivo, le pidió a la CAD asistencia financiera, la auditoría y le cedió derechos de cobro, a través de escribano público, por 916.000 pesos, supuestamente como compensación por el dinero que la CAD puso de entrada para pagar el viaje al Sudamericano y demás. Muy extraño.
Los jugadores sintieron entonces que solo se había dado un cambio de figuritas. La única modificación en la dirigencia había sido la partida de Vaccaro y el ascenso de Zanni. Los demás seguían todos y la famosa auditoría se dilataba, y desconfiaban de una hecha por la CAD.
Scola fue la voz lógica que salió a fijar posición: "Esta CABB no me genera nada. No quiero ser cómplice de algo tan turbio. Ese es mi derecho. Si no juego el Mundial, será por culpa de una gestión horrenda. Y será una desilusión, porque hace 15 años que estoy en la Selección Mayor, donde la paso bien y me encanta estar. La situación empeoró porque apareció una interna gigante. No entiendo por qué se desesperaron por el sillón de presidente. La interna fue feroz, sin pensar en un proyecto y en nuestros pedidos". Rápidamente salieron a respaldarlo, entre otros, Manu Ginóbili y Pablo Prigioni, aunque el grupo se mostró siempre compacto y unido.
Con ese panorama, el jueves a la noche se juntaron para comenzar la concentración mundialista, pero con la amenaza latente de no jugar. Esa era la imagen. Sin embargo, en el medio, evidentemente alguien intercedió para bajar unos decibeles la situación y, en la conferencia de prensa del viernes 25, Scola de alguna manera le derivó el manejo político del conflicto a Camau Espínola, el secretario de deporte y presidente del ENARD. Las chances de renuncia, en principio, quedaron en un segundo plano, aunque no descartadas.
Espínola habló con Básquet Plus unas horas más tarde. Muy medido, no dio grandes definiciones del plan a seguir, pero entre líneas quedó bastante claro que la posibilidad de que, a la larga, sea factible una intervención de la CABB. El no puede hacerlo como funcionario, pero si la situación, como parece, no se destraba, no parece haber otro camino.
Hasta aquí, es lo que hay. Las preguntas son infinitas. ¿Tenían los jugadores el derecho de presionar por cambios en una entidad? Para algunos, no. Para nosotros, sí, porque le pusieron el cuerpo y mucho coraje a una situación de la que tranquilamente podrían haberse desentendido. ¿Quién podría haberles reprochado algo? Son intocables, dieron todo, consiguieron los mayores éxitos de la historia del deporte argentino y jamás fueron parte de un escándalo. ¿Podrían haber manejado mejor algunas situaciones? Seguramente, pero el ámbito político no es su fuerte. Hicieron lo que pudieron, lo mejor que pudieron, como les salió. Siempre con buenas intenciones. ¿Se equivocó Siri con el manejo de la auditoría? Sí. ¿Era lo mismo Siri que Vaccaro? No. ¿Es lo mismo Zanni que Siri? No.
La pelota ahora está en manos de Espínola y de la CABB. Parece difícil pensar que desde la Confederación surja la solución. ¿Cómo hacer para garantizar profesionalismo, honestidad y transparencia en una semana? ¿Nombrando un gerente administrativo? La auditoría, que finalmente hará la UBA, estará recién después del Mundial. ¿Y antes? Se denunció que dirigentes de la actual CABB se llevaron los libros de Actas y contables de las oficinas. Si es cierto, suena a locura.
¿Cuál es la solución viable? Todavía, no aparece a la vista
Algunas de las historias increíbles de la economía de la CABB
* FIBA debía mandar 20.000 euros para cubrir parte de los gastos para el Mundial. CABB hizo que ese dinero se girara a una cuenta en Hong Kong. Nadie sabe dónde está el dinero. O, mejor dicho, sí. En Hong Kong, en una cuenta desconocida.
* Por el partido contra España del 25 de agosto, Argentina cobraría 75.000 euros. CABB cobró 50.000 en tickets (los otros 25.000 los cobró la agencia oficial Hub Travel, también en tickets) para el Mundial que vendió a través de una agencia de turismo (Jusanju) propiedad de la esposa de Vaccaro, o mejor dicho, de sus suegros. Los tickets se vendieron, pero el dinero nunca ingresó formalmente a CABB. Al menos, no hay registros de eso. De hecho, los tickets tampoco se entregaron y los dueños de Hub Travel viajarán en los próximos días a España para buscarlos en persona, ya que están en poder de la Federación Española.
* Jusanju SA se creó en agosto del 2005 entre Héctor Feliú (74 años en ese entonces) y Aidé Tobal (65), padres de Sonia Feliú, esposa de Germán Vaccaro. Su objetivo como sociedad: Representación de Deportistas y/o Artistas, como así mismo la promoción y/o realización de eventos deportivos, tanto en el órden extranjero como nacional.- Compraventa de derechos federativos y/o económicos de toda clase de deportistas. En los últimos 45 días, Jumanju SA tuvo algunos problemas: 9 cheques rechazados por un total de 214.120 pesos, de los cuales sólo se levantó el primero de ellos, de 37.500.
* La Federación de Capital le dio a CABB cinco cheques por 200.000 pesos cada uno ($1.000.000) por los la inscripción de sus jugadores federados del 2014, como pagan todas las provincias. A la CABB ingresaron solo 3. Nadie sabe qué pasó con los otros dos.
* Dentro de las deudas que encontraron en la primera auditoría interna, estaba una financiera (cueva) del microcentro porteño. La deuda era (es) de 3.750.000 pesos. Se pidió dinero prestado y luego de fueron pagando solo intereses con cheques de la CABB. ¿Dónde está ese dinero o para qué se usó? Nadie lo sabe. Aquí surge otro tema clave. El tesorero de la CABB, el formoseño Gerardo Montoya, ¿no firmó ninguno de los cheques que se entregaron a la financiera? ¿Nunca vio nada?
* Otro acreedor especial que apareció en la auditoría fue Rubén Labarere, presidente de la Federación de La Pampa, que a su vez es dueño de una "financiera", que también le había cambiado cheques a CABB.
* La CABB cobró por adelantado la totalidad de lo acordado para el 2014 con Proenter (empresa que comercializa a la selección), como así también la totalidad del proporcional del sueldo de Julio Lamas que paga esa misma empresa. El dinero no se sabe dónde está y, obviamente, Lamas no cobró.
Fabián García
fabiangarcia@basquetplus.com
En Twitter: @basquetplus
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