No se puede disfrazar todo el tiempo una realidad que es escandalosa. Inclusive cuando es palpable y está a la vista de los miles de pacientes y ciudadanos que se atienden a diario en el Hospital Interzonal “Oscar Alende”.
Hace unos días en declaraciones al programa “El Día D”, la directora del HIGA, Susana Gómez, manifestó una serie de afirmaciones que no cayeron bien entre los que todos los días tratan de sacar adelante un hospital que no solo se cae a pedazos en su parte edilicia, sino que se nutre de promesas incumplidas y múltiples problemas que dejan al desnudo la precariedad en la que trabaja el personal de dicho nosocomio y el sistema de salud actual.
Desde mdphoy.com decidimos hacer una especie de interrogatorio entre las partes. No se imaginen un ring y los contendientes dentro del cuadrilátero, sino como en todo debate, solo buscar la verdad a través de las palabras, de las sensaciones. No se trata de un juego, sino de vidas humanas. No podemos evadir una problemática que dejó de ser complaciente para transformarse en peligrosa.
La directora del establecimiento Dra. Susana Gómez, en uno de los comentarios vertidos en el popular programa local, con respecto a la participación del gobierno provincial para con el hospital expresó: “está llegando el equipamiento y hay otros que todavía lo estamos esperando. Hemos recibido desfibriladores, equipos para cabeza y cuello, monitores, se cambió el tomógrafo hace 2 años y medio. Se está constantemente con un plan de inversión”.
En contrapartida el titular del CICOP, Dr. Alejandro Loreti, reveló que “no existe un plan de reequipamiento de ninguna manera. Es muy cierto que hace dos años que se cambió él tomógrafo pero no llegaron los monitores para cardiología, no disponemos de endoscopias altas, faltan todo tipo de insumos permanentemente al igual que medicamentos”.
La directora también hizo mención a sus dos mandatos al frente del nosocomio: “Estuve en la década del 90 y había 300 camas y hoy hay 300 camas. Ese es uno de los problemas que existen. La población crece, la complejidad y el abordaje de las enfermedades también”. Y agregó que “tenemos la terapia intensiva más grande de provincia de Buenos Aires”.
Sin embargo el Dr. Loreti reparó en un punto interesante; “Si estuvo tanto tiempo al mando del establecimiento, y existen la misma cantidad de camas, es debido a una significativa falta de inversión por parte de la autoridades correspondientes”.
Gómez se mostró convencida a la hora de señalar que “Trabajamos todos las mañanas desde la dirección, aproximadamente 3 horas con los jefes de servicio para ver a que paciente se le puede dar el alta y de esta manera que ingrese otro que está en la guardia en forma permanente y en espera”.
No obstante el titular del CICOP aclaró que “las altas de los pacientes son “expulsivas”. El servicio es precoz y al no haber camas se los mantiene en camillas en la zona de la guardia de la mejor manera que se pueda”.
La directora del HIGA, en lo que respecta al personal sostuvo: “creo que nos falta muy poco personal. Ahora están nombrando más gente para limpieza, vigilancia y algunos administrativos”. Y añadió que “En los últimos tres años el hospital aumentó su personal con 320 personas más. Recuerdo que en la década del 90 tenía 170 enfermeras y en este momento son 330, de las cuales 130, entraron en los últimos tres años. Esto gracias al gran esfuerzo de la provincia para que podamos estar mejor”.
A lo que Loreti replicó que “el personal que se suma es el no profesional. No se cubren las bajas que se dan en los servicios y la demanda es cada vez mayor”.
Por otra parte la Dra. Gómez hizo hincapié en la superpoblación de personal para con el lugar: “El problema es que estamos cada vez más apretados para trabajar en los mismos metros cuadrados que hace un tiempo. El nosocomio tendría que tener más dimensión ya que casi todas las oficinas tienen más personal”.
Rápido de reflejos, el facultativo enunció: “el edificio no está acorde de ninguna manera a la necesidad médica de hoy en día pero para nada tiene que ver el personal, todo lo contrario”.
La máxima autoridad del HIGA no pasó por alto el tema infraestructura y reveló: “reciclamos un sector, un medio piso, ese es el proyecto general de internación del lugar”. Y continuó: “Estamos viendo, ya que estamos comprando los materiales para reciclar el sector de la guardia, como hacer para no cerrarla y cambiarla pero no tenemos lugar donde ponerla”.
Contrariamente el Dr. Loreti subrayó que “es el cuarto piso, el mismo que estuvo tres años en reparación. Dos veces levantaron el embaldosado porque le habían puesto porcelanato y las camillas lo destruyeron, gasto y más gasto. Además no hay calefacción en sectores del hospital como por ejemplo en la mayoría del “C”.
En lo que concierne a los medicamentos oncológicos Susana Gómez dijo que “el programa de medicamentos o lo recibe el hospital o en su defecto el paciente. Se está normalizando la previsión de oncológicos en la provincia es uno de los programas más grandes que tiene la misma”.
No obstante Loreti declaró que “Para nada es así. Este tipo de medicamentos tienen un retraso de tres meses”. Y agregó: “Con estas drogas tratamos de otorgarles calidad de vida a los pacientes de esta manera se la negamos y es terrible para un enfermo grave”.
Para finalizar la titular del establecimiento esbozó sin ningún problema una frase que hizo ruido entre los trabajadores del establecimiento cuando formuló que “Es nuestra obligación dar respuestas en los medios”.
El Dr. Alejandro Loreti se aferró a la respuesta de la directora Gómez y concluyó: “Recorramos todos el hospital con los medios y veremos la realidad del mismo”. Y añadió que “En marzo pasado inspectores del Ministerio de Trabajo pertenecientes a la provincia de Buenos Aires llevaron a cabo una recorrida por el nosocomio y quedaron horrorizados por las condiciones de trabajo”.
Para el final solo una frase que denota el momento de un hospital que tal vez trascurra su peor momento. Y que más allá del esfuerzo de médicos y personal del establecimiento, se encuentra en ruinas, con miserias, inseguridad, falta de insumos, carencia de maquinaria, desprovisto de mantenimiento y sobre todas las cosas con una marcada falta de respeto a la vida por parte de los que deben hacerse cargo.
Como decía el poeta francés Jules Renard: “De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes”.
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