El llamado a licitación para otorgar la concesión del dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, que debe concretarse el año que viene, volvió a ser noticia en los últimos días. La novedad estuvo dada, en esta oportunidad, por la inquietud que ha generado en la administración Trump el renovado interés de empresas chinas por tener presencia en la mayor arteria de comunicación fluvial y de transporte de la región.
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Hay quienes aseguran que en la agenda del encuentro que mantuvo el mes pasado el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, con el presidente Macri, no estuvo ausente la cuestión de la participación de firmas chinas en áreas comerciales que son consideradas estratégicas por Washington, como es el caso de la Hidrovía Paraná-Paraguay, uno de los mayores sistemas navegables del planeta. Es que, según trascendió, la empresa Shangai Dredgign Company, también conocida por las siglas SDC, y su socia local, la argentina Servimagnus, especializada en tareas de dragado de puertos y canales navegables, están interesadas en participar en la licitación del dragado de la hidrovía. No son los únicos, es cierto. También mostraron interés dos empresas de Holanda y una de Bélgica, además de la unión transitoria que conforman la argentina Emepa y Jan de Nul, de capitales belgas, que son las que actualmente mantienen la concesión (aunque han surgido novedades que se comentan más adelante). Pero la empresa china SDC tiene algunas particularidades: pertenece al grupo China Communications Construction Company (CCCC), empresa líder en el rubro del diseño y la construcción de infraestructura para el transporte, y número uno en el mundo en equipos para dragado que, además, tiene un protagonismo clave en el megaproyecto del gigante asiático conocido como la nueva Ruta de la Seda que también tiene como objetivo a países de Sudamérica. En medio de la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, los asesores del presidente norteamericano Donald Trump no ven con buenos ojos la creciente presencia de intereses chinos en la región con inversiones en puertos, ferrocarriles, energía e infraestructura y, ahora, con el interés puesto en un corredor fluvial clave por donde circula un cuarto de las mercancías transportadas en el país. No hay que olvidarse que la hidrovía es, además, la mayor arteria de comunicación fluvial y de transporte para los cinco países que la comparten, es decir Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Por otra parte, el proceso de licitación para el dragado y balizamiento escribió un nuevo capítulo esta semana al conocerse la decisión de la empresa belga Jan de Nul de separarse de la argentina Emepa para presentarse sola al llamado. Directivos de la firma belga explicaron que el distanciamiento se debe a que el principal directivo de Emepa, Gabriel Romero, está involucrado en la causa de los cuadernos y confesó haber pagado coimas en 2010, por 600.000 dólares, para obtener la concesión hasta el año 2021.
Debe recordarse que el contrato de concesión también generó expectativas en el Chaco y la región, ya que se espera que incluya las obras de dragado y balizamiento del riacho de Barranqueras y asegure el mantenimiento adecuado de este corredor fluvial desde Santa Fe al norte. Sin embargo, las autoridades del puerto de Barranqueras expresaron su preocupación por la escasa participación que se está dando a los representantes del norte en la elaboración de los pliegos técnicos para el llamado a licitación y eso ha encendido las luces de alerta en la región. No es para menos. Lo que está en juego es un corredor que tiene un gran valor estratégico para el movimiento de cargas de las provincias del norte argentino, y en el caso del puerto de Barranqueras su ubicación aporta la posibilidad de operar también con acceso carretero y ferroviario, dos modalidades que sumadas al transporte fluvial agregan un plus a la terminal local. De manera que asegurar el calado necesario para el movimiento de los buques de gran porte que mueven la producción es fundamental para las economías regionales. De hecho, esto fue lo que se planteó en la última edición del Encuentro Argentino de Transporte Fluvial que se celebró en mayo pasado en Rosario, donde la provincia del Chaco planteó la necesidad de incluir el ingreso al puerto de Barranqueras en la próxima licitación.
Es de esperar que eso finalmente ocurra, dado que, en comparación con otras modalidades, el transporte de carga por vía fluvial tiene menores costos y es por eso que la competitividad de una economía depende también de la posibilidad de disponer, o no, de esta ventaja.
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