El Presidente inauguró en Los Cardales un hospital y allí recibió reclamos de un grupo que se quejó por el uso de agroquímicos; “Tenemos que aprender a hablar en voz baja”, dijo
Dispuesto a inaugurar el Hospital Modular de Los Cardales, el primero público en esa localidad de Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires, el presidente Alberto Fernández recibió reproches en medio del acto y aprovechó para hacer un pedido. “No hace falta maltratarnos más, hay que bajar los gritos”, sostuvo el mandatario durante su discurso.
Incluso, cuando comenzó, saludó a quienes fueron a quejarse por el uso de agroquímicos, en medio de los gritos que le impartían. Esta protesta se da luego de que el Gobierno confirmara el ingreso de Antonio Aracre, exCeo de Syngenta, como jefe de Asesores, el próximo 1 de febrero. “Gracias al compañero que está allá tan enojado, gritando también, gracias”, deslizó Fernández entre las bienvenidas.
En redes sociales circuló un video en el que se ve a un grupo de hombres y mujeres desplegar una bandera en las inmediaciones del nuevo centro de salud, que tenía pintado: “Basta de cáncer, paren de fumigarnos”.
Tras un repaso por las medidas de su gobierno, en un tramo en que buscó mostrar una impronta federal e igualitaria, en medio del conflicto con la Corte Suprema por la coparticipación, el Presidente retomó el tema de los reclamos que fueron a hacerle. “Escuchaba quejas por el uso de agroquímicos. Son temas que se debaten en el mundo, pero no es necesario hacerlo de ese modo”, introdujo.
“Tenemos que aprender, ahora que hay más silencio, a hablarnos en voz baja”, dijo el mandatario que envió así un mensaje político y siguió: “Hay que plantear nuestras diferencias en voz normal, sin necesidad de maltratarnos. Ya demasiado nos maltratamos como país, no hace falta maltratarnos más”.
Entonces, pidió “recuperar la convivencia democrática” y “convivir en la diversidad”, con una alusión a lo que ocurrió en Brasil el pasado domingo, cuando manifestantes bolsonaristas ingresaron por la fuerza al Palacio del Planalto, y a la sede del Supremo Tribunal Federal (STF) y del Congreso.
“No todos tenemos que pensar igual. Estoy seguro que el compañero que se quejaba por el uso de agroquímicos lo hacía honestamente, equivocado en modo, pero lo hacía honestamente. Tal vez haya que escucharlo, pero no hay que hacerlo de ese modo”, marcó Fernández, de vuelta sobre los reclamos que le cayeron, e indicó: “Hay que bajar los gritos y escucharnos un poco más”.
“No quiero que les hagan creer que somos un país de cuarta”
Después, volcó nuevas críticas al expresidente Mauricio Macri por sus dichos al respecto de que la sociedad argentina es “la más frustrada” de los últimos 70 años. “Me indignó mucho, sentí mucho dolor”, expresó Fernández sobre qué sintió cuando escuchó esas declaraciones.
“¿Frustrados? Por favor. Somos una sociedad increíble, un pueblo maravilloso. No quiero que los confundan y les hagan creer que somos un país de cuarta, que no tiene futuro. Tal vez somos el pueblo más resiliente del mundo, nos hemos puesto de pie una y mil veces”, destacó. Antes había dicho que durante el macrismo por las rutas argentinas no circulaban camiones “porque no había producción, ni trabajo”.
Tras asegurar que no “deja un segundo de pensar en la inflación”, Fernández buscó otra vez marcar un perfil activo en su gestión, sobre todo vinculado a la obra pública. “Algunos creen que el mercado todo lo arregla, otros sabemos que no es así, que las sociedades necesitan de un Estado que tienda la mano para hacer esto [por el hospital]. No lo vino a hacer el mercado. Esto no es un negocio, es una necesidad, es un derecho de ustedes; y el derecho de ustedes lo da el Estado, no los empresarios privados”, contrastó, en busca de marcar diferencias con la gestión de Cambiemos. Sin embargo, luego les agradeció a los industriales que colaboraron con la construcción del nuevo centro de salud.
Convencido de que su administración deja “los cimientos armados para que la Argentina crezca”, dijo: “Aprovechemos la oportunidad que tenemos cuando estamos haciendo los cimientos, seamos capaces de diseñar la casa del futuro. En esa casa seamos capaces de decirle al que insulta: ‘No hace falta que insultes’. Ser capaces de escucharnos en las diferencias y volver a unirnos. Ninguna sociedad puede progresar si no se une en la búsqueda de los ideales”.
La semana pasada, el Presidente también había recibido insultos y silbidos tras participar de una actividad en la localidad bonaerense de Miramar, donde anunció la construcción de una cancha de hockey y mantuvo reuniones políticas.
Hoy, en una alocución donde destacó dos veces la gestión de Cristina Kirchner y en la que dijo que no pueden desarrollarse “los porteños solos”, cerró: “La igualdad es lo que tenemos que construir, esa debe ser la utopía del futuro porque podemos hacerlo, porque no somos unos fracasados, somos un pueblo maravilloso”.
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