La expectativa de un recambio en 2015 alentará inversiones. El gobierno no puede dilatar más un ‘service’ para el modelo.
El triunfo de la oposición ya en las primarias había desatado lo que en el mercado de capitales se vivió como una celebración de que dentro de dos años habrá un recambio político en la Casa Rosada. En los últimos tres meses, saltaron la Bolsa y los bonos, y empezaron a llover pedidos de informes de fondos de inversión sobre empresas que aparecen “baratas” en el contexto regional. El resultado de ayer, acentúa esa tendencia.
“La gente prevé un cambio de aire de tendencia y puede anticiparse a ese nuevo cambio”, explica Orlando Ferreres, del estudio homónimo. Según su evaluación, hoy las empresas argentinas valen la mitad de firmas similares de Brasil. Son una tentación para inversores que están al acecho, esperando confirmar que figuras más pro establishment, como Daniel Scioli o Sergio Massa, pueden llegar a la Casa Rosada y alentar un “cambio en el clima de negocios”.
“Creo que la visión que existe actualmente de recambio político termina ayudando al Gobierno”, coincide Camilo Tiscornia. “Una clara muestra de esto es lo que sucede en el mercado de capitales en donde los activos están creciento por la expectativa que se abrió tras las PASO”, apuntó. Esto puede tener un efecto en el mediano plazo, según opinó el analista Eduardo Levy Yeyati durante el último 49º Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Puede generar un ingreso de divisas que aseguren un piso “no tan bajo de reservas” para 2015.
La Argentina tiene por delante vencimientos de deuda en dólares por el equivalente a la mitad del stock de US$ 34.000 millones que tiene hoy el Banco Central, recuerda Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein.
Más allá de que haya un “efecto fin de ciclo” que gatille un ingreso de divisas, la derrota oficialista también puede ser positiva para la economía porque “obligará” al Gobierno a tomar decisiones que el modelo está esperando. Dice Ferreres: “Mucha gente del 54% que había votado a CFK se siente desencantada; hay que hacer correcciones por la expectativa que había, y hay que hacerlas porque el nivel de reservas no da para seguir a 2015”. Desde el Plan Fenix, Abraham Gak, ratifica que “el Gobierno no se quedará de brazos cruzados”, y que se ocupará de la inflación y buscará otro modelo industrial, aunque descree del “discurso del fin de ciclo”. Más pesimista, Luis Palma Cané, de la consultora Fimades, opina que “el Gobierno va a profundizar el modelo”, y preanuncia una “economía anémica”.
Con todo, el “efect electoral” podría diluirse por una cuestión de fondo: la Presidenta está en reposo médico y nadie define cuál de las recetas que hay en el Gobierno es la que hay que adoptar. Y van desde profundizar el cepo hasta hacerle un lifting financiero al kirchnerismo para que le presten dólares.
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