“Pusimos primera pero ojo que la marcha atrás está al lado. Sólo será cuestión de apretar el embrague y meter el cambio, No la arruinemos”. El intendente Guillermo Montenegro le confirmaba temprano, el lunes patrio, al dirigente de la UCIP que 24 horas más tarde los comercios de Mar del Plata por fin podrían abrir sus puertas tras dos meses de inactividad. Pero el jefe comunal también fue cauto. “No me va a temblar el pulso para volver atrás si no cumplimos con las medidas”, insistió Montenegro, quien durante todo el fin de semana “gastó” el teléfono llamando a autoridades provinciales y nacionales para poder hacer realidad esta apertura.

Fue durante el fin de semana cuando el jefe comunal dialogó con el gobernador Axel Kicillof y con el presidente Alberto Fernández (en dos oportunidades), para convencer a ambos de que estaban dadas las condiciones, en este distrito, como para ir abriendo la economía. Se sentó el jefe comunal sobre las estadísticas oficiales de casos de coronavirus en el distrito. El sábado eran 13 los casos activos, con sólo dos personas internadas, una de ellas de 88 años en el Hospital Privado de Comunidad, en sala común y sin fiebre. “El intendente la llamó para ver cómo estaba y fue hasta gracioso porque la mujer se quejaba porque decía que le dábamos poco de comer”, comentaba una de las enfermeras del HPC. “No nos podemos relajar de ninguna manera”, insisten desde la Secretaría de Salud. Esto cambia todos los días y si bien el éxito de la cuarentena y de las medidas adoptadas por marplatenses y batanenses hoy nos permiten abrir negocios, hay que manejarse como desde el primer día, extremando los cuidados y respetando todas las medidas”, sostienen.

La “autorización oficial” de Presidencia y Gobernación para permitir la apertura de locales comerciales -lunes a viernes de 11 a 17 y sábados de 9 a 15- se obtuvo tras una serie de marchas, protestas y quejas de los comerciantes que incluso llegaron a la tapa de los principales diarios del país. La presión crecía a diario, y al mismo tiempo, especialmente en los barrios, los comerciantes levantaban sus persianas sin entender de decretos y medidas gubernamentales. “Tenemos que laburar. Es cierto que se vende muy poco pero es mejor que nada. Al menos ayuda para pagar el sueldo de la empleada y algún impuesto. Y nos cuidamos. No somos estúpidos. Nadie se quiere enfermar”, comentó la dueña de una mercería en el barrio 9 de Julio. En las redes sociales, en tanto, los comerciantes celebraron la medida anunciada por el intendente pero al mismo tiempo pidieron a los marplatenses “que no salgan a pasear. De todos depende que esto sea exitoso”, recalcaron.

“No nos confundamos: acá no se levantó la cuarentena”, repiten en la oficina del intendente. “No estamos pidiendo una flexibilización de la cuarentena, estamos solicitando una cuarentena administrada de acuerdo a la foto sanitaria que estamos teniendo hoy”, aseguró Montenegro. En relación a los recaudos a tomar, el titular del Ejecutivo añadió que “seguimos con la exigencia del tapaboca, con la presencia de un solo mayor por grupo familiar, con distanciamiento social y con la prohibición de probarse la ropa en los locales, entre otras cosas. Lo importante es la responsabilidad que vamos a tener cada uno de los marplatenses, respetando a los comerciantes. Tenemos que ser solidarios y salir solamente cuando tengamos una necesidad. La mejor manera de cuidarnos sigue siendo el quedarse en casa”, afirmó.

En su diálogo con la prensa, el intendente puntualizó lo que ya había charlado con el gobernador y el presidente. “No tenemos ninguna cama Covid ocupada. Más del 80% de los pacientes son asintomáticos y están en su domicilio o en hoteles cedidos. Y sólo dos casos se encuentran internados y con una mejoría en cuanto al estado clínico. Eso nos permite seguir avanzando con mucho respeto y mucha responsabilidad”, concluyó. Un detalle que resalta el diálogo que hubo entre la ciudad, la Provincia y la Nación este fin de semana. El lunes a la tarde el jefe comunal firmó un decreto para permitir la reapertura con una autorización por 72 horas. Un formalismo a la espera de la publicación en el Boletín Oficial, tras haber recibido el apoyo de Axel Kicillof y Alberto Fernández para impulsar la medida.

También el lunes hubo otras buenas noticias. El intendente Guillermo Montenegro firmó el decreto a través del cual se exceptúan del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) a otras actividades, concretamente compañías aseguradoras, nutricionistas, kinesiólogos, terapistas ocupacionales y profesionales de la psicología. Desde la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación se permitió la vuelta de aseguradoras y nutricionistas, mientras que el resto de las actividades mencionadas se liberaron por potestad del Ejecutivo local. Precisamente desde el sector de los psicólogos se reconocía que sólo un 15 o un 20 por ciento de la agenda de consultorio de esos profesionales pasó a la virtualidad, lo que denota que no es algo sencillo. “Habilitar la actividad -dijeron- es también reivindicar el rol del profesional de la psicología en general y en esta pandemia en particular”.

Efectos de la cuarentena. Según un estudio de la UBA que comparó las conductas durante la primera semana de cuarentena y después de más de 60 días de aislamiento, aumentó el consumo de alcohol y medicamentos no recetados. Para lidiar con el malestar psicológico, se estableció, el consumo de alcohol creció de 8,1% a 11,5% y el consumo de medicamentos sin receta subió de 10,53% a 13,54%. Se estableció que los jóvenes “son quienes más están sufriendo el aislamiento . En la tercera edad -sostuvo el doctor Martín Etchevers, secretario de Investigación de la Facultad de Psicología y coordinador del estudio comparativo- el cambio de rutina abrupto es menor, mientras que en los jóvenes es mucho mayor”. Además del consumo de alcohol y medicamentos, también aumentaron durante la cuarentena los trastornos del sueño, la insatisfacción respecto de la vida sexual y la aparición de pensamientos suicidas. “Cuando los síntomas se prolongan en el tiempo y no se tratan, hay más probabilidad de desarrollar un trastorno mental”, apuntó Etchevers.

“Mar del Plata hoy es Disney pero no se descuiden. Deben reforzar cada vez más los retenes en los accesos a la ciudad. Está claro que hicieron las cosas muy bien pero no se duerman en los laureles”, recomendó uno de los principales epidemiólogos del país. El profesional es uno de los que se reúne con el presidente antes de que Alberto Fernández decida las medidas a adoptar en cuanto a extensiones de la cuarentena. De hecho, mucho se trabajó este fin de semana largo para impedir que llegaran visitantes a la ciudad. Así como hace tres meses nadie hubiese imaginado que miles de ciudadanos transitaran con sus tapabocas por las calles de la ciudad, impensado también lo era que un intendente pidiera que no vinieran turistas a la ciudad. La pandemia lo hizo…

El hecho de que se hayan quintuplicado los casos en Ciudad de Buenos Aires y gran parte de la provincia encendió todas las luces de alerta de las autoridades. Las caras de cansancio y preocupación de Horacio Rodríguez Larreta, Axel Kicillof y Alberto Fernández durante la conferencia de prensa del sábado evidenciaban claramente el panorama que se vive y el que se avecina. Sin dudas, lo peor está por llegar. En cambio, Mar del Plata, con un amplio sector de su población en situación de vulnerabilidad -millares de personas mayores-, con un conurbano propio, no ha sufrido aún el impacto de la pandemia. Mientras acá el lunes se establecía que se registraron 36 casos desde el inicio de la pandemia, con 13 casos en tratamiento, 21 recuperados y dos decesos, en La Plata -similar cantidad de habitantes- los casos confirmados eran 105, con 48 contagiados y 6 personas fallecidas.

No obstante, genera preocupación en Mar del Plata el alto porcentaje de personas relacionadas con la salud que se infectaron. De 35 casos, 14 correspondieron a personal sanitario (9 hombres y 5 mujeres) que llegan a 16 si se suman los dos hijos de una de las enfermeras afectadas. En tanto, si se toman los casos de Ciudad de Buenos Aires y Provincia, se determina que cada dos horas se contagia un profesional de la salud. “Es relativamente esperable porque en otros países mucho mejor organizados y con mejor sistema de salud que el nuestro ha habido un porcentaje alto de agentes de salud contagiados. La información que tenemos es que la cantidad de material de protección personal que reciben los médicos es adecuada. La calidad no tanto¨, dijo Guillermo Cobián, titular de la Federación Médica de la provincia de Buenos Aires. En cuanto a los casos marplatenses, se trata de personal de la Clínica del Niño y la Familia, Clínica Pueyrredón, Hospital Privado de Comunidad, Hospital Bernardo Houssay y Clínica Colón.

A propósito de clínicas, en Mar del Plata se agudizó la crisis y se derrumbó la facturación. En los últimos meses se redujo considerablemente la concurrencia al tiempo que los ingresos cayeron más de un 60 por ciento. Con la llegada del coronavirus -y esa es otra de las cuestiones que preocupan a los médicos- se retrajo notablemente la concurrencia de los pacientes, y en muchos casos dejaron de hacer consultas o suspendieron tratamientos. “Que la gente no tenga miedo a concurrir a controlar sus patologías porque si no vamos a sumar otro problema al que ya tenemos”, advirtió el presidente de Fecliba, Jorge Soria. En tanto, la caída de la facturación no fue el único problema para las clínicas. La pandemia presentó gastos inesperados ya que todas las instituciones tuvieron que invertir en materiales y comprar elementos necesarios para afrontar la atención, como vestimenta para los trabajadores y equipamiento para la atención. “Una clínica local sólo en testeos para su personal gastó más de un millón y medio de pesos¨, ilustró una fuente del sector.

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En referencia a los testeos, este lunes, exactamente una semana después de que se informara que se trataba de un caso positivo, la periodista Gabriela Azcoitía se convirtió en paciente “recuperada” según el parte oficial.”El Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA) detalló que un paciente recibió el alta por criterio de laboratorio. Se trata de una mujer de 51 años que fue diagnosticada con IRAG”, se especificó. Lo paradójico es que la misma Azcoitía mostró su sorpresa. “Me sorprende porque en realidad faltan testeos. De hecho, esta mañana (por este martes) me extrajeron sangre”. Lo cierto es que la colega, en una semana pasó de ser una persona contagiada a una recuperada. En cambio, el 12 de mayo, una obstetra de la Clínica Pueyrredón fue diagnosticada como contagiada, un día después de que lo mismo sucediera con otro obstetra de esa clínica. El 17 de mayo, cinco días después, las autoridades de la Pueyrredón anunciaban que los dos obstetras habían dado negativo en los segundos hisopados. El martes 19 “oficialmente” el obstetra pasó a la categoría de recuperado. Este martes, 14 días después de ser diagnosticada como positiva, la obstetra sigue formando parte del grupo de pacientes contagiados.

Mucho se ha debatido en estas horas sobre la extensión de la cuarentena. Se la comparó con la de otros países y se alzaron voces a favor y en contra. “La cuarentena va a durar lo que tenga que durar”, enfatizó el presidente de la Nación. Mario Borini, ex profesor titular de Salud Pública y docente de Epidemiología de la facultad de Medicina de la UBA, en un artículo publicado por Darío Aranda en Lavaca.org, sostiene que la extensa cuarentena obedece a que el sistema de salud “está desquiciado”. Explica que el sistema de salud “no tiene capacidad porque durante siete décadas hubo reducción de camas de internación en relación al crecimiento de la población, retaceo de terapias intensivas y respiradores, obsolescencia tecnológica, caída presupuestaria, desabastecimiento de insumos, no reemplazo de personal (por fallecimiento, jubilación o renuncia), magros salarios… Por eso apeló la Argentina a la cuarentena total, para evitar el bochorno de la atención masiva”, disparó Borini.

No sólo la pandemia es noticia. En Mar del Plata, después de dos meses, volvió a reunirse el Concejo Deliberante. Esta vez, para rechazar en forma unánime la rendición de cuentas del ultimo año de gestión del ex intendente Carlos Arroyo. Tal como había sucedido en comisiones, se echó por tierra con aquella mentira del “superávit” que repetían el intendente y sus adláteres en la campana electoral. “El de Arroyo fue el peor gobierno de la historia de Mar del Plata”, coincidieron en destacar concejales de diferentes bancadas, al tiempo que cuestionaron la subejecución de partidas, la desidia y la falta de transferencia. “Si nos olvidamos del pasado es factible que podamos cometer los mismos errores”, apuntó Ariel Ciano, del Frente Renovador, mientras que Horacio Taccone, de Acción Marplatense, sostuvo que “la historia de esos cuatro años de gobierno es la historia del fracaso del gobierno de Mar del Plata. Describir ese fracaso no me hace mucha gracia”, añadió.

De a uno, los concejales fueron haciendo añicos los argumentos que esgrimían Arroyo y sus funcionarios durante el ocaso de aquella gestión. “No hubo superávit” insistió Alejandro Carrancio, jefe del bloque oficialista, mientras que Cristina Coria, radical, calificó al 2019 como un año “marcado por la conflictividad y la subejecución de partidas”, al tiempo que aprovechó para marcar la “arbitrariedad de la Secretaría de Economía”, apuntándole a Hernán Mourelle quien no llegó a cumplir sus funciones hasta el 10 de diciembre ya que terminó siendo echado por el ex jefe comunal. Angélica González criticó la desprolijidad en las cuentas y la falta de transparencia. Categórico y contundente.

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Y precisamente por la falta de transparencia, se le pidió a la Justicia que cite a prestar declaración indagatoria el doctor Carlos Arroyo por los supuestos delitos de abusos de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, en relación a la causa de las cocheras de Playa Grande en la que también son investigados otros funcionarios. Tras haber ya declarado el ex secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, y el ex titular de Legal y Técnica, Gustavo Gil de Muro, se espera que presten sus testimonios Gabriela Magnoler y Mónica Rábano (ex Emtur). El doctor César Sivo, representante legal del concesionario de Playa Grande, Sergio Goransky, solicitó que se acelere el proceso y se retomen las audiencias. Además de pedir que se cite a Carlos Arroyo, también reclamaron que se presente el ex secretario de Educación, Luis Distefano.

También se pidió que se cite a declarar a un “personaje clave” en el engranaje que motivó la denuncia. Se trata de Ricardo Gutiérrez, el funcionario que se reunía en la secretaria privada de la intendencia con los representantes de Playa Azul SA, según lo mencionaron Vicente y Gil de Muro (flamante auxiliar administrativo en el bloque de concejales de Agrupación Atlántica en reemplazo de Juan Carlos Bertomeu) ante la Fiscalía de Delitos Económicos. De hecho reconocieron que fue a través de Gutiérrez que se enteraron del acuerdo transaccional que permitía habilitar un boliche en las cocheras de Playa Grande a cambio de una serie de obras. Cabe recordar que el decreto municipal N 3256 a través del cual se aprobó el Legajo Técnico que habilitaba el comienzo de ejecución de obras del boliche en la UTF Estacionamiento de Playa Grande fue refrendado por el ex intendente Arroyo apenas minutos antes de dejar el cargo, en el último día de gestión. La firma de Distefano, en tanto, se obtuvo esa noche gracias a las gestiones de Gutiérrez, quien se trasladó hasta la escuela donde dictaba clases el ex titular de Educación, con ese documento y acompañado por Matilde Ladrón de Guevara, otra ex funcionaria de confianza de Arroyo. Ni bien asumió, el actual intendente Guillermo Montenegro dejó sin efecto ese vidrioso decreto. En el último tiempo se sumaron pruebas que permitirían ampliar la causa e investigar además el posible delito de “negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas”.