22 bancas vacías, los técnicos de sonido, algunos empleados de planta más los 8 diputados del bloque radical formaban parte del desolado panorama el día de ayer en la Legislatura provincial donde nuevamente fracasó una nueva sesión ordinaria.
Es decir hace tres meses exactos que los diputados provinciales no van a trabajar todos los jueves como corresponde y cobran una dieta aproximada de $13.000 además de recibir por gastos y para asesores una cantidad que va desde los $25.000 hasta los $70.000 dependiendo del “status” dentro del partido y si es oficialista u opositor.
Si en promedio perciben por mes, bajo todo concepto, un ingreso de $80.000 con buenos ojos, con cuatro sesiones por mes, deberían percibir $20.000 por sesión en virtud del porcentaje ante la frecuencia de asistencia al trabajo.
Sin embargo aún teniendo que ir un solo día a la cámara, hay diputados que se destacan por sus inasistencias, las cuales son justificadas al inicio de la sesión, solo con el voto de la mayoría sin tener que dar mayores explicaciones.
En el año solo han asistido a 15 sesiones ordinarias, sancionado tres leyes, un cúmulo de resoluciones de interés legislativo o beneplácito y no han sesionado en más de 12 de ellas, desconociéndose en absoluto como harán para justificar semejante despropósito.
En una entrevista con Radio Uno el actual Diputado por el oficialismo Jorge Román, intentó explicar porque no trabaja la legislatura, “Estamos trabajando en comisión sobre cuestiones del armado del presupuesto. Como no hay tanta urgencia sobre un temario que justifique algún vacío legal, posiblemente no haya sesión”, expresó.
Defendió la actividad que se desarrolla en la Legislatura pese a que no haya sesiones actualmente y dijo que las comisiones están desempeñándose en detalles de leyes clave como la del Presupuesto: “Trabajamos con esa ley con el Ejecutivo para darle situación parlamentaria y tratarla. Hay un plazo constitucional que hay que respetar”, dijo mientras adelantó que habrá tratamiento detallado de dicha ley de gastos e ingresos para la provincia.
Juan Carlos Montiel, candidato a Diputado Provincial por el Frente Amplio Formoseño dijo al respecto que: “La Legislatura deja mucho que desear y hay que mejorar, hay una camada nueva de legisladores del oficialismo y la oposición que le van a dar una nueva dinámica con acción para la gente”, resaltó Montiel.
La realidad es que nadie sabe a ciencia cierta si las comisiones se desempeñan o solo es otra excusa más porque en realidad los legisladores del PJ no van a trabajar porque asisten a las inauguraciones del gobierno en plena campaña electoral. Entre ellos el diputado Agustín Samaniego quien pretende volver a serlo durante 4 años más.
El Comercial, estimó que si los diputados debieran devolver al estado, el dinero pagado por no trabajar, la cantidad estimada sería de $20.000 por sesión y multiplicadas por 12 daría un total aproximado de $240.000.
Esta literal “estafa representativa” no tiene antecedentes en el país, en la región o siquiera en el Concejo Deliberante de la Ciudad quienes a pesar de los tiempos electorales siguen trabajando en los temas inherentes a su función.
La gravedad institucional implica lisa y llanamente, el vacío de mandato popular ante uno de los poderes de la república, librada al arbitrio de personas que hacen lo que quieren bajo el manto de la inmunidad parlamentaria.
Que además cobran fortunas por “supuestamente” interpretar esta voluntad del pueblo pero que en contra sentido ni siquiera van a trabajar y no dan explicación alguna al respecto.
Esta cuestión vergonzosa, se suma a la falta de proyectos que no es nueva en los últimos tiempos puesto que la mayor parte de los proyectos que se tratan en Legislatura tiene que ver con las necesidades del Ejecutivo y es ese poder el que marca el ritmo de trabajo legislativo.
Pero ¿quien le pone el cascabel al gato? ¿Quien impulsaría en la propia Cámara una ley que obligara a los diputados que no van a trabajar a devolver la suma de dinero correspondiente?
En el camino, los formoseños asalariados observan con impotencia como se enriquecen exponencialmente, cuando a ellos cada vez les alcanza menos. Como no trabajan, cuando a ellos si no trabajan los echan sin dudar y como llenan de sospecha una institución de la democracia, pilar de la República.
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