Coca-Cola FEMSA, el embotellador más grande del mundo por volumen de ventas, busca consolidarse como la plataforma comercial preferida y más sostenible. Sus acciones en el país hacen parte de esta estrategia.
Coca-Cola FEMSA cumple ya dos décadas en Colombia y como parte del compromiso que la compañía asumió en el país, continuará realizando las inversiones necesarias para optimizar su operación y rentabilidad; y generar retornos sociales y ambientales a través de iniciativas, programas y estrategias innovadoras, que permitan mejorar la calidad de vida de las comunidades donde opera. “De hecho, las comunidades son el centro de toda nuestra estrategia”, precisó Johana Cerpa, vicepresidenta Legal y de Asuntos Corporativos de la compañía.
La protección del medio ambiente también está entre sus prioridades. Solo con los programas de economía circular ha logrado llegar a más de 94 municipios y ciudades del país, incrementando la tasa de recolección y aprovechamiento, de la mano de más de 10.000 recicladores de oficio. Además, está comprometida con que su flota de distribución sea en su totalidad de vehículos ambientalmente amigables para 2050.
El año pasado, por ejemplo, el Parque Industrial FEMSA, ubicado en Tocancipá, fue reconocido como la mejor megaplanta del país y se integró en el top 5 de plantas embotelladoras a nivel global con el KAIZEN Award 2023, que premia a las empresas destacadas en la implementación de proyectos de mejora continua.
La ejecutiva explicó que Coca-Cola FEMSA Colombia también es consciente de que no pueden ser una compañía ciento por ciento sostenible si no garantizan la inclusión, diversidad e igualdad. “Por eso no limitamos nuestra política a la igualdad de género, sino que buscamos integrar personas cada vez más diversas”. Todos estos esfuerzos han dado frutos, por ejemplo, en la planta de Barranquilla se adaptaron las unidades en la línea de producción para los colaboradores con dificultades de movilidad.
En 2023, la compañía invirtió 26 millones de dólares para ampliar su operación en Bucaramanga, donde se encuentra una de sus siete plantas embotelladoras. Con estos recursos se propuso optimizar los procesos de producción e incrementar la rentabilidad. Además aportó a la generación de más de 520 empleos, entre directos e indirectos, en la región. El plan es duplicar la capacidad de producción de la planta: 36.000 botellas por hora y 3 millones de cajas unitarias mensuales.
Esta nueva línea de producción, “la más moderna de Coca-Cola FEMSA a nivel global”, de acuerdo con Cerpa, representó un salto tecnológico importante en el uso de agua (hubo una reducción del 45 por ciento por cada litro de bebida producida) y en eficiencia energética. “La sostenibilidad hace parte del corazón de nuestro negocio. Por eso, tras 20 años de operación en el país, nos enorgullece continuar generando valor económico, social y ambiental en Colombia, a través de nuestras iniciativas en economía circular, eficiencia energética y movilidad sostenible, gestión del agua, y fomento económico con nuestros tenderos a nivel nacional”, concluyó Cerpa.
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