Habría “limpieza” de dirroquistas, aunque algunos se quedarían: en medio de la tensión política, hoy Passaglia rompería su silencio

Habría “limpieza” de dirroquistas, aunque algunos se quedarían: en medio de la tensión política, hoy Passaglia rompería su silencio
Aunque no hubo información oficial para ratificarlas o rectificarlas, las versiones que circulaban en la tarde de ayer coincidían en que la mayoría de los funcionarios dirroquistas perderían sus cargos en los próximos días.

Por estas horas, es el tema excluyente en la escena política local. La votación dividida y la tensión pública entre passaglistas y dirroquistas (dos sectores que desde 2011 venían trabajando juntos) vividas en la noche del viernes en el Concejo Deliberante al momento de designar nuevas autoridades para el Cuerpo, siguen generando diversos análisis, interpretaciones y también, claro, conjeturas, rumores y versiones.

Desde el lado del dirroquismo, hasta ayer las evaluaciones siguieron siendo las mismas que se vinieron dando desde la mañana del sábado: “no hay ruptura”, “seguimos trabajando juntos”, “fue una votación normal sujeta a mecanismos democráticos, que se dramatizó en exceso”. Tales son las consideraciones provenientes del sector que tiene como referente local visible a Andrés Quinteros.

Sin embargo, desde la otra vereda quienes se jactan de mantenerse “fieles” a Passaglia no vienen opinando lo mismo. Hablan de “traición al voto popular” y hasta de una supuesta alianza entre dirroquistas y concejales del Frente Renovador, el grupo massista que localmente comanda Lisandro Bonelli.

Evidentemente, hay ruptura. Y, como es natural, parte de las conjeturas acerca de las consecuencias que este nuevo escenario traerá aparejadas no tardaron en apuntarse al destino que tendrán los funcionarios que -aunque nombrados por Passaglia- llegaron al Ejecutivo de la mano de Quinteros: por ejemplo, los casos de la directora de Acción Social Patricia Podestá, del director de Servicios Públicos Adolfo Suárez Erdaire, del director de Defensa Civil Darío Sánchez, del director de Seguridad Rubén Andino y de algunos otros (entre quienes se cuentan, también, varios de los delegados municipales).

El interrogante acerca del destino de esos funcionarios no tuvo ayer respuesta oficial. Y las versiones extraoficiales fueron dos y complementarias: aunque no provinieron del mismo espacio, ambos vaticinios no se excluyen mutuamente. La primera versión señala que los funcionarios dirroquistas terminarán afuera del Ejecutivo, aunque no todos. Al parecer, Suárez Erdaire sería uno de los que “salvaría” el puesto.

Otra de las versiones –en este caso proveniente del propio municipio, aunque extraoficial- reconoce que habrá bajas, pero sostiene que la decisión de esos cambios ya había sido tomada por el Intendente con anterioridad, antes de la votación dividida por la Presidencia, y vinculada más bien a una evaluación del desempeño de esos funcionarios. En otras palabras: con o sin votación divida, con o sin tensión, dirroquistas o no, los funcionarios que el Intendente no mantendría en su equipo hubieran tenido los días contados de todos modos.

Fin del silencio

Todavía el Intendente Municipal no se expresó públicamente acerca de la ruptura. Mucho menos respecto de las versiones que indicaban que ya habría pedido la renuncia a estos funcionarios de su Gabinete. Ayer terminaron de cumplirse 72 horas de silencio: tres días sin referencias al tema en forma pública y sin intermediarios.

Naturalmente, lo que cabe esperar es que la opinión del Intendente no diste mucho de la ya expresada por los concejales Roberto Fernández Viña e Ignacio Mateucci, quienes fueron los voceros designados por Passaglia durante su período silencio y retiro de la escena pública.

Recién hoy habrá valoraciones y definiciones en boca del Intendente. Passaglia tiene prevista en su agenda de gestión cotidiana una aparición pública vinculada a la entrega de viviendas para afiliados del Sindicato de Trabajadores Municipales. Así lo señalaron desde el área municipal de Prensa, afirmando que “no se va a negar a responder las preguntas del periodismo” que, por supuesto, estarán vinculadas a la ruptura con el dirroquismo y sus consecuencias.

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