En menos de seis meses, el jefe comunal renovó buena parte de su plantel. Y poco a poco va encontrando algunas respuestas.
La cercanía con la Copa América exacerba el espíritu futbolero y permite llevar todo tipo de situaciones al idioma de cancha. Y esto encaja a la perfección a la hora de hablar de los cambios en el plantel del gabinete del intendente Carlos Arroyo.
Fue repetida hasta el hartazgo la frase Arroyo no tiene equipo a lo largo de la campaña electoral. Y en estos casi seis meses de gestión la salida de funcionarios y las críticas que recibió por el desempeño de áreas puntuales dan la pauta de que aquellos que cuestionaban la falta de equipo no estaban tan errados.
Los que defienden las derrotas sufridas hablan de cierta lógica: nadie que desembarque por primera vez en un Ejecutivo, por más experiencia política que tenga, conoce los detalles de una gestión que solo se descubren mientras se la transita. Y recuerdan que a Pulti no le fue sencillo armar su equipo y también recurrió a muchos extrapartidarios para conformarlo.
Arroyo partió, incluso, desde una posición más desfavorable que la del exjefe comunal. Tuvo que armar un equipo de gobierno que respete losacuerdos electorales de Cambiemos en el que técnicamente él representaba al sector menos poderoso: el partido vecinalista Agrupación Atlántica.
Lógicamente, el jefe comunal hizo pesar su cinta de capitán, ganada por el peso de los votos y puso a mucha gente de su confianza, pero también aceptó la incorporación de dirigentes del resto de las fuerzas que conforman la alianza Cambiemos: la Unión Cívica Radical y el Pro. Por si fuera poco, tuvo que sortear las internas dentro de esas fuerzas para conformar a la mayor cantidad de sectores posibles, especialmente en el radicalismo donde hay muchas líneas con fuertes enfrentamientos entre sí.
Lo que siguió es historia conocida: portazo de Julio Razona (Seguridad), roja a Miguel Guzmán (Emvial), luego el escándalo con renuncia deEmiliano Giri (Turismo) y la salida de Sebastián Puglisi (Cultura). Héctor Toty Flores (Producción), que llegó como la estrella del equipo, fue echado sin pena ni gloria. Y la última fue una salida anunciada: José Reinaldo Cano(Hacienda).
Hoy, todos esos funcionarios tienen sus reemplazantes, a excepción del secretario de Seguridad. Arroyo quiere sumar al fiscal Mariano Moyano, pero hasta el momento no logra la habilitación en el libro de pases: debe conseguir una licencia extraordinaria de la Procuración General. Esa posibilidad, a medida que pasan las semanas, se enfría más y más y por eso otro candidato aparece en la lista de refuerzos: Marcelo Di Pascua. El exjefe de la Departamental mantuvo un excelente vínculo con el jefe comunal, hasta que la provincia lo removió del cargo. El jefe comunal siempre prometió poner allí a un hombre de la Justicia, pero las posibilidades no abundan.
Esta falta de un equipo consolidado, sumado a algunos exabruptos del intendente, generaron más de una tensión con el gobierno nacional y provincial que resolvieron, entonces, intervenir más de lleno y comenzar a hacerle algunas “sugerencias” tácticas a Arroyo.
Tras los primeros tironeos y pese a que a muchos no los convencía que la camiseta del equipo sea tan amarilla, hoy todos los integrantes del Gabinete destacan que se mejoró en el día a día. La llegada de Agustín Cinto, a quien le crearon un cargo en el Municipio, le permite en los hechos a Arroyo y su equipo recorrer los pasillos de la Casa Rosada con fluidez. Del mismo modo que el flamante secretario de Hacienda Gustavo Schroeder tiene -a través de terceros- línea directa con el ministro de Economía de la Provincia, Hernán Lacunza.
A diferencia de algunos técnicos que se casan con determinados jugadores, Arroyo pudo sacar del equipo a quienes, a priori, parecían imprescindibles (en muchos casos no tuvo otra opción). Aunque, fiel a su estilo tozudo, sostiene a dos que son silbadas prácticamente a diario: Ana María Crovetto y Silvana Rojas.
Las secretarias de Educación y Cultura son cuestionadas por su falta de diálogo con los distintos sectores que hacen a la vida diaria de sus dos áreas. Crovetto se reunió este miércoles por primera vez con los docentes luego de que la semana pasada tuviera que soportar una marcha en la que le exigieron la renuncia.
La polémica con Rojas no está tan candente como la de la titular de la cartera educativa, pero los problemas siguen sin resolverse por lo que en cualquier momento puede volver a los primeros planos.
Lo cierto es que más allá de haber entrado a jugar el partido algo dormido y de los ajustes tácticos que deberá seguir haciendo, Arroyo comienza a encontrar el equipo que mejor le responde. Y los jugadores le empiezan a pasarle la pelota a los de su mismo equipo.
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