El correntino evita participar de la disputa PRO mientras suma poder para pelear por el comité partidario. Cornejo no se baja, pero la victoria de Pullaro posiciona a Evolución.
Por Mauricio Cantando
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, confirma por estos días la fama de oportunista que tiene en la UCR: es el único mandatario provincial que no se pronuncia abiertamente por un candidato presidencial. Es una neutralidad que, quienes lo frecuentan, aseguran que tiene como objetivo llegar a diciembre con chances de presidir el partido centenario.
Valdés fue el más camaleónico de los radicales, en un año en el que les toca participar desde la segunda fila en una interna del PRO y elegir entre ambos aspirantes presidenciales, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
En marzo, el gobernador correntino se tomó la foto inaugural del Grupo Malbec, creado por los mendocinos Alfredo Cornejo y Ernesto Sanz para reunir a las figuras del radicalismo que apoyan a Bullrich. Fue un golpe al mandatario jujeño y presidente de la UCR, Gerardo Morales, quien ya trabajaba con Larreta, a quien ahora secunda en la fórmula presidencial.
Valdés nunca se expresó a favor de la exministra y recibió dos veces al jefe de Gobierno porteño: cuando ganó las elecciones legislativas el 11 de junio y 20 días después, definidas las fórmulas presidenciales, cuando lo agasajó junto a Morales.
Tuvo otra actitud que molestó a Bullrich: ignoró sus mensajes para promover al senador Luis Naidenoff como su compañero de fórmula, lo que hubiera evitado la interna que el histórico jefe de bloque deberá enfrentar en Formosa con el diputado Gustavo Carbajal para continuar en la Cámara alta.
El equilibrio del gobernador correntino no le impide construir: su principal desafío este año es el triunfo de Leandro Zdero en las elecciones generales de Chaco del 17 de septiembre. Lo respaldó en su interna contra Juan Carlos Polini, cercano al exgobernador Ángel Rozas, quien continúa siendo referente en el radicalismo del noroeste.
Valdes recibió a Zdero la semana pasada en su despacho y es su gran apuesta. Sabe que si desplaza al gobernador peronista Jorge Capitanich provocará un impacto similar en la UCR al que una semana antes tendrá en Santa Fe la casi segura victoria de Maximiliano Pullaro, identificado con Evolución, el sector de Martín Lousteau, que también pedirá terreno en el partido.
El recambio
Morales y Evolución mantienen una alianza táctica que les permite manejar el comité nacional de la UCR y definir en una votación quién lo encabezará desde diciembre, un debate que suele mezclarse con el de las autoridades de ambas Cámaras del Congreso.
En 2021 no terminó bien: Lousteau y el líder operativo de Evolución, el diputado Emiliano Yacobitti, promovieron la ruptura del bloque UCR de la Cámara baja, pero a los pocos días hicieron las paces con Morales y lo votaron como presidente del Comité. Como anticipó Letra P, en diciembre el jujeño y el economista negocian reunificar las bancadas.
De todas maneras, la suerte de cada radical estará atada al posicionamiento que haya tomado en la interna presidencial. Por caso, el mendocino Luis Petri, rival interno de Cornejo y elegido por Bullrich como compañero de fórmula, es histórico aliado del diputado Julio Cobos. De llegar a presidir el Senado, podría pujar para que el exvicepresidente encabece el bloque de la Cámara baja.
En tanto, si Morales llega a la vicepresidencia estará habilitado a competir para continuar a cargo del comité nacional. La carta orgánica sólo le garantiza ese lugar a un radical que sea Presidente de la Nación: el último fue Fernando de la Rúa. Lousteau no se quedará callado y pedirá algún cargo en el Senado, donde fue desplazado de la vicepresidencia en 2021.
Hasta ahora, Cornejo, con chances de ser elegido gobernador el 24 de septiembre, es el único jefe de provincia gobernada por la UCR que se atrevió a expresarse a favor de Bullrich. Valdés no dijo nada y busca salir fortalecido por no pertenecer a la lista de quienes ganan y quienes pierden.
Los colaboradores del correntino no ocultan su intención de pasar sus dos últimos años de gobernador como presidente del partido y hacen reuniones en la Casa de la provincia para sumar aliados. Valdés se suma y suele quedarse hasta la madrugada contando anécdotas. Necesita mucho respaldo. Más del que tiene.
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