El flamante presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires estuvo en San Isidro para acompañar la asunción de Fabián Brest al frente del peronismo local. Se mostró optimista en el proceso que busca reunir a muchos espacios del justicialismo para conformar una nueva mayoría.
Gustavo Menéndez se muestra activo en sus primeros días como presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires. En su intensa agenda hizo escala en San Isidro para respaldar la llegada del concejal Fabián Brest al frente del consejo de partido. Luego de la actividad realizada en Martínez, el intendente de Merlo realizó una rueda de prensa.
¿Qué recepción tuvieron sus visitas por la provincia de Buenos Aires luego de las internas partidarias?
Fueron todas lindas sorpresas. Estuve en Bahía Blanca, en el Sindicato de Comercio, y vimos a todas las expresiones del peronismo; con expresiones de Massa, el kirchnerismo, Randazzo, de Bossio, del movimiento obrero. Nos dio una inmensa alegría. Hacía muchos años no se juntaba de forma tan heterogénea el peronismo de Bahia. También estuvimos en Monte Hermoso y en Coronel Dorrego. Nos da mucha esperanza. Hay una profunda convicción de volver a confluir, sentir el Partido Justicialista como la casa de todos. Y venir a San Isidro, con amigos de tantos años, que están de pie y con ganas, con el lema de unidad y renovación.
¿Hay conciencia de la necesidad de unidad en todo el peronismo?
Sí. Hay que trabajar mucho. Si analizamos lo que pasó en las últimas semanas en los distintos ámbitos legislativos, vemos que todavía no hay una unidad de acción. Eso se debe a que no hay unidad de concepción. Estamos haciendo una ronda de consultas con todos los gobernadores, porque el peronismo de la provincia excede los límites de Buenos Aires y tiene repercusión nacional. Hay que elaborar una agenda en común con el interior. Y del mismo modo una agenda del conurbano con el interior de la provincia. La conurbanización del PJ nos dio más dolores de cabezas que alegrías. Vemos un mapa pintado de amarillo. No tuvimos participación en el interior. El movimiento obrero y el interior de la provincia deben tener más decisión.
¿Cómo se hace para recrear la casa común del peronismo, ya que venimos de épocas en las que quien pensaba diferente era tildado de traidor?
Las derrotas suelen ser grandes maestras. Haber perdido tres veces consecutivas nos hizo aprender de los errores. Estamos a tiempo. El gobierno hace mucho para que nos juntemos, pero nosotros también tenemos la vocación. Si el campo popular tiene inteligencia y equilibrio emocional, gran parte de la tarea está hecha. Desde el PJ intentaremos modernizar el partido y estar actualizados tecnológicamente. Son herramientas que el gobierno maneja muy bien. Si equiparamos eso, tenemos una inmensa superioridad en la militancia. Debe dejar de ser un partido estático y de personas grandes. Hay que conmover a la juventud, que participó durante el gobierno anterior pero no se afilió al peronismo.
¿Los sectores del peronismo comparten este diagnóstico?
Al peronismo le fue bien. Sacó el 54%, pero con listas diferentes. La ecuación matemática es sencilla. Pero la ecuación humana es más compleja.
¿Massa y Randazzo están dentro del peronismo?
Son dos actores políticos importantísimo. Con gran trayectoria. Sergio participó en las últimas tres elecciones y ganó en 2013. Pertenecen al campo popular del peronismo. Sigue siendo el líder del Frente Renovador pero trabajamos en el acercamiento. Muchos de sus referentes confluyen en el Partido Justicialista, como por ejemplo Julio Zamora, o Felipe Solá y Héctor Daer que propuso los consejeros gremiales. También Facundo Moyano. Lo mismo sucede con intendentes de la talla de Gabriel Katopodis, Juanchi Zabaleta, Francisco Echarren, Alejandro Dichiara, que trabajaron con Randazzo y están formalmente dentro del peronismo. La idea que tuvo Cristina de formar Unidad Ciudadana, como una buena herramienta electoral bajo su candidatura, tiene la idea de engrosarla. Ella nos dice que independientes, radicales, podrían confluir allí pero nunca en el PJ. Y por otro lado tenemos la estructura del peronismo histórico que no iría a Unidad Ciudadana. Son construcciones complementarias pero no antagónicas, para que luego el campo popular tenga ese gran correlato electoral que permita construir una nueva mayoría.
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