Gustavo Ferrari, ex secretario de Seguridad del Gobierno de la provincia durante la fuga de Marcelo Torrico, asesino de los hermanitos Leguina, dialogó con “Radio en Ojotas” y analizó ese caso y su similitud con la actual fuga de los implicados en el triple crimen de General Rodríguez.
“Miro la noticia de esta fuga con mucha preocupación pero con esperanzas de que vuelvan donde la justicia dijo que tenían que estar. Veo que en este caso, así como también en el de Torrico, se revelan las complicidades internas que tienen los presos.
En el caso puntual de los Lanatta y Schillachi se observa una complicidad no sólo en el hecho mismo de la fuga, si no también en el hecho de que aún sigan prófugos. Esto es muy preocupante porque indudablemnte en el Servicio Penitenciario tienen la obligación de no darnos ese tipo de preocupaciones”, explicó Ferrari.
Además, Ferraris dijo que “el delincuente al salir de la cárcel necesita de la ayuda del mundo marginal y los familiares, cosa que durante el correr de los días permite que la policía se le vaya acercando cada vez más. Los prófugos necesitan de dinero, de movilidad, este tipo de acciones termina llevándolos al error. El medio marginal donde ellos se apoyan también los va rechazando poque son personas muy buscadas y eso los aleja. Luego de apresarlos se deben indagar las responsabilidades internas de la fuga. Cuando Torrico se escapó, luego de recapturarlo exhoneramos a varios miembros de la Fuerza porque la complicidad de ellos tuvo que ver con el éxito de la fuga”.
Sobre el papel de los medios durante casos de tanta resonancia mediática, Ferraris explicó que “es difícil llevar la investigación con tantos medios encima de la información. Se deben concentrar los esfuerzos en le objetivo de encontrarlos. Los medios ayudan, en la difusión y en mantener latente el tema, pero uno debe concentrarse en la tarea. Los medios bien utilizados son altamente positivos, pero si se pierde el equilibrio con la prensa, puede convertirse en un elemento de presión y eso hace cometer errores”.
Finalmente Ferraris sostuvo: “luego de una sentencia el responsable de llevar adelante la condena es el Servicio Penitenciario. Esto es lo preocupante, porque en definitiva nunca estamos a salvo. Al agente penitenciario debe hacer bien su trabajo. Los controles internos deben estar aceitados para disminuir la posibilidad de estas situaciones”.
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