Además de Moody's, un relevante think tank de los principales bancos internacionales comerciales y de inversión resaltó los logros, aunque advirtió que salir del cepo es clave y que tendrá riesgos. La necesidad de un desembolso fuerte del FMI
Por Mariano Cuparo Ortiz
El Gobierno no deja de recibir elogios desde instituciones relevantes del establishment financiero global: el ordenamiento fiscal, en base a un histórico ajuste del gasto público basado en achicar partidas como las destinadas a jubilaciones, educación, obras públicas y salarios estatales; la desaceleración inflacionaria; y la prudencia monetaria aparecen como hitos. Moody's elevó el fin de semana la calificación de la deuda oficial y el IIF, el think tank de los bancos internacionales halagó la estabilización lograda. Advirtieron, sin embargo que quedan riesgos en el horizonte: la necesidad de salir del cepo choca con las reservas netas aún muy negativas. Lograr desembolsos del FMI, la clave.
La calificadora de riesgos crediticios Moody's mejoró así la nota para la deuda argentina desde Ca hacia Ca3 y explicó: “Moody's ha elevado a la deuda de largo plazo del Gobierno de la Argentina en moneda extranjera y local desde Ca a Caa3. La perspectiva ha cambiado desde estable a positiva. La mejora en la calificación refleja nuestra visión de que el enérgico cambio de política ha activado un ajuste fiscal y monetario que está ayudando a abordar los desequilibrios económicos y a estabilizar las finanzas externas, haciendo bajar las posibilidades de un evento crediticio”.
Y agregó en ese sentido: “La perspectiva positiva refleja el potencial de mejora de las calificaciones a medida que Argentina continúe avanzando hacia la siguiente fase de su ajuste macroeconómico”.
Sin embargo, amplió: “ Continúan los significativos riesgos acerca de la capacidad de hacerse cargo a futuro de los pagos de deuda externa, incluyendo aquellos relacionados con la posibilidad de remover los controles de cambio y de capitales, o también la exposición a potenciales shocks negativos que pudieran llevar a un evento crediticio con pérdidas sustantivas para los tenedores de bonos”.
Un informe del Institute of International Finance (IIF), el think tank que engloba a los principales bancos comerciales y de inversión a nivel mundial, remarcó, en líneas similares, que “la terapia de shock ha estabilizado rápidamente la economía argentina, sentando las bases para un repunte del crecimiento. Sin embargo, el enfoque hacia el levantamiento de los controles cambiarios ha sido cauteloso en un contexto de baja liquidez externa y una inflación aún alta”. En ese sentido, remarco que sostener el cepo plantea amenazas para la economía: “Posponer la liberalización total del mercado de divisas podría generar desequilibrios y distorsiones, lo que afectaría el crecimiento”.
En ese sentido, el presidente Javier Milei volvió a destacar en Davos que el cepo es una “aberración” que deberá removerse este mismo año, aunque también destacó que seguirá usando la protección que le brinda hasta que estén dadas las condiciones para una salida de los controles cambiarios sin riesgo.
Desde IIF señalaron: “Las principales preocupaciones relacionadas con la eliminación de los controles son (1) la limitada liquidez en dólares para soportar shocks externos y (2) el impacto inflacionario de las fluctuaciones del tipo de cambio antes de las críticas elecciones intermedias de octubre,”.
Y agregaron: “La liberalización del mercado de divisas, que debería impulsar la actual recuperación del crecimiento, requeriría 10.000 millones de dólares adicionales en reservas que podrían llegar
como parte de un nuevo acuerdo con el FMI. Teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal ambicioso y creíble, el impulso inicial de liquidez sería consistente con programas anteriores, proporcionando recursos para la intervención en el mercado cambiario para enfrentar turbulencias”.
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