Por Pablo Fornero

El Gobierno logró quebrar el bloque del peronismo duro y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, firmará este martes con el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, el traspaso de obra pública a la esfera de las provincias, rúbrica que ya sellaron otros 15 distritos.

Quintela es el primero de los mandatarios de la oposición peronista que decide firmar el traspaso. En los hechos es un acto burocrático, una suerte de carta de intención, un paso previo a la puesta en marcha de los trabajos en el territorio, pero en lo político es un gesto fuerte. Sin ir más lejos, el gobernador de La Rioja estuvo este lunes en el escenario del acto por los 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón al lado del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, la más férreas de las voces contrarias al presidente Javier Milei.

Axel Kicillof, en el acto en la Quinta de San Vicente.

La Casa Rosada ya había cerrado 15 provincias: Santa Fe, San Juan, San Luis, Misiones, Santa Cruz, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Salta y Tucumán. Un conglomerado ecléctico, pero bajo los límites de un patrón. Gestiones que tienen y quieren tener un diálogo fluido con el poder central.

 

 

El eje de seis opositores férreos del peronismo, compuesto por Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, Formosa, La Rioja y Santiago del Estero, tiene de esta manera su primera fuga, o al menos una concesión. En la mirada del Gobierno son todos mandatarios hostiles, pero la firma de Quintela entusiasma al Ejecutivo para conseguir más firmas.

Para Guillermo Francos, Zamora es otra cosa

Para Francos, por ejemplo, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, no entra en la categoría de peronista duro y confían, en el corto plazo, sumarlo al bloque de adhesiones. Prueba de la buena voluntad del mandatario fue –interpretan en la Casa Rosada– la visita que le hizo Francos a mediados de abril.

Mendoza. El gobernador radical Alfredo Cornejo, uno de los mandatarios amigables con la Casa Rosada.

En la continuidad de este proceso de traspasos, la Nación afina también las gestiones con las provincias de Rio Negro y Corrientes. La primera, gobernada por Alberto Weretilneck, “está cerca”. Con respecto a la segunda, el gobernador Gustavo Valdés está acorralado por las derivaciones del caso Loan que, por el momento, le impiden abandonar su provincia.

El traspaso de la Casa Rosada a las provincias

A través de la Secretaría de Obras Públicas, el Gobierno entró en contacto con las regiones para definir, por un lado, el traslado de obras y, por el otro, para que a dos bandas se decida cuáles son las “obras estratégicas” que debería continuar la Nación. Según la Casa Rosada, el diálogo se inició con los 24 distritos.

“Imperaba la lógica de 'a mis amigos les hago obras provinciales, calles, cordón cuneta, piletas'. Ahora les decimos que pongan prioridades, porque no hay plata”, le confiaron a Letra P en el gabinete.

Francos se reunirá también este martes con otros cuatro gobernadores: el tucumano Osvaldo Jaldo, el catamarqueño Raúl Jalil, el salteño Gustavo Sáenz y el cordobés Martín Llaryora. Al cierre de esta nota, se desconocía el motivo del cónclave, pero al menos los tres primeros tienen un vínculo de sintonía fina con la Casa Rosada. El cordobés mantuvo en los últimos meses un vínculo cambiante con el Milei. Con todo, de sus provincias salió una buena pila de votos para que el Gobierno celebrara la semana pasada la sanción de la ley ómnibus.