Tras el triunfo, el candidato a primer concejal dejó de esquivarle a los medios y se refirió a sus expectativas. “No salí en campaña porque era más atractivo para ser atacados”, dijo y aseguró que cumplirá con el rol para el que fue elegido.
Pese a que siempre estuvo junto a su padre en cuanto acto y conferencia hubo, fueron muy pocas las veces que Guillermo Arroyo se animó a hablar con los medios de comunicación. Ese, durante la campaña previa a las elecciones, fue uno de los argumentos utilizados por el Frente Marplatense a la hora de las críticas, en especial teniendo en cuenta la poca información respecto a quién es Arroyo.
Consagrado su padre como intendente, Guillermo no tuvo más remedio que empezar a hablar. Y así lo hizo. En un breve contacto con la prensa, quien ocupará a partir de diciembre una banca en el recinto explicó el motivo de su ausencia y le puso fin a algunas especulaciones. “No voy a ser ni presidente del Concejo ni del bloque”, aseguró.
“No salí en campaña porque era más atractivo para ser atacados, era lógico; había poco tiempo y siempre quedaba como el ‘hijo de’”, sostuvo y rápidamente aclaró no querer revertir eso -porque está orgulloso de ser hijo de sus padres- y enumeró su trayectoria, que dijo es suficiente: “Mi trayectoria es la de 21 años de militancia, soy cofundador de Agrupación Atlántica y apoderado legal de Agrupación Atlántica”.
En ese sentido, y ante la pregunta respecto al panorama en el Concejo, Guillermo aseveró: “No voy a ser ni presidente del Concejo Deliberante ni del bloque bajo ningún punto de vista; voy a ser concejal, mi función es acompañar la gestión del nuevo intendente electo y nada más”. Y en cuanto a quién, entonces, se hará cargo de la conducción del Cuerpo, el hijo del intendente volvió a ser esquivo y solo sostuvo: “Estamos en democracia y el presidente, más allá de la tradición, va a salir del consenso del Cuerpo, esa es la verdadera forma”.
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