Loubet es intendente desde hace 24 años. Ahora inicia su séptimo mandato, lo que lo lleva a batir el récord que compartía, hasta octubre, con Raúl Otacehé de Merlo, Hugo Curto de Tres de Febrero, Carlos Gorosito de Saladillo y Juan Delfino de Suipacha.
Aníbal "Quique" Loubet tiene 63 años y los últimos 24 los pasó como intendente del partido de General Guido, un partido bonaerense de 3.500 habitantes donde, desde el regreso de la democracia nunca ha perdido el radicalismo. Ahora inicia su séptimo mandato, lo que lo lleva a batir el récord que compartía, hasta octubre, con Raúl Otacehé de Merlo, Hugo Curto de Tres de Febrero, Carlos Gorosito de Saladillo y Juan Delfino de Suipacha. Todos fueron elegidos al frente de sus distritos en 1991, pero solamente Loubet logró pasar la valla y empezar a transitar el camino hacia los 28 años consecutivos al frente de la misma comuna.
En esta última elección obtuvo el 63% de los votos y, consecuentemente, los tres concejales en disputa y los dos consejeros. Pese a esto, sostiene que si se impulsara la limitación de mandatos para los intendentes, la apoyaría.
-¿Cuál es la razón para que nunca haya perdido la comuna, aun cuando a nivel provincial y nacional hayan ganado en Guido otras fuerzas?
-"La gente ha confiado", dice, poniendo el eje en la relación con el vecino en un pueblo chico que, sin embargo, "tiene la ventaja de conocer a toda la gente pero, cuando uno tiene que decir que no a algo, la gente reacciona y castiga con el voto". Sostiene que su mejor virtud es el "sentido común: no seré un gran iluminado sino soy realista y soy uno más en la comunidad".
Loubet estima que en todo esto "hay un voto sentimental, de afecto, del día a día, de ser uno más". De todos modos cuentan otros factores como llevar adelante "una gestión ordenada, honesta". Lo que importa, dice Loubet, es que este fenómeno particular demuestra que "lo es solo la obra pública la que te hace ganar las elecciones, sino la obra pequeña de todos los días hacen a la gestión".
Es que en una comuna con un presupuesto de 50 millones, la dependencia de las administraciones centrales es vital.
La relación con la provincia
"Es la primera vez que me toca un gobernador de mi mismo signo político", dice el intendente al tiempo que marca la diferencia con los 24 años que gobernó con el justicialismo en la provincia.
"Hay que gobernar con recursos propios, que no son muchos y tratar de administrarlos de la mejor manera", aunque reconoce que "fuimos prolijos, mantuvimos la planta de personal sin un incremento importante".
En un repaso de esa relación, considera que "Duhalde fue el mejor gobernador que tuve". Además de que "nos atendía muy bien", Loubet considera que "fue la base de sustentación para que yo me afirmara en el municipio, porque encaró un plan de obra que beneficiaba a los municipios."
En ese ranking "una de las peores gestiones fue la de Ruckauf", pero rescata la de Felipe Solá, quien "trató siempre de estar cerca de los municipios."
"Con Scioli la relación fue buena pero los fondos estaban en Nación y Nación no nos daba. La única obra que pudimos concretar fue el Plan Federal de Viviendas, con Kirchner, pero a partir de Cristina, nunca. De Vido nunca nos atendió".
"Es muy triste ir a La Plata y no poder entrevistarte, no ya con un ministro, sino con un funcionario de segunda o tercera línea". Insiste.
En cambio, en este momento "tenemos muchas expectativas y estamos convencidos de que es ahora o nunca".
Apuesta por Macri
Antes de la elección pasada, Loubet había dicho que no pensaba continuar. La rectificación llegó después de una entrevista "en la que dije que si teníamos ansias de poder, si queríamos ser competitivos, estaba totalmente de incorporar a Macri al radicalismo".
"Fui uno de los primeros y, a partir de eso, me empezaron a llamar, como si fuera un municipio impresionante, del Ministerio de Gobierno de CABA y coordinamos que viniera Macri, a fines del año pasado. Me entusiasmó, después de tantos años, tener la posibilidad de pelear la presidencia, la gobernación nos parecía imposible y a partir de ahí me embalé otra vez".
"Ahora no tenemos excusas para obras emblemáticas que nos faltan: el camino Maipú-Labardén y la obra de cloacas en Guido y Labardén". La primera es un reclamo histórico, que incluso fue licitada en el año 1999 y la segunda, "fue licitada por el Spar, compramos el terreno y a pesar de que la empresa cobró el 25% de anticipo de obra, nunca puso un peso acá, lo que vamos a denunciar."
El impacto del sector público
General Guido es un partido de 234 mil hectáreas, un distrito de mediana extensión con más de 600 km de caminos de tierra, lo que significa un fuerte impacto para los recursos municipales.
La ganadería es la principal actividad productiva, una zona de cría, aunque se está haciendo recría y avanza la agricultura en la zona de Labardén.
"Es un tipico pueblo del interior, en el que sin el empleo público se hace difícil insertar a la gente en el trabajo", explica Loubet.
A la hora de reconocer ventajas, la seguridad está en primer lugar, aunque resalta que también "se prestan bien los servicios de salud, con dos unidades sanitarias sin internación pero con guardias médicas permanentes de 24 horas".
Explica que "hemos ido sumando especialidades y prácticamente las tenemos todas, además de convenios con los hospitales de Dolores y Maipú para las derivaciones y también para La Plata o Mar del Plata."
Al empleo municipal se suma los ingresos de los empleados de policía y educación, aunque en los últimos tiempos, la obra de arreglo de las vías del ferrocarril Buenos Aires-Mar del Plata ha permitido incorporar 25 personas.
La gestión encaró la construcción de la terminal de ómnibus, donde se instaló un parador de la empresa Atalaya que en la temporada funcionará con 20 empleados.
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