La lucha arrancó en los primeros meses. La disputa del Presupuesto entre la UCR y el oficialismo fue el epicentro. Radicales y peronistas pulsean por la pauta de gastos para cortarse recursos mutuamente para las elecciones.
Fue el año de la lucha por el poder, de la batalla por la gobernación de Mendoza y por el mismísimo sillón de San Martín, que hace dos períodos ocupa el peronismo, y cuyo desenlace recién llegará en octubre de 2015, aunque la guerra declarada por el radicalismo haya comenzado a principios de 2014.
Fue la batalla oculta que se libró entre la UCR y el PJ gobernante bajo el manto de la discusión por el Presupuesto provincial.
Una confrontación cuyo principal botín fue el manejo de las arcas públicas, el uso de los dineros del Estado para frenar al peronismo o para limitar un virtual expansionismo de los radicales.
Allí, a los fondos con los que se gobierna, lanzó su ataque la UCR liderada por el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo. Allí se plantó con dureza el gobernador Francisco Pérez, comandando al Justicialismo.
El año que pasó reflejó el resto. Pérez gobernó sin presupuesto hasta setiembre de este año y hace pocos días los radicales le dieron un nuevo disgusto con el Presupuesto 2015, encerrando al PJ y al gobernador en dos opciones: o negocian o se quedan sin pauta de gastos hasta mayo.
Lo que vendrá promete ser una disputa con giros y derivaciones pocas veces vista en Mendoza.
Fuera de la guerra por la gobernación, el año tuvo otro acontecimiento impactante y de consecuencias colaterales en la lucha por el poder: la muerte, a manos del cáncer, del intendente de Capital, Víctor Fayad.
Se fue el 7 de agosto, en medio de versiones que lo daban por muerto y lo revivían de inmediato. Lo despidieron la ciudadanía, la clase política provincial y la nacional. Un enviado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vino a Mendoza a darle el último adiós. Murió gobernando y en la arena política, como sin duda le habría gustado.
Su partida fue una profunda pérdida para la política local. Para la UCR, porque el Viti fue bandera y marca del partido, y aun en disidencia con la actual conducción, le aseguró los dominios del simbólico y poderoso bastión municipal de Ciudad, donde la épica dice que los radicales no conocen la derrota.
Para el PJ y el gobierno de Pérez fue también una pérdida irreparable, ya que con Fayad de aliado en intereses mutuos Paco logró contrapesar y demorar el avance de los radicales al mando de Cornejo.
Pero el Viti dejó este mundo envuelto en la bandera radical, y tras su partida el rebelde bastión de Capital miró hacia Godoy Cruz y reconoció a Cornejo como su líder.
El cuadro lo completó el accionar marginal de una diputada peronista: Evangelina Godoy.
La legisladora justicialista fue la que le dio el voto a último momento a los radicales para que aprobaran su propia versión del Presupuesto 2015 y sitiaran al Gobierno provincial de cara a las próximas elecciones.
No era la primera vez que Godoy traicionaba a las filas del partido que la llevó a la banca.
Hace pocos meses dejó a pie y en ridículo a todo el PJ en la Legislatura cuando la propia Godoy también votó junto con la UCR por un juicio político contra un juez de la Suprema Corte que finalmente no prosperó.
Luciana y el OAL
Fuera de estos acontecimientos, el gobernador Francisco Paco Pérez tuvo que rabiar con diversos desafíos y escándalos públicos de grueso calibre.
Desde los dolores de cabeza que le dio la desconocida oficina del OAL (Órgano Administrativo Local) hasta la conocida Casa Rosada durante la disputa por el control del petróleo, pasando por conflictos gremiales, las peleas cíclicas con la oposición y las salidas apuradas a buscar dinero prestado sin mucho éxito justo en el año en que los buitres batían sus alas sobre el país cerrando las ventanillas de la financiación.
Fue en enero de este año cuando el asesinato a golpes por una brutal paliza a una niña de 3 años, ejecutado por su padrastro en un edificio abandonado en pleno centro, conmovió a toda la ciudadanía.
El homicidio de Luciana Rodríguez sacudió a la sociedad no sólo porque se trataba de una menor indefensa, sino porque un cuidacoches la había rescatado días antes, había denunciado que el padrastro la golpeaba y la había dejado en la comisaría.
A pesar de esto, el OAL, oficina del Gobierno provincial responsable de proteger a la menor, no hizo nada salvo devolverle la niña a la madre para que días más tarde terminara muerta a manos del padrastro.
La inoperancia del OAL, que devolvió a la niña por teléfono y sin ir a verla, y de la policía, que la vio pero no dio cuenta de las evidentes lesiones que tenía, dejaron muy mal parado al Gobierno provincial, que tuvo que dar explicaciones varias semanas, incluso luego de haber descabezado la conducción del OAL.
Sin inicio de clases
En marzo, como era previsible, llegaría la discusión de las paritarias y, como le gusta al Gobierno, arrancaría con el sindicato de los docentes, por dos razones: porque es con el gremio que mejor relación tiene y porque con ellos marcan la tendencia para el resto de los estatales.
Sin embargo, lo que parecía fácil de resolver se complicó y la negociación desembocó en casi 15 días paro y asambleas del SUTE, fraccionadas en tres tramos, que sepultaron el inicio de clases como nunca antes y dejaron un terreno fangoso para el resto de las paritarias.
Tras el conflicto con los gremios, el Gobierno se encontraría con otros problemas y con rivales mucho más pesados: YPF y la Casa Rosada.
La pelea por Vaca Muerta
El precio del barril de petróleo por encima de los U$S110 y el apuro de YPF por hacerse del control de Vaca Muerta y todos los yacimientos que son propiedad de las provincias desató una fuerte confrontación entre las provincias petroleras y la Nación.
Allí estaba metido Francisco Pérez diciéndole no a Cristina Fernández y a Miguel Galuccio, CEO de YPF, cuando empezó a escribirse la Ley de Hidrocarburos. El futuro de la Provincia estaba en juego.
Con esta ley, la Nación e YPF querían recuperar el dominio sobre los yacimientos, los niveles de rentabilidad y desplazar a las provincias como intermediarias con las contratistas nacionales y extranjeras.
Tras innumerables encuentros, reuniones, idas y venidas, belicosas declaraciones y muestras de consenso, finalmente Pérez y sus pares petroleros acordaron la Ley de Hidrocarburos en medio de fuertes críticas de la UCR local, acusándolo de haber cedido importantes recursos que eran de la provincia.
El mercado mundial se burlaría a fin de año de aquellos febriles tira y afloja, tras dejar caer el precio del barril de crudo a U$S54, lo que hace inviable el proyecto de Vaca Muerta, donde extraer un barril cuesta más de U$S80.
El frustrado intento por autorizar el proyecto minero Hierro Indio en el Sur provincial, bombardeado en la Legislatura por los propios peronistas, le puso el moño a las políticas minera y petrolera.
Pérez templó estos tragos amargos con la política de viviendas, entregando personalmente numerosas barriadas, inició las obras de la tercera vía del Acceso Sur, se erigió en presidente del Justicialismo provincial y se decantó por Daniel Scioli como el heredero del proyecto K, quien pasó por Mendoza , como también lo hicieron Mauricio Macri, del PRO, y Sergio Massa, del Frente Renovador.
►Final durísimo. El último mes del año fue uno de los más picantes en cuanto a la pelea política, sobre todo por el cruce entre Francisco Pérez y Alfredo Cornejo.
►Lo que viene. Si el que termina fue un año de mucha pelea política, el que viene será más calen te aún, por las elecciones tanto a nivel municipal, como provincial y nacional.
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