Del guanaco al agua mineral de manantial, la apuesta de una firma local por la Patagonia

Del guanaco al agua mineral de manantial, la apuesta de una firma local por la Patagonia

Durante cuatro generaciones, la familia Mazquiarán desarrolló actividades rurales en el sur de nuestro país, siempre con una clave común: valorar lo que nos da la naturaleza. Eso es lo que, en el corazón de la Estancia Don José, anuda a Orizon con el guanaco que caracteriza su logo.

Desde 1920, la familia Mazquiarán se dedicó a la cría de ovinos para lana en la Patagonia. Como búsqueda de una alternativa de diversificación ante la crisis que vivió el sector en la década del 90 -que incluyó las pérdidas por la lluvia de cenizas del volcán Hudson-, desarrollaron GuenGuel, una apuesta a la cría sustentable del guanaco y a la producción certificada de las fibras finas de esta especie autóctona, la segunda más preciosa después de la de vicuña.

En esas mismas tierras de Río Mayo y buscando darle valor al agua de manantial, sagrada para uno de los peones del campo, unos años después, nació Orizon

La idea era la apuesta por un rubro que permita sostener los campos en Patagonia, sin perder el amor por lo que nos da la tierra. 

La diversificación productiva no se llevó al guanaco que, como estandarte, hoy se imprime en cada etiqueta y en las tapitas del agua embotellada.

La idea de que el guanaco fuese parte del producto insignia de la familia refleja un concepto presente en la producción de GuenGuel: el convencimiento de que el guanaco simboliza una alternativa productiva, una oportunidad de desarrollo, y una posibilidad de crecimiento para la región. 

Nelson Mazquiarán, uno de los socios fundadores de Orizon y dueño de la Estancia Don José junto a sus dos hermanos, recuerda que cuando apostaron a la cría de guanaco imaginaron, por un lado, que sería una alternativa económica interesante para la Patagonia, y por el otro, en la posibilidad de una ganadería sustentable que colabore con la recuperación de los suelos degradados.

El 23 de agosto, por primera vez, se celebró el Día Internacional del Guanaco, aunque en la Estancia Don José el guanaco es celebrado desde hace mucho, como un recurso valioso que nos regala la Patagonia. 

Nelson señala que si uno visita la Cueva de las Manos, Patrimonio de la Humanidad desde 1999, “los guanacos ya estaban ahí, hace 10.000 años”, y agrega: “son ícono de la Patagonia y ese amor por la Patagonia es lo que caracteriza todo lo que hacemos”.

El paraguas que abraza todo el trabajo que la familia Mazquiarán lleva adelante en Río Mayo es el agregado de valor en origen -primero con GuenGuel, Turismo Estancia Don José y después con Orizon- de dos recursos bien patagónicos: el guanaco, porque el 90% de estos camélidos están en nuestro sur; y el agua, por los cuantiosos acuíferos y reservas de agua dulce que tienen las provincias de Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Cuando Orizon comenzó a crecer y aunque para todos los productores el sueño es poder exportar algo de lo que producen, para la familia era importante instalarse en Patagonia: “Nuestro deseo siempre fue posicionarnos en Patagonia, como bien patagónicos que somos”, recuerda Naique Mazquiarán, directora de Orizon y cuarta generación de esta familia que sigue apostando por su lugar en el mundo.

Si valorar los recursos que nos da nuestra Patagonia es una bandera de la empresa, también lo es la perspectiva sustentable desde la que desarrollan sus productos. El agua mineral Orizon se envasa en origen con estrictos controles de calidad y se produce sin aditivos ni agregados de ningún tipo: su equilibrio justo en minerales lo brinda el tipo de suelo donde filtra lentamente de forma natural. 

Con orgullo, Naique sostiene que es un producto “repleto de características que brinda la naturaleza, en un lugar protegido, con certificación de tierras orgánicas, y que de alguna forma sostiene la historia familiar de cuidar el ambiente”.

Hacer la Patagonia, apostar por ese sur que cualquier habitante del mundo quiere conocer, también es hacer la Argentina: creer que lo que es nuestro puede ser mejor y trabajar con pasión y compromiso para hacerlo realidad.

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