Los bloques que reúnen casi dos decenas de votos clave para la votación de leyes. Sus principales referentes. Son seis agrupaciones que tendrán un rol determinante.
La maratónica sesión extraordinaria que celebró la Cámara de Diputados el 20 de diciembre pasado, que desembocó en la aprobación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, fue el bautismo de fuego para la administración del presidente Alberto Fernández en el Congreso. La iniciativa cosechó 134 votos a favor y 110 en contra: fue el primer pantallazo de un equilibrio inestable de fuerzas en el que oficialismo y oposición no cuentan con los votos suficientes para lograr quórum ni para aprobar un proyecto con sus propias tropas. El Frente de Todos cuenta con 120 escaños y Juntos por el Cambio, con 116. Para llegar a 130 deberán tejer acuerdos con una pequeña constelación de bloques pequeños que suman 18 voluntades, un puñado de votos imprescindibles que esta semana tendrán un rol tan determinante, como en diciembre, para la sanción del proyecto de ley que envió el Ejecutivo para renegociar la deuda externa.
La votación realizada luego de las 6 de la mañana del 20 de diciembre no ha perdido vigencia sobre el reparto de fuerzas que definirá la convivencia y las negociaciones en la Cámara baja en los próximos dos años. En esa oportunidad, el oficialismo logró torcer la negativa cerrada de Cambiemos gracias a los bloques Consenso Federal, Córdoba Federal y Unidad Federal para el Desarrollo
Los dos primeros forman parte del Interbloque Federal, que reúne a las tropas que reportan al excandidato presidencial Roberto Lavagna y al gobernador cordobés Juan Schiaretti. Consenso Federal tiene tres miembros: Graciela Camaño, que preside el grupo; Alejandro Rodríguez y Jorge Sarghini. Córdoba Federal cuenta con cuatro, una escudería compuesta por Paulo Cassinerio, Carlos Gutiérrez, Alejandra Vigo y Claudia Márquez.
La tercera pieza clave de ese primer conglomerado de aliados corre por cuenta del bloque Unidad Federal para el Desarrollo, integrado por los tres diputados electos hace dos años, que abandonaron el bloque del PRO en diciembre amparados en su identidad peronista de distintas vertientes que antagonizaron durante años con el kirchnerismo. Ellos son el bonaerense Pablo Miguel Ansaloni (miembro del partido FE y de UATRE), el santacruceño Antonio Carambia (ex ARI y ex-PRO) y su conductor, el mendocino José Luis Ramón, fundador e impulsor del partido local Fuerza Protectora. El alto perfil público del cuyano y los orígenes de sus compañeros de bloque derivaron en el sobrenombre que oficialistas y opositores le pusieron a todo ese pelotón de voluntades. En los pasillos del Congreso, con tono socarrón, confiesan con incomodidad la imperiosa necesidad de hablar con "Los Ramones de la Vida", para referirse a esa pequeña constelación de minibloques con poder de daño.
Ese continente de posibles acuerdos provisorios también puede extenderse al bloque Justicialista, que está integrado por el ex intendente de Bolívar y ex candidato a gobernador bonaerense por Conseo Federal Eduardo “Bali” Bucca junto a Andrés Zottos. A ellos se suma el bloque Frente de la Concordia Misionero, sostenido por Flavia Morales y Diego Sartori bajo el mando de Ricardo Wellbach, con una arquitectura que responde directamente al actual mandatario provincial, Oscar Herrera Ahuad, y por su intermedio al cacique peronista de Misiones, Carlos Rovira. El ex gobernador comenzó en diciembre pasado su décimo tercer mandato como presidente de la Legislatura unicameral y es el jefe indiscutido del bloque de la Concordia.
La lista de fuerzas provinciales incluye a tres bloques unipersonales: Juntos Somos Rio Negro, representado por Luis Di Giacomo; el bloque del Partido por la Justicia Social de Tucumán, integrado por Beatriz Luisa Ávila, y el bloque del Partido Propuesta Salteña, a cargo de Virginia Cornejo. Se trata de tres escuderías con relaciones con la oposición, pero sus votos dependerán de la ductilidad que tenga el oficialismo para contener preocupaciones locales en el marco del debate nacional.
En el caso de la diputada rionegrina, reporta a la gobernadora Arabela Carreras, mientras que la tucumana Ávila es la consorte del reelecto intendente de la capital provincial, Germán Alfaro, que se autodefine como peronista, pero viene de tejer cuatro años de muy buen vínculo con el PRO. Cornejo fue concejala de la capital provincial entre 2015 y 2019 bajo el signo de Cambiemos, pero bajo la jefatura del ex intendente Gustavo Sáenz, actual gobernador y líder del partido que la puso en el Congreso.
En ese horizonte, algunos aluden al rol que pueda tener Alma Liliana Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, aunque sus intervenciones, hasta ahora, han sido junto a la oposición.
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