Las fugas a LLA lo golpean fuerte, el silencio de Macri lo aturde y la nostalgia entre lo que supo ser y lo que es lo confunde. Córtenle el párpado.
Por Juan Rubinacci
Quienes aman el boxeo sabrán ver en el PRO de Buenos Aires a un partido que está al borde del nocaut, confundido en medio de una pelea que está perdiendo, mareado entre sus dirigentes que fugan hacia La Libertad Avanza y aturdido, ante el silencio atroz de Mauricio Macri, el coach que tiene que orientar rápidamente a su luchador groggy, antes de que caiga a la lona.
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Un acuerdo amarillo con Javier Milei para montar un gran frente electoral que pueda derrotar al kirchnerismo en la provincia, y dejar sin fuerzas a Axel Kicillof durante los últimos dos años de su gestión, está bien lejos, amén del optimismo en ambas tribus de que los comicios 2025 los encontrarán juntos. Juntos, pero, ¿a qué costo?: ¿coalición electoral o una boleta violeta? Nadie lo sabe.
Como nadie sabe nada, la mayoría especula y -públicamente- no se manifiesta, por lo que surgen las elucubraciones. Aunque con algunos datos concretos de la realidad. Por ejemplo, la fuga de dirigentes PRO hacia LLA, que comenzó a mediados de 2024 con un puñado de legisladores, que esta semana se tradujo en los primeros intendentes que pegan el salto a Las Fuerzas del Cielo.
Diego Santilli y Cristian Ritondo
El efecto Diego Valenzuela y el desconcierto del PRO
El fichaje del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela le puso foto de tapa a un diario de ayer: el sector de Patricia Bullrich fue absorbido por el oficialismo, tarde o temprano iba a pasar. Ese sector viene marcando hace mucho que es cuestión de tiempo que la dirigencia del PRO se vuelque en estampida o a cuentagotas a las filas libertarias.
No obstante, no fue gratis para el intendente de la poderosa Primera sección electoral. Buena parte de la dirigencia que responde al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, le pasó factura, entre alusiones a los traidores romanos y a la obsesión por el poder. Pero el PRO ya estaba roto, nadie puede hacerse el distraído. Así lo dispuso el fundador del partido a mediados del año pasado cuando vació el consejo directivo bonaerense para poner a Cristian Ritondo al frente, su alfil, al que hace varias semanas no se le escucha la voz.
Cepión les dijo: "Roma no paga traidores". aunque los romanos podían utilizar a los traidores para sus propios fines, no los recompensaban, ya que la traición era vista como un acto despreciable.
Algunos Historiadores se olvidan de la historia y de la mano que les dió de comer.
— ezequiel sabor.: (@ezesabor) January 16, 2025
Eso es algo que inquieta a su dirigencia, que se mueve entre el presidente partidario en Buenos Aires y el último ganador amarillo en la provincia: Diego Santilli. En 2021 "el Colo" llevó al triunfo al extinto JxC, aunque con todo el radicalismo a su lado. Hoy la UCR no está, LLA queda lejos y el PRO se diluye. Pero el diputado ya avisó que no será candidato amarillo si no es en un acuerdo con el oficialismo. ¿Y entonces?
El silencio de Mauricio Macri aturde
Entonces que llegue una señal. Como contó Letra P, Macri prepara una narrativa para explicar por qué no llegó a un acuerdo con Milei. Esto es, contarle a buena parte de un electorado que comparten cuáles son los caminos que los separan. El expresidente designó a un puñado de leales para establecer una mesa de diálogo con el oficialismo, aunque, por ahora, las sillas del otro lado siguen vacías. Macri está enojado porque el apoyo legislativo -vía Ritondo- que su partido le ofreció a Milei en su turbulento primer año de gestión no tiene devolución de gentilezas.
Mauricio Macri tendrá la última palabra a la hora de negociar con los Milei.
Al contrario, Karina Milei abre la puerta para que en Buenos Aires el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el peronismo no kirchnerista armen un gran frente anti-Kicillof, pero siempre bajo el liderazgo libertario. Nada de coaliciones ni distribución del poder: La Libertad Manda. Así fue en la Legislatura, al menos, cuando después de varas semanas de negociaciones entre el bullrichismo y LLA, los ex-PRO terminaron siendo absorbidos por los bloques de Milei. Esa puerta también está abierta.
La incontinencia libertaria
Mientras tanto, a aquellos legisladores y a Valenzuela podrían seguirlo otros intendentes del PRO y varios dirigentes sueltos, que tal vez no responden ni a Ritondo ni a Santilli. Claro que antes harán valer sus territorios y el poder de fuego electoral en un año clave. En esa lista aparecen Guillermo Montenegro (Mar del Plata) y Ramón Lanús (San Isidro), dos distritos importantísimos de la Quinta y de la Primera sección electoral, respectivamente.
El único sector del PRO que hasta el momento se planta es el jorgemacrismo, que tampoco quiere coalición electoral, pero que pide un acuerdo para respetar los liderazgos territoriales. En LLA ya avisaron que eso es imposible, aunque no tengan candidatos fuertes en los municipios ni en las secciones y no les vendría para nada mal hacerse de la estructura territorial y el aparato electoral del PRO, que tarde o temprano terminará jugando full Milei.
¿Y si te llama Milei? Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata.
Córtenle el párpado
En cualquier caso, el PRO primero tiene que salir del rincón. Despabilarse y cortarse el párpado para ver con algo de lucidez un escenario borroso. Su líder debe dar una señal clara, marcar el rumbo y derramar conducción pase lo que pase, aún sabiendo que no tiene la hegemonía que supo conseguir en sus años dorados.
Morir con las botas amarillas puestas o entregarse a las garras del león, de su poderosa hermana y de Santiago Caputo, el asesor presidencial estrella que detesta a Macri y a toda su dirigencia. En ambos vértices del triángulo de hierro, el ingeniero ve que le cuentan hasta diez.
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