Grieta en la UCR: las razones detrás de los golpes de efecto de Martín Lousteau para confrontar con Javier Milei

Grieta en la UCR: las razones detrás de los golpes de efecto de Martín Lousteau para confrontar con Javier Milei

Pese a que enfrenta cuestionamientos internos por sus posicionamientos críticos al Gobierno, el jefe de la UCR apuesta a diferenciarse para revitalizar al centenario partido y construir una alternativa en 2025

 

Matías Moreno

Martín Lousteau alienta la batalla discursiva contra el Gobierno de Javier Milei desde que asumió como presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) a mediados de diciembre pasado. La ofensiva de Lousteau para diferenciarse de Mauricio Macri y de sus exsocios en Juntos por el Cambio y construir un nuevo liderazgo en el terreno opositor profundiza la división interna el radicalismo y provoca un fuerte malestar, sobre todo, entre los gobernadores y referentes partidarios que apuestan a lucir, por diversos motivos, una postura cooperativa con Milei en el amanecer de la gestión de los libertarios.

Hay razones que explican los últimos golpes de efecto de Lousteau para confrontar con Milei. El jefe de la UCR juega sus cartas con el objetivo de construir un lazo estrecho de representación con las bases del centenario partido. Pese a la crispación social con la dirigencia tradicional y el nivel de apoyo que aún preserva Milei en los sondeos de opinión pública pese al mix de “motosierra” y “licuadora” para implementar el ajuste fiscal, Lousteau está convencido de que hay espacio para construir una alternativa a Milei por fuera de las fronteras del kirchnerismo. Por más que sus exaliados del macrismo perciben que la mayoría de los votantes de JxC que integran el universo antikirchnerista apoyan a Milei o les reclaman colaboración para afrontar la profunda crisis tras la gestión de Alberto Fernández, Lousteau confía en su táctica y manda a los radicales al ataque.

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Pretende plegarse a los intendentes de la UCR, sobre todo Miguel Ángel Lunghi (Tandil) o Marcos Ferrer (Río Tercero), y su principal aliado en el tablero, Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, para construir lejos de los extremos. Arropado por aliados en puestos de gestión, quiere mostrar una fórmula distinta a la de Milei: se puede reducir el déficit fiscal y generar crecimiento económico sin que el Estado “abandone” su rol. A sabiendas de que está en juego la identidad de la UCR y que Milei juega a polarizar con el kirchnerismo para quedarse con los votantes de Pro o JxC, Lousteau procura mostrar un “perfil propio” y reforzar “el modelo de Raúl Alfonsín” para aumentar el nivel de convocatoria del radicalismo, que preserva poder territorial y presencia en el Congreso: cinco gobernadores, 13 senadores y 34 diputados.

Martín Lousteau y Maximiliano Pullaro

Con ese trasfondo, los armadores de Lousteau ya proyectan el escenario electoral de 2025, cuando se concluye el mandato del economista en el Senado. Mientras Macri, nuevo presidente de Pro, explora con cautela una eventual alianza con los libertarios, los laderos del jefe de la UCR descuentan que Lousteau podría competir por una banca en Diputados o renovar su escaño en el Senado. El escenario de la batalla será la Ciudad de Buenos Aires. Si bien esperarán a que Jorge Macri defina si mantiene su alianza con la UCR o si pacta con los libertarios porteños, Lousteau y sus feligreses ya piensan edificar una opción de centro en la oferta electoral que esté integrada por distintos sectores progresistas, peronistas e, incluso, por desprendimientos de Pro. Por caso, Lousteau mantiene contactos frecuentes con Horacio Rodríguez Larreta, quien también se alejó de Macri y Patricia Bullrich y busca reinventarse en el llano con posicionamientos similares al del jefe de la UCR respecto del recorte de fondos a las universidades públicas o la visión sobre el último golpe militar.

En sintonía con la visión de Larreta, el senador y sus estrategas perciben que el futuro de Pro ya está atado a la suerte del experimento de La Libertad Avanza (LLA) en la cima del poder: “Si a Milei le va a bien, serán la Ucedé del menemismo. Y si sale mal, son el Frepaso de ‘Chacho’ Álvarez en el gobierno de De la Rúa”, pronostica uno de los escuderos de Lousteau.

Golpes de efecto

Pese a que sus posicionamientos públicos para desmarcarse del Gobierno de La Libertad Avanza provocan tormentas internas en el radicalismo y lo convierten en el blanco de las críticas de Milei y sus exsocios macristas -le reprochan su pasado en el kirchnerismo y la autoría intelectual de la “125″-, Lousteau asume el costo de avanzar abiertamente contra Milei y descarta un repliegue táctico.

De hecho, el titular de la UCR protagonizó en las últimas semanas una seguidilla de acciones para confrontar con Milei. En primer lugar, votó en contra del mega decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsado por Milei para desregular la economía y reformar el Estado, una maniobra que lo exhibió aislado del resto del bloque en el Senado –solo Pablo Daniel Blanco (Tierra del Fuego) lo acompañó en la negativa, mientras que Maximiliano Abad (Buenos Aires) se abstuvo-. La mayoría de los gobernadores de la UCR -la única excepción fue Pullaro (Santa Fe)- y los jefes de bancadas en el Congreso se encolumnaron para tomar distancia del voto negativo de Lousteau.

Milei y Bullrich atribuyeron la resistencia del senador a los recortes en los fondos destinados a la UBA, que controla Emiliano Yacobitti, mano derecha de Lousteau.

Lousteau junto a las autoridades del radicalismo

En plena escalada con el Gobierno, el senador decidió el último domingo encabezar la marcha de militantes de la Franja Morada y la Juventud Radical durante un nuevo aniversario del último golpe militar. Ese día el Ejecutivo salió a confrontar con la visión del kirchnerismo sobre los 70 al reclamar una “memoria completa” y negó la cifra de 30.000 desaparecidos. Y, este miércoles, Lousteau volvió a mostrarse desafiante con sus correligionarios que tienen una actitud concesiva con Milei: sugirió que tienen “miedo” de plantear ante la opinión pública sus diferencias con el rumbo que trazó el Presidente desde que llegó a la Casa Rosada y les pidió que honren el legado de Raúl Alfonsín, uno de los blancos predilectos del líder de LLA. Lousteau apeló a una controvertida frase, que atribuyó a un “amigo” suyo, para criticar el posicionamiento público de gobernadores y legisladores nacionales de su partido frente a la gestión de los libertarios.

“Tengo a un amigo que mira a los radicales que putean (sic) a [Raúl] Alfonsín, que dicen que la política es toda corrupta, que defienden sus intereses, todo... Tengo un amigo que dice: ‘che los radicales parecen esos que te dicen tenés cinco minutos para sacarle la mano del culo a mi mujer’, ¿no?”, lanzó diálogo con el canal Blender. Sus dichos provocaron la reacción de la diputada radical Pamela Verasay, un alfil del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, detractor interno de Lousteau. Verasay, vicepresidenta tercera de la UCR, le pidió a Lousteau que brinde unas disculpas públicas por sus expresiones. Este jueves, en diálogo con Radio Rivadavia, dijo que el DNU de Milei es “constitucional” y resaltó que la mayoría del bloque radical de Diputados está “en sintonía” con las medidas planteadas en ese decreto. “Son reformas que la Argentina necesita, como desregular la economía y desburocratizar el Estado”, apuntó Verasay.

El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, también se disgustó cuando escuchó los dichos de Lousteau. “Soy alfonsinista hace cuarenta años; Lousteau no me va a enseñar a mí sobre Alfonsín”, dijo a LA NACION durante una recorrida por su provincia.

Mientras que los detractores internos de Lousteau le achacan que no respete su rol como líder del partido y lo acusan de no representar al conjunto de las voces, los colaboradores de Lousteau se jactan de tener el respaldo de la mayoría de la mesa del comité nacional de la UCR. Presumen tener el control de un 70% de la estructura partidaria o de haber cosechado apoyos en el movimiento estudiantil o los exfuncionarios de Alfonsín que se unieron en un comunicado para respaldar a Lousteau tras el voto negativo al DNU. Y consideran que los gobernadores o referentes nacionales que no se alinean temen pagar costos en sus distritos o ser perjudicados por el Gobierno en el reparto de fondos.

En el círculo íntimo del jefe del radicalismo atribuyen el ataque de Verasay al supuesto interés de Cornejo por mantener una suerte de armisticio con Milei. Especulan que el Gobierno tiene dos potenciales candidatos a gobernador en Mendoza -Omar De Marchi y Luis Petri- que podrían complicar a futuro a Cornejo. Creen que Valdés o Rodrigo de Loredo, exaliado de Lousteau en Evolución Radical, también miran el tablero en sus provincias cuando evitan chocar con Milei.

“Lousteau debe tener una mayor flexibilidad y no ser tan testarudo. Tiene que representar y liderar al conjunto. Se sobregira y queda aislado”, asegura uno de los popes del radicalismo. Por caso, sus rivales internos creen que debería haberse abstenido a la hora de votar el DNU de Milei en el Senado dado que la mayoría del bloque se había inclinado por aprobarlo. Para Lousteau, el decreto es “inconstitucional”.

Pese a la grieta interna, los radicales podrían amalgamar voluntades en caso de que prospere el pliego de Ariel Lijo en el Senado. Es que el candidato que propuso Milei para ocupar una vacante en la Corte Suprema tiene terminales en todas las ramas internas de la UCR. No solo Daniel “Tano” Angelici, aliado de Lousteau en la Capital, podría ayudarlo a conseguir votos. Es que Lijo tiene vínculo con Enrique “Coti” Nosiglia, Yacobitti, Valdés e incluso Ernesto Sanz. Por lo pronto, los altos mandos del radicalismo aguardarán que Cristina Kirchner mueva sus fichas antes de jugarse por Lijo. “La única forma de que consiga los votos en el Senado es que lo apoye el peronismo”, aventura uno de los caciques de la UCR.

Fuego cruzado

Lousteau insistió el miércoles en que percibe “miedo” entre sus correligionarios a marcar diferencias con el Gobierno. “Muchos radicales se llenan la boca con [Raúl] Alfonsín. Pero Alfonsín tenía unos huevos así de grande. Entonces, si te vas a llenar la boca con Alfonsín, honralo en tu comportamiento cotidiano”, puntualizó el senador, quien sucedió a Gerardo Morales al frente de la conducción de la UCR después de que Milei asumiera como presidente.

“Como vicepresidenta de la UCR exijo una explicación y disculpas públicas del presidente del partido ante estas declaraciones que le faltan el respeto a todos los radicales”, escribió Verasay en su cuenta de la red social X.

La mendocina provocó la reacción de la vicepresidenta primera de la UCR. Se trata de Inés Brizuela y Doria, exintendenta de La Rioja y aliada del sector de Gerardo Morales, quien salió a defender a Lousteau. “Aunque no me gusta el ejemplo utilizado, en muchos casos lamentablemente tiene razón el amigo Lousteau”, puntualizó.

Ante la consulta de LA NACION, Brizuela y Doria consideró que la UCR tiene una oportunidad política para resurgir. Apuesta a que el partido mantenga el equilibrio y defienda el respeto a la ley y las instituciones. Es decir, cree que el apoyo a “las profundas reformas” que impulse Milei debe estar supeditado a que el Gobierno se mantenga “dentro de los carriles de la ley”. Percibe un “fanatismo libertario” y rechaza la lógica de “enemigo-amigo” que promueve Milei. “No vamos a ser furgón de cola de Milei. No somos golpistas, queremos que le vaya bien, pero dentro de los lineamientos de la ley”, remarcó la riojana.

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