La disputa entre kirchneristas y anticristinistas mantiene empantanado el trabajo de la comisión que debe revisar los DNU de Macri
El proceso de debate interno en el que quedó sumido el peronismo tras la derrota electoral de 2015 tiene en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo un campo de batalla en el que, todavía en sordina, kirchneristas y anticristinistas mantienen una dura pulseada con el posicionamiento sobre los decretos emitidos por el Poder Ejecutivo como telón de fondo.
Un dato alcanza para corroborar la existencia de esta disputa. Desde que el diputado y miembro de La Cámpora Marcos Cleri (Santa Fe) asumió la presidencia, la comisión sólo emitió dos dictámenes sobre más de una docena de decretos puestos a consideración de la bicameral. El contraste con el año pasado, cuando la presidió el senador oficialista Luis Naidenoff (UCR-Formosa), es evidente: más de 20 dictámenes firmados, la mayoría de ellos de rechazo.
La clave del fenómeno pasa por la conducta de los senadores del FPV, que se niegan a convalidar la oposición cerrada del ala kirchnerista de la comisión, integrada en su mayoría por diputados, contra el gobierno de Mauricio Macri .
En el kirchnerismo responsabilizan por esta actitud al jefe de la bancada peronista del Senado, Miguel Pichetto (Río Negro), al que acusan de retacearle las firmas para emitir dictamen de mayoría en rechazo a los decretos.
En el bloque que conduce Pichetto niegan esas acusaciones y se defienden al aducir que el PJ no tiene los votos para rechazar un decreto en soledad.
A diferencia de lo ocurrido durante el kirchnerismo, desde diciembre de 2015 la comisión bicameral quedó integrada sin que ninguna fuerza política tenga mayoría propia. El PJ tiene la mitad de sus miembros (8). La otra mitad está integrada por seis miembros de Cambiemos y los representantes del Interbloque Federal (el senador Adolfo Rodríguez Saá ) y del Frente Renovador (el diputado Raúl Pérez ).
Con este panorama, la única forma de que el FPV alcance las nueve firmas (la mitad más uno de los miembros) para rechazar un DNU es sumar el voto de Rodríguez Saá o del massista Pérez.
Ganancia oficialista
Sin embargo, la representación del FPV también está dividida. Los diputados Cleri, Juliana Di Tullio y Diana Conti y la senadora Anabel Fernández Sagasti responden a las órdenes de la ex presidenta Cristina Kirchner e impulsan el rechazo de todos los decretos.
Sin embargo, los senadores Mario Pais, Juan Manuel Irrazábal, Daniel Lovera (hasta el año pasado Juan Manuel Abal Medina) y Graciela de la Rosa (ahora en la AGN, por lo que debe ser reemplazada) coordinan sus acciones con el jefe de su bancada y se alternan a la hora de quitarle el cuerpo a la ofensiva kirchnerista.
Este escenario no hace más que favorecer al oficialismo, que encontró en un resquicio reglamentario la salida para evitar que se sigan acumulando dictámenes contrarios a los decretos del Poder Ejecutivo.
El vericueto, que alguna vez utilizó el kirchnerismo para darle acuerdo a Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central, es la interpretación reglamentaria según la cual una comisión sólo puede dictaminar si se manifiestan (en uno o varios despachos) la mitad más uno de sus miembros.
Desde que empezó el año, eso ocurrió con sólo dos decretos (el 58 y el 80, ambos dictaminados a favor). El resto, quedó flotando en un limbo debido a que, como ninguno reúne las nueve firmas, el grupo que queda en minoría (casi siempre el oficialismo) no presenta su despacho para no convalidar a sus rivales.
Por el momento, la polarización entre macrismo y kirchnerismo juega a favor del Poder Ejecutivo, que a pesar de encontrarse en minoría en ambas cámaras legislativas viene evitando el duro golpe que implicaría el rechazo del Congreso a algunos de los DNU.
En la Cámara baja, el bloque del FPV, hegemonizado por el kirchnerismo, viene reclamando el tratamiento de los decretos más polémicos del Gobierno, como el que amplió el presupuesto que contemplaba el financiamiento para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, que favoreció a la constructora de Angelo Calcaterra.
En el Senado, sin embargo, del tema casi ni se habla. Sólo la neuquina Lucila Crexell (MPN) reclamó el año pasado el tratamiento de los dictámenes de la comisión bicameral. La legisladora llegó a manifestar su reclamo en el recinto, al alertar sobre los efectos jurídicos de medidas rechazadas por la comisión, pero no tuvo éxito.
Mientras tanto, todas las medidas adoptadas por el Gobierno por la vía del DNU siguen vigentes hasta que ambas cámaras se pronuncien en contra. He aquí otro escollo para el kirchnerismo. Aunque en este caso no puede quejarse. Fue Cristina Kirchner, cuando era presidenta, quien impulsó la sanción ficta de los DNU.
Un giro de 180 grados
Un año improductivo
Desde que empezó el año y la preside Marcos Cleri (FPV-Santa Fe), la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo sólo pudo firmar dos dictámenes
Contraste con 2016
El año pasado fue diferente: la comisión emitió más de 20 dictámenes, la mayoría de ellos en rechazo a las medidas
Interna peronista
La causa es la agudización del enfrentamiento entre kirchneristas y anticristinistas por el tipo de oposición al gobierno de Mauricio Macri
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