Lo aseguró el intendente en uso de licencia, Gustavo Menéndez. Su respuesta formó parte de un combo que, según su análisis, hace a la inseguridad en el distrito, junto a la disgregación de las familias, el avance del narcotráfico y la poca cantidad de efectivos policiales que tiene el distrito.
“Disgregación de la familia por circunstancias económicas y culturales, un Estado que no está presente, el avance del narcotráfico, la pérdida de trabajo, la caída del salario, la suba de la pobreza… Eso es un cóctel explosivo”. Gustavo Menéndez, intendente en uso de licencia de Merlo, analizó los motivos por los cuales en el distrito que gobernó desde 2015 hasta el pasado 6 de diciembre los números de hechos delictivos no paran de crecer. Todos los días se conocen ataques de motochorros, robos a mano armada, crímenes y situaciones en las que la violencia dice presente.
“El abordaje no es solamente con más y mejor policía, tampoco con acercar los tribunales y una mejor justicia, que también es necesaria. Creo que las mejores herramientas para combatir la inseguridad son la cultura, la educación, el deporte. Por ejemplo, si hablamos de educación, el 70 por ciento de los chicos que van a la secundaria en Merlo no terminan”, reveló el ahora exmandatario en una entrevista con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Cablevisión.
Esto es decir que de cada diez adolescentes que comienzan a estudiar la etapa posterior a la primaria, algo que no sólo es obligatorio sino indispensable para su formación, apenas tres concluyen. Son datos previos a la pandemia, que quizá se puedan haber agudizado con las restricciones impuestas por la cuarentena y la falta de presencialidad escolar. “Es muy preocupante ese dato”, señaló.
En materia de inseguridad, Menéndez también asegura que Merlo “siempre va detrás del delito”. “Hemos comprado patrulleros, instalado más de cuatro mil cámaras, pero somos el Municipio que menos policías operativos tenemos por habitante del país. Contamos con cien efectivos al día para cuidar 23 mil cuadras pobladas y 700 mil habitantes”, completó.
La desventaja estatal también se evidencia con el avance del narcomenudeo en los barrios, actividad ilícita en la que muchos chicos y chicas encuentran una salida rápida que les garantiza un ingreso económico que ningún empleo en blanco les otorga. Basta recordar nomás aquella anécdota que contó Diego Kravetz, jefe de Gabinete del Municipio de Lanús, durante una recorrida en la campaña.
“Me agarra una señora y me dice ‘mi hija está con un problema de droga. ¿Es consumidora? ‘No, vende. Quiero que vos le des un trabajo a ver si logramos sacarla de la droga. ¿Cuánto gana? ‘Cien lucas por mes’. Olvidate”, sintetizó el dirigente macrista su diálogo con esa circunstancial interlocutora. “Yo le puedo ofrecer un empleo por 30 mil pesos. ¿Contra qué estoy compitiendo?”, se preguntó. Esa situación se repite a lo largo y a lo ancho del conurbano.
Comentá la nota