La localidad de Sierras Chicas viene reclamando por la quita de caudal del Tiu Mayú desde el norte del valle de Punilla. La Provincia reguló ahora el uso de este cauce.
“A mediados del siglo pasado, la entonces Obras Sanitarias de la Nación hizo una serie de obras que dividieron el caudal del río en dos mitades para La Granja y La Cumbre. Sin embargo, en los últimos años el municipio de La Cumbre comenzó a efectuar una serie de obras y desvíos del curso del arroyo que terminaron afectando el nivel y caudal de agua que debe llegar a nuestra comunidad”, explicó Ricardo Chiavassa, integrante del grupo de Mesa del Agua y Ambiente de La Granja, que aportó fotografías y documentos a las autoridades provinciales para sostener el reclamo.
Según denuncia este grupo de vecinos de La Granja, en las épocas de escasas lluvias, desde La Cumbre se desvía la totalidad del agua del río Tiu Mayú, a través de un túnel que decanta en el pequeño embalse San Jerónimo, que abastece a los pobladores de la localidad del norte de Punilla.
Las diferencias se acentuaron en los últimos años a causa de la sequía que sufrieron los arroyos y vertientes, en particular en el sector de La Granja y Ascochinga, mientras –según plantean– se observaba del otro lado una proliferación de construcciones y complejos turísticos en el área norte de Punilla con epicentro en La Cumbre.
Desde la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia anunciaron que las autoridades de los dos municipios aceptaron firmar un convenio para volver a la situación original, reparar un azud nivelador, e instalar la infraestructura necesaria para garantizar el reparto equitativo del recurso a las dos localidades.
De años
En 2011, un informe de este diario ya advertía de esta controversia. Entonces, el río estaba seco a la altura de La Granja y este municipio se declaraba en “emergencia hídrica”, aplicando restricciones de consumo para sus cinco mil vecinos.
“Antes de llegar a Agua de Oro, no queda una gota en el río. Tampoco entra entonces a las napas de las que nos abastecemos”, señalaba el intendente Carlos Ambrosich, ahora funcionario provincial.
El municipio presentó ese año una denuncia ante la Justicia y un reclamo a la Provincia para que se determine si no influyen para esa situación supuestas extracciones que harían del río, aguas arriba.
En La Cumbre el agua es también un bien escaso. Este año, con muchas lluvias, no hubo alerta, pero en los anteriores también declaró “emergencia hídrica”. Sus ocho mil habitantes son abastecidos por el dique San Jerónimo y por perforaciones a las napas.
En ese momento, funcionarios municipales de La Cumbre aclararon que “el único desvío de agua del río al dique está desde 1942, cuando se construyó el San Jerónimo, y no hay otro. El problema es de las cuencas, en general”. A la vez admitían que “en todo caso habría que revisar si algún particular, en algún campo, no hizo alguna alteración sobre el cauce, pero eso ya no es jurisdicción de este municipio”.
El río Tiu Mayú, de habitual escaso caudal, desemboca en el río Carnero, afluente del Jesús María.
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