La víctima reconoció en el juicio a uno de los acusados de haber asesinado a su esposa Comenzó ayer el debate oral por el asesinato de Silvia Castillo. Un guardia escuchó a los agresores a dos cuadras del lugar
Lo reconoció sin dudarlo. “González es la persona que me intentó asaltar varios meses antes de que mataran a mi esposa”, dijo Claudio Roselló, señalando al acusado Matías “El Gordo” González. Así, introdujo en el juicio oral la hipótesis de que el ataque que sufrió con su familia, y en el que perdió la vida Silvia Castillo de Roselló, se trató de una especia de venganza por aquel asalto frustrado.
Ayer a la mañana comenzó el juicio oral por el crimen de Castillo de Roselló, ocurrido el 13 de diciembre de 2009. El abogado Pablo Rivera se presentó como el nuevo abogado de Miguel Sebastián “Garrón”Romero, y pidió una postergación del debate para poder estudiar la causa.
El pedido no fue aceptado por las camaristas María del Pilar Prieto, Wendy Kassar y Alejandra Balcázar. Para garantizar la defensa del acusado, estuvo presenta la defensora Oficial Marta Toledo, quien el viernes había sido designada para intervenir en la causa.
Roselló contó que en abril de 2009 estaba en la puerta de su casa acomodando las cosas que había utilizado para lavar el auto. Su esposa se encontraba regando el jardín cuando un joven sacó un arma y le apuntó a Roselló, pidiéndole que le entregara la billetera.
“Le explicaba que no tenía nada encima, porque estaba de short y remera, mientras forcejeamos. Por eso sé que es él, tuve su cara cerca de la mía”, declaró el esposo de la víctima. Un vecino que sacaba el auto de su garaje se percató de los gritos de la esposa y de los hijos de Roselló, quienes pedían auxilio.
Este vecino, que era policía, gritó y el hombre que forcejeaba con Roselló lo soltó, corrió hasta la esquina y subió a una moto que lo esperaba. “No hice la denuncia. Hoy me arrepiento de no haberla hecho”, aseguró el testigo. Durante un cuarto intermedio, contó a LA GACETA que apenas lo vio ingresar a la sala lo reconoció.
El homicidio
El 13 de diciembre de 2009 a las 5, cuando la familia Roselló regresaba del cumpleaños de un familiar, detuvieron el auto en la entrada de la casa del pasaje Bascary al 4.100, en el barrio Ciudad Parque (altura Santiago del Estero al 4.100).
Melisa Roselló, la hija de 15 años del matrimonio, se bajó para abrir el portón. En el auto estaba Silvia Castillo con su hija Belén en los brazos, y Gonzalo, de 12 años, en el asiento trasero.
Claudio Roselló estaba subiendo al Citroën ZX (que estaba con el motor encendido), cuando su esposa le advirtió que un joven se estaba acercando desde la esquina con Belisario Roldán. El testigo declaró ayer que al verlo, subió rápido al auto y el atacante comenzó a disparar.
Fueron varios tiros. Uno de ellos le pegó en la frente a Silvia Castillo. Otro le dio en el brazo que cubría a Belén. “Se murió con el brazo encima de su hija. Creo que fue un acto de madre, que la protegió”, manifestó Roselló, entre lágrimas.
El hombre que disparó (quien según la acusación sería “Garrón” Romero), corrió hacia la esquina y subió a una moto que habría sido conducida por “El Gordo” González. Escaparon hacia el sur por calle Belisario Roldán.
De acuerdo al testimonio que ayer brindó el ex guardia de seguridad privada, José Alfredo Gómez, los homicidas doblaron por calle San Juan. “Pasaron cerca mío y escuché que el conductor preguntaba ‘¿Qué le has pegado?’, y el otro le respondió ‘Sí, en el anco (sic)’”, aseguró Gómez.
Mientras Roselló declaraba sus hijos Melisa y Gonzalo lloraban. Contó que luego del crimen lo dejaron sin trabajo y que tuvieron que mudarse porque no querían volver al barrio.
Cuando la presidenta del tribunal María del Pilar Prieto le preguntó al acusado Sebastián “Garrón” Romero a qué se dedicaba, este respondió que se desempeñaba en una cooperativa del plan “Argentina Trabaja”. “¿Y qué hace?”, interrogó la jueza. “Pinto las calles y esas cosas”, respondió el imputado. “¿Para qué legislador?”, insistió Prieto. “Para el gobernador”, aseguró “Garrón”.
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