El exministro de Gobierno, Francisco Gordillo, debutó ayer al frente de la cartera social, luego de los cambios en el gabinete provincial realizados la semana pasada por la gobernadora Corpacci tras el resultado electoral de las PASO. Como primera medida, solicitó la renuncia a toda la planta política de la gestión de Oscar Pfeiffer, tanto a los directores como a los “índices” y mantendrá entrevistas personales para decidir la suerte de cada uno.

En tanto, requirió información a cada dependencia ministerial para evaluar los programas en marcha y el tipo de fondos que ejecuta, es decir, si tienen origen provincial o nacional. A partir de allí iniciará el diseño de su administración, de acuerdo a las indicaciones que le dio la primera mandataria.

Gordillo cambió las confortables oficinas de la cartera política en Casa de Gobierno por la modesta sede de Desarrollo Social en el Pabellón 33 del CAPE, adonde llegó en compañía de Raúl Barrionuevo y el exsubsecretario de Asuntos Institucionales, Tadeo Herrera, quienes venían trabajando junto a él y lo acompañarán en su nueva función. También se llevó a personal oriundo de Pomán que lo asistieron en Gobierno, para que realicen tareas en la Secretaría Privada.

En el marco de las modificaciones en la estructura de la cartera social, trascendió que la hasta ahora directora de Acción Cultural de la Secretaría de Cultura, María Castaños, podría pasar a ocupar la estratégica -y complicada- Dirección Provincial de Acción Social Directa, que es el área encargada de entregar ayuda de primera necesidad, tanto para cubrir situaciones de emergencia como de vulnerabilidad social.

Esto implicará el paso al costado de Luis Herrera, un trabajador social muy cercano a Pfeiffer, que a su vez había reemplazado a la primera titular de esa dependencia, la exdiputada María “Mary” Aparicio.

Particularidades

En el plantel de funcionarios que Pfeiffer legó a Gordillo hay una variedad de perfiles políticos y extracciones partidarias que el nuevo ministro deberá evaluar a la hora de realizar los cambios. Varias áreas están ocupadas por referentes del Partido Intransigente (PI), que serían removidos para ocupar los casilleros con militantes justicialistas, a tono con la idea de “peronizar” la gestión. Gordillo deberá decidir también qué pasará con funcionarios que sin tener una extracción partidaria en particular, no son fácilmente reemplazables en virtud de los contactos que tienen con el ministerio nacional que conduce Alicia Kirchner, a través de la gestión de distintos programas.

Tema aparte son los funcionarios con vinculaciones familiares dentro del peronismo, como Cristina Rosales, directora del área Mujer, quien es prima de la gobernadora; o Inés Barros, hermana del actual secretario de Ambiente, Daniel Barros, a cargo de la dirección PIO.

Otra decisión será la referida a la cobertura de las dos subsecretarías del ministerio. En el caso de la de Inclusión y Desarrollo, está a cargo de Hugo Corpacci, hermano de la primera mandataria, quien se reunió ayer por la tarde con Gordillo. En la de Familia el trámite será más sencillo, ya que está vacante desde el alejamiento -por motivos de salud- de Adriana Díaz, otra dirigente del Partido Intransigente, quien dejó el cargo varios días antes de las elecciones del domingo 11.