Uno de los principales obstáculos actuales para la exportación de cítricos argentinos es el fortalecimiento del peso, lo que ha encarecido los costos de exportación en un 20-30%. Así lo cuenta Gonzalo Piñeiro, jefe de operaciones logísticas de Ledesma: «Hemos perdido competitividad y hay que ver si ese costo se puede trasladar al precio de venta».
«Además, la crisis logística global ha impactado en las operaciones, especialmente en el mercado estadounidense, donde problemas portuarios han generado demoras y costos adicionales. El paro en los puertos trajo omisiones de barco y aumentos en los costos de flete», advierte Gonzalo.
La empresa, con más de 116 años de historia, se ha consolidado en la producción y exportación de cítricos, especializándose en el mercado del limón y la naranja. Actualmente, exporta principalmente a Estados Unidos, España y Países Bajos, enfrentando la competencia de países como Sudáfrica y Egipto.
En términos de volúmenes, Ledesma exportó el año pasado aproximadamente 12.000 pallets de naranjas y 6.000 de limones, lo que representa una oferta total de 18.000 a 20.000 toneladas. Las variedades comercializadas incluyen naranja Valencia y limón Eureka.
«En los últimos dos años hemos ajustado nuestra estrategia de negocio, poniendo el foco principal en los productos industriales (jugos concentrados y aceites esenciales) y reduciendo y eficientizando la operación de fruta fresca. El negocio de fruta fresca se ha vuelto complejo e inestable y dos grandes jugadores (Egipto y Sudáfrica) presionan con grandes volúmenes y bajos costos de producción. Esto nos hizo replantear nuestra estrategia de fruta fresca. Se han ajustado costos en el campo y en el empaque, reducido la variedad de envases y marcas, y priorizado clientes en mercados estratégicos para optimizar la operación», nos comenta Walter Scotton, gerente comercial y logístico de Ledesma.
«Al mismo tiempo, pasamos de un 50/50 entre el negocio de industria y fresco a un 80/20 respectivamente, lo que nos ha permitido mejorar en gran medida el capital de trabajo utilizado y los márgenes de la operación. Actualmente, el 80% de la producción se destina a jugos concentrados y aceites esenciales», agrega Scotton.
Este cambio responde a la necesidad de optimizar recursos y minimizar el impacto de las fluctuaciones en la exportación de fruta fresca. «Cada 15 contenedores de fruta fresca equivalen a uno de jugo, por lo que si cambiamos la estrategia, reducimos las exportaciones de naranja fresca para aumentar la producción de jugos», explica Piñeiro.
Las perspectivas para este año se presentan inciertas. Además, la incertidumbre sobre barreras comerciales en mercados, como Estados Unidos, añade un elemento de volatilidad. «Esto pone más presión al negocio de fruta fresca y exige mayor eficiencia en toda la cadena para sostener los volúmenes actuales», concluye Piñeiro.
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