El robo ocurrió a la madrugada, en la casa de la jubilada, en Manantiales. Le robaron el teléfono para que no pidiera ayuda a la Policía.
El atraco se produjo a la 1 de la madrugada, en una vivienda de una mujer identificada como María Martina Molina, de 81 años, quien se encontraba durmiendo en ese momento.
De acuerdo con la información suministrada, el hecho se desató cuando la mujer se encontraba sola y de improviso entraron dos malvivientes a la vivienda y le robaron plata que tenía entre sus pertenencias.
Según los datos recabados por los investigadores, durante el robo los malvivientes golpearon en vano violentamente a la damnificada para que les entregara más dinero.
Sucede que aparentemente los ladrones arribaron al domicilio con el dato que Molina tenía una suma importante de dinero, superior a los 20 mil pesos que terminaron llevándose.
Molina se percató de la presencia de los ladrones cuando escuchó ruidos extraños en su habitación, y no tuvo tiempo de reaccionar cuando imprevistamente en su cama la sorprendieron dos sujetos encapuchados.
La damnificada desmintió la tenencia de dinero en efectivo, pero después de unos minutos, uno de los malvivientes encontró escondido en el armario alrededor de 20 mil pesos en efectivo.
Producto del forcejeo con uno de los ladrones, mientras el restante buscaba el dinero, Molina resultó con diversos moretones y hematomas en sus brazos.
Inclusive, en el momento más álgido del episodio, los delincuentes le aplicaron golpes de puño en el rostro a la mujer, quien no pudo identificar a ninguno de sus atacantes, ya que actuaron con sus rostros cubiertos y apagaron la luz de la habitación donde ella se encontraba.
En este contexto, los malvivientes le taparon la boca a Molina para que no gritara ni pidiera auxilio, y antes de marcharse le llevaron el teléfono celular, para que no pudiera pedir ayuda a la Policía.
Finalmente, alrededor de las 6.30, cuando la empleada doméstica de Molina llegó a realizar sus quehaceres diarios, la mujer pudo ir a realizar la denuncia a la Policía, que continúa buscando a los ladrones.
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