El senador sufrió el impacto de la elección del domingo. Intendentes del PJ temen una derrota contra Weretilneck.
El resultado de la elección del domingo pasado en Viedma y otros municipios de Río Negro golpeó duramente a Miguel Ángel Pichetto. El candidato a gobernador del Frente para la Victoria está recluido y en el peronismo empiezan a exigirle una rápida reacción para evitar una derrota frente a Alberto Weretilneck en la elección del 14 de junio.
Pichetto sufrió en carne propia la derrota de su hijo Juan Manuel en la capital provincial, histórico bastión del radicalismo. El senador puso todo para conseguir un triunfo en Viedma, ciudad a la que llegaron en las últimas semanas varios referentes nacionales del kirchnerismo. Pero no alcanzó y el intendente José Luis Foulkes consiguió la reelección, apoyado por el Frente Progresista y con un guiño de Weretilneck.
Conocidos los resultados, Pichetto celebró el domingo que el FPV fue la fuerza más votada en la provincia. Pero ayer no pudo ocultar su fastidio y se quejó por “mecanismos perversos como las colectoras” que le permitieron a la UCR ganar en Viedma. "Las municipales son especiales, porque las realidades de los pueblos se imponen por encima de los procesos provinciales y nacionales", se esperanzó.
Lo cierto es que el golpe para Pichetto no se limitó a Viedma. El FPV perdió el gobierno de Sierra Grande, la localidad donde el senador nació y votó el domingo por la mañana. El revés más duro fue en Cipolletti, la tercera ciudad de la provincia, donde el intendente pichettista Abel Baratti sufrió una derrota catastrófica ante el candidato del CC-ARI.
Así las cosas, Pichetto sufre por estas horas una crisis que ya encendió alertas en el peronismo rionegrino, corporizado en la figura de los intendentes. Es que los líderes territoriales ven que a cuarenta días de las elecciones a gobernador, la campaña está estancada y el senador aparece poco y nada.
Fuentes del peronismo rionegrino dijeron a LPO que temen que después de la derrota del domingo Pichetto vuelva a borrarse por unos días, lo que complicaría del todo la campaña. En ese sector creen que si no hay una reacción rápida, el senador va camino a perder la gobernación contra Weretilneck, que si bien estuvo lejos de salir victorioso de los comicios del domingo logró al menos salir airoso a partir de las derrotas del FPV en Viedma y Cipoletti.
Pichetto salió ayer al cruce de las versiones sobre su presunta falta de empeño en la campaña. “Vivo en Río Negro y permanentemente recorro la provincia. Si pido licencia dejo en debilidad a mi bloque. El resto del tiempo, recorro siempre Río Negro. No quiero que vendan tonterías” se quejó en una entrevista donde aclaró que hace tiempo dejó “de ser estúpido”.
No obstante, una crítica que se repite por estas horas contra Pichetto es por haber abandonado territorios importantes como General Roca, la segunda ciudad de la provincia, gobernada por su enemigo íntimo Martín Soria. El intendente logró la reelección con más del 70% de los votos y fue uno de los grandes ganadores de la elección.
Según cuentan en la provincia, Pichetto no hizo campaña en esa ciudad y hasta el propio Soria sugirió su fastidio en una entrevista que dio hoy al diario Río Negro. “Para repetir un resultado de esos hay que ponerse a trabajar seriamente. Hay que empezar a caminar más la provincia, pensar menos en otros lugares, arremangarse y ponerse a trabajar”, advirtió el hijo del fallecido ex gobernador Carlos Soria.
Soria prometió que se sumará a la campaña para la elección del 14 de junio, pero le puso sus condiciones a Pichetto. “El problema es que si el candidato no sale a hacer campaña estamos en problemas. Voy a salir a acompañar, pero al que se ponga al hombro la campaña”, lanzó.
Lo cierto es que la jugada de Weretilneck de adelantar las elecciones y no implementar las PASO complicó la estructura del FPV, que no pudo conformar la fórmula Pichetto-Soria ni dirimir las candidaturas en la interna. Para colmo, impedido de poner como vice a María Eugenia Soria, el senador nacional optó por una dirigente radical, lo que enfureció al peronismo.
Weretilneck, por su parte, celebró el triunfo de su fuerza “Juntos Somos Río Negro” en Cinco Saltos, Villa Regina (donde todavía el kirchnerismo discutía el escrutinio) y Contralmirante Cordero, pero más festejó las derrotas de Pichetto en Viedma y Cipolletti. Esta última ciudad, pago chico del gobernador, dejó expuesto lo frágil de su armado: ni siquiera presentó candidato. En cambio, sí presentó en Roca donde fue aplastado por Soria.
En su entorno, ratificaban hoy la confianza en hacer una buena elección en mayo y seguían eufóricos por el traspié del kirchnerismo, recordando que Viedma, Cipolletti, Villa Regina y Cinco Saltos (en las últimas tres el FPV perdió el gobierno) son las ciudades más importantes de la provincia después de Bariloche y Roca, y en todas le fue mal a Pichetto.
Justamente Bariloche será el gran objetivo del último tramo de la campaña de Weretilneck. El gobernador visitó dos veces la ciudad entre domingo y lunes, y sus desembarcos serán varios de aquí hasta mayo. Pichetto, en cambio, confía en los votos que puedan aportarle la intendenta María Eugenia Martini y su principal aliada en el distrito, la senadora Silvina García Larraburu.
El otro factor al que apuestan los “albertistas” es a la relajación de los intendentes que ya se jugaron sus cargos el domingo pasado. Martín Soria, por caso. Para muchos de ellos, lo más importante es lo que se juega en las listas de legisladores provinciales.
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