La gobernadora María Eugenia Vidal ya tiene la cabeza puesta en la campaña electoral. Hoy sorprendió con la primera oferta "seria" a los gremios docentes, para destrabar un conflicto que arrastra desde febrero. La lectura fue clara: no quiere paros en medio de la campaña de una elección que no parece, a priori, sencilla. Y menos con el ministro de Educación al tope de la boleta.

Los intendentes del peronismo lograron poner a Vidal en el centro de la escena al pedirle respuestas a la Provincia por la ola de delitos. Mañana, la Gobernadora comenzará a responder.

Pero, más allá de esa contingencia, apunta a dar algún tipo de respuesta al reclamo más fuerte que se oye en la provincia: la inseguridad. 

La creciente ola de delitos es indisimulable y la oposición lo percibe. En las últimas semanas, con una acción que pareció coordinada, todos los jefes comunales del peronismo elevaron sus reclamos de manera pública. 

Walter Festa primero, luego Martín Insaurralde y Julio Pereyra, y hasta el renovador Julio Zamora apuntaron sus cañones a calle 6 para exigir respuestas. La misión era clara: visibilizar a Vidal como la máxima responsable de la seguridad en territorio bonaerense.

Los intendentes tienen como antecedente inmediato a Daniel Scioli, que a grandes rasgos evitó el daño que producía la inseguridad, por cuanto la mayoría de los dardos se dirigían al Gobierno nacional. Ese es un lujo que Vidal no se puede dar.

Hoy, su ministro de seguridad, Cristian Ritondo, llevó patrulleros y motos a La Matanza, un distrito caliente del delito, respondiendo una demanda de larga data de su intendenta, Verónica Magario, que, por la falta de atención de Provincia, decidió comprar ella misma los móviles para la policía del distrito. Claro que para que no pase inadvertida la jugada, los mandó a plotear y desató un escándalo.

 Vida, por su parte, saldrá a mostrar acción mañana mismo, con el anuncio de la ampliación de la cobertura del sistema de emergencias 911 y mejoras en el servicio a través de la incorporación de tecnología y equipamiento.

Será un 911 conectado con las fiscalías y con una incidencia sobre casi el 95 por ciento del territorio bonaerense, listo para dar respuesta a llamados por inseguridad u otras emergencias