Las industrias presentarán una propuesta para garantizar el abastecimiento interno y evitar una regulación del comercio exterior.
La sequía y demás complicaciones climáticas adelantaron una situación que todos los años se presenta en el último tramo del verano, cuando cae de manera estacional la producción y se generan tensiones por la utilización de la leche cruda, que debe encontrar un destino en el mercado interno o la exportación.
Ante esta situación, el Gobierno buscará -tal como ocurrió en 2021- asegurar precios razonables y abastecimiento para los productos lácteos de consumo familiar dentro del país y al mismo tiempo evitar que las fluctuaciones del precio internacional de la leche en polvo impacten en los precios internos.
La industria láctea ya comenzó a trabajar en una propuesta que intentará mejorar el acuerdo firmado el año pasado con la Secretaría de Comercio Interior. En aquél entonces, se había logrado un “pacto” por el cual las empresas se comprometían a realizar los mayores esfuerzos posibles para aumentar productos y marcas en el programa Precios Cuidados y al mismo tiempo, quedaba tácita la no intervención del mercado exportador, como sí ocurrió con la carne vacuna.
La complejidad de la negociación se basa en que desde que comenzó el 2022, en el mercado lácteo global se lograron precios máximos que no se registraban desde 2014. En la última subasta del Global Dairy Trade (GDT) del 1 de febrero pasado el precio de la leche entera en polvo (LPE) llegó a los 4.324 dólares. La demanda de China y la baja disponibilidad de leche en países históricamente productores/exportadores empujan los precios a la suba, lo que además es una oportunidad para países como el nuestro, que crecieron en producción y al mismo tiempo tienen excedentes.
Estos valores son una referencia clave porque a partir de ahí se establece la capacidad de pago que tiene la industria por la leche en tranquera de tambo. Según José Quintana, -experto en el sector- desde Economía Láctea en la publicación Infortambo asegura que “especulando que la industria pueda exportar a 4.000 dólares, el FAS teórico para la leche en tranquera según costo argentino estaría en los 35 centavos de dólar o poco más de 38 pesos el litro.
Ante esta situación del mercado global y teniendo en cuenta una reciente caída de la producción del mes de enero, que estaría en torno al 10% debido a la sequía y al estrés que sufrieron los animales por la ola de calor, es probable que los precios se ajusten al alza y superen los $ 34,35 de diciembre que recibió el productor por litro de leche.
La posibilidad de crecer en exportaciones -que generan dólares- colisiona con la idea del Gobierno de mantener a raya los precios de los alimentos. Ercole Felippa, Presidente del CIL, aseguró en diálogo con Ámbito que desde las industrias “se esta trabajando para presentar una propuesta similar a la que se trabajó el año pasado”, con la que se acordaron precios cuidados y al mismo tiempo se evitó la intervención en las exportaciones.
Las industrias no quieren que lo que ocurrió con la carne le pase a la leche. Por eso, Felippa detalló que “el consumo de lácteos en 2021 fue levemente superior al de 2020 y el mercado quedó totalmente abastecido”. También aclaró que “si bien hay una baja estacional más pronunciada por la sequía y con un mercado externo muy firme, el temor que tiene el Gobierno es que se reenvíe leche que va al mercado interno hacia el mercado exportador. Eso es casi imposible porque las empresas que exportamos tenemos una alta participación de nuestras ventas en el mercado interno, que es muy disputado”.
Pero hay un punto que sin dudas le agregará un condimento extra a la discusión y es el rol de los supermercados. Según Felippa, al analizar los precios mayoristas del último año, es decir a salida de fábrica, “observamos que aumentaron mucho menos que los de góndola, un 18,7% menos. Quiero decir que sin hacer un juicio de la cadena comercial, el esfuerzo que se hace del sector primario e industrial, no se ve en lo que paga el consumidor. Ese número llega al 26% si consideramos los últimos dos años.
Según datos del Ministerio de Agricultura, la exportación de lácteos aportó al país u$s1342 millones durante 2021 (+18% versus 2020), con dos años de crecimiento en la producción sin que faltara leche en el mercado interno. Según el dirigente industrial, “si todos actuamos con responsabilidad, incluido el Gobierno, podemos repetir o mejorar un año con el 2021, porque una medida que tiende a restringir exportaciones va a desalentar la producción. Eso podría provocar una baja de precio a corto plazo pero desalentaría la producción y a mediano plazo generaría el efecto contrario”.
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