La decisión es venderla, en lo posible a un grupo extranjero para sumar jugadores al mercado energético. A la vez, se quiere normalizar la situación legal en la que opera la compañía
En el marco del proceso de institucionalidad inaugurado por el Gobierno para atraer inversiones extranjeras, Mauricio Macri dio la orden de acelerar los plazos para re privatizar Metrogas, en la actualidad controlada por la petrolera estatal YPF.
La tarea es sumar más empresas energéticas del exterior como ocurrió en las últimas licitaciones de usinas térmicas de menores dimensiones que fueron ganadas por cuatro compañías que no competían en el mercado local.
Se trata de una decisión tomada antes del retiro espiritual de todo el Gobierno en Chapadmalal y busca también regularizar "cuanto antes" la situación de YPF en Metrogas ya que su presencia incumple con la llamada Ley del Gas que impide la integración vertical en el mercado de la energía.
Se trata de la ley 24.074, sancionada en 1992, que prohibe a una empresa productora y transportadora como es YPF asumir el control de una compañía distribuidora como lo es Metrogas. En el capítulo 34, referido a las limitaciones, la norma sancionada por el gobierno de Carlos Menem dispone restricciones en la composición accionaria de las empresas que forman parte de la cadena de la industria del gas.
Este artículo fue incluido "para evitar que se originen conductas anticompetitivas, monopólicas o discriminatorias".
Sin embargo, en 2013 y mediante una resolución del Enargas, el kirchnerismo permitió el ingreso de YPF al control total de Metrogas. Hasta ese momento, la petrolera poseía 45,33% de Gas Argentino (GASA), controlante de Metrogas. El 54,67% restante estaba en manos del grupo británico British Gas (BG) que decidió irse del país enfrentado con el gobierno a cargo de Cristina Fernández.
De hecho, mantuvo una demanda ante el Ciadi por el congelamiento tarifario. A su vez, GASA es dueña del 70% de Metrogas y el 30% restante se lo reparten ANSeS (8,13%); el personal (10); y acciones que cotizan en las bolsas de valores de Buenos Aires y de Nueva York.
Esa ecuación accionaria cambió por la Resolución 1/2566 D firmada por el entonces interventor del Enargas, Antonio Pronsato, en la cual se argumentó que "no existen obstáculos que impidan aprobar la compra". Se dijo que los objetivos de la Ley del Gas no eran violados por YPF y que la operación "redundará en un sustancial beneficio para el usuario del servicio de distribución de gas natural ya que permitirá aplicar a Metrogas una gestión responsable, no solo en lo económico-financiero sino también asumiendo principios sociales de los que depende el bienestar de las generaciones actuales y futuras".
Todas palabras y consideraciones vagas pero que le evitaron al kirchnerismo tener que cambiar la ley mediante la cual el menemismo privatizó Gas del Estado y le dio marco a la regulación del transporte y distribución del gas natural.
Así, YPF pasó a tener control absoluto de una firma con 2,2 millones de clientes en Capital Federal y GBA que, como el resto del sector de servicios públicos, sufrió años de congelamientos tarifarios que la llevaron a acumular fuertes pérdidas todos los años.
Cuando el Ministro de Energía, Juan José Aranguren, asumió su cargo, designó a un ex titular de Metrogas y por ese momento a cargo del área de gas de YPF, al frente del Enargas. Desde ese puesto, David Tezanos reemplazó a Pronsato, ligado al ex ministro de Planificación, Julio De Vido, y trató de cumplir con la premisa de recuperar la institucionalidad del ente.
En este marco también se suma la orden de normalizar el Enargas y designar a sus miembros por concurso. Como parte del mismo sendero, el gobierno de Macri intenta enterrar esta serie de particulares interpretaciones sobre el monopolio que tiene YPF al ser protagonista de toda la cadena del sector, participando de la producción, el transporte y también de la distribución del gas natural.
La razón es seguir dando señales de institucionalidad a inversores internacionales y sumar un nuevo jugador, preferentemente del exterior. De hecho, el directorio de YPF ya fue informado de la decisión y hasta se asegura que hay ya varios grupos extranjeros "mirando las carpetas de Metrogas".
Sin embargo, desde la compañía informaron escuetamente que "Metrogas no está en venta", ante una consulta de El Cronista. La operación no se cerraría antes de que el nuevo escenario tarifario sea un hecho y le permita a Metrogas recuperar años de pérdidas. Metrogas tiene un peso complicado para YPF. Así lo demuestran balances en rojo y un capital de trabajo consolidado negativo de $ 612 millones.
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