Javier Milei es el único del “triángulo de hierro” que quiere al ex presidente de su lado. Karina prefiere tomar distancia de él y apostar ciento por ciento al armado propio.
Por Gabriela Vulcano
En la Casa Rosada estudian de cerca cada movimiento de Mauricio Macri. A medida que se fortalece el armado de La Libertad Avanza a nivel nacional, el llamado "triángulo de hierro" se aleja del PRO, atento a los serpenteos del ex presidente en el terreno parlamentario. Javier Milei es el único que todavía quiere tenerlo de su lado. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, apuesta a aislarlo y quedarse con una porción de sus dirigentes, sólo con aquéllos que le juren lealtad y obediencia partidaria.
En las últimas semanas el vínculo entre el PRO y el oficialismo se tensionó, después de que el Ejecutivo nacional se negara a dar respuesta a los reclamos de los gobernadores del partido amarillo y de la UCR para avanzar en el debate del Presupuesto 2025. Todo empeoró con el faltazo de un grupo de diputados libertarios a la sesión en la que se iba a tratar el proyecto de "ficha limpia". De inmediato, en el macrismo, eso alimentó las sospechas de la existencia de un pacto de Milei con el peronismo.
El alejamiento entre ambos espacios se profundizó aún más la semana pasada a raíz de que el jefe del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, quedó en el ojo de la tormenta por una denuncia del portal elDiarioAR contra su esposa por un entramado de sociedades en Florida. El ex ministro de Seguridad bonaerense no sólo es el hombre de máxima confianza del ex mandatario en el Congreso, sino que además se transformó en el principal nexo con el Gobierno. Es uno de los pocos que tiene línea directa con el asesor presidencial Santiago Caputo.
En Balcarce 50 no quieren quedar pegados a ninguna causa que roce la palabra “corrupción”, menos si encima no pertenece a La Libertad Avanza. Tanto es así que, en la sesión del jueves pasado, a último momento y en oposición a lo que pregonaban, mandaron a los senadores oficialistas a votar a favor de la destitución de Edgardo Kueider, un peronista que hace tiempo se convirtió en un aliado clave de los libertarios.
Del PRO, sólo quieren a unos pocos. Apenas un puñado podría ser parte de las listas que Karina Milei pretende diseñar el próximo año. "A Macri hay que sacarlo de todo. Sólo le importan sus negocios y ya varios de los suyos se están dando cuenta", dijeron desde el oficialismo. Tampoco confían en los dirigentes "camaleónicos", como la diputada María Eugenia Vidal, o gobernadores como el mendocino Alfredo Cornejo -aunque es radical-, que fue crítico con el gobierno de Cambiemos, a pesar de que él mismo pertenecía a esa coalición.
Los legisladores Diego Santilli y Alejandro Finocchiaro son un poco más aceptados, pero nadie en La Libertad Avanza se quiere adelantar. La prioridad la tendrán los referentes del propio partido. La gran apuesta es que en cada distrito, el oficialismo pueda armar sus listas con autonomía, sin depender de las alianzas, como sucedió en 2023; pero sobre todo no quieren estar atados al PRO.
Los primeros choques se están dando en la Ciudad de Buenos Aires, donde los libertarios buscan disputarle terreno al macrismo. Una pequeña muestra de lo que se puede venir fue el rechazo rotundo de los legisladores de La Libertad Avanza al Presupuesto propuesto por el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Es apenas una señal de lo que será la disputa en 2025, en caso de que no sellen un acuerdo electoral. Incluso, analizan poner de candidato al portavoz presidencial, Manuel Adorni, si es necesario.
En la provincia de Buenos Aires, las cosas están menos resueltas. El temor a que el peronismo avance a pasos agigantados en ese distrito, si el PRO y La Libertad Avanza van separados, hace que en el Ejecutivo nacional pongan un freno a una ruptura definitiva con el macrismo. "Antes hay que sacarse de encima a Macri", concluyen.
Comentá la nota