El ministro de Desarrollo Productivo exigió que las corporaciones y supermercados justifiquen los últimos aumentos y vuelvan a los precios del 8 de marzo.
Veinticuatro horas para determinar responsabilidades por la última suba de precios y retrotrar algunos precios a los de comienzos de este mes. Ese tiempo perentorio fue el que el gobierno le dio a la cadena alimenticia para que le de una respuesta. La reunión, que tuvo sus momentos de tensión, se dio entre el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, con supermercadistas y productores. En paralelo a esta aceleración inflacionaria, con remarcaciones en casos superiores al 15%, las grandes corporaciones multiplicaron sus ganancias a niveles récord.
"No hacer nada equivale a convalidar estas subas de precios", sostuvo Kulfas en una conferencia de prensa en el noveno piso de su cartera. Con una primera fila de repleta de secretarios atentos, repasó el anuncio de la creación del fideicomiso del trigo y contó detalles sobre el encuentro que tuvo con empresarios horas antes.
El ministro también adelantó que lanzarán líneas de financiamientos para molinos harineros. Estas estarán a cargo de la Secretaría de las PYMEs, que conduce Guillermo Merediz, con más detalles que se darán a conocer durante esta jornada.
Como expuso El Destape, los dueños de campos de trigo y soja incrementaron sus ganancias netas 25%, de acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario. Esto abre un escenario en el que el incremento de las retenciones no afecta a los productores, dado que se descuenta de esas utilidades mega adicionales a las calculadas al momento de la siembra.
En ese contexto de mega rendimientos, el gobierno definió un alza marginal para los derechos de exportación de los derivados de la soja y armar un fideicomiso del trigo (para ser correctos, el Fondo Estabilizador Temporario). La guerra en Ucrania disparó las cotizaciones, puesto que junto a Rusia explican el 30% de la provisión mundial de ese cereal y el 80% de la de aceite de girasol.
Si bien esto puede resolver los problemas en el pan y derivados del trigo, las medidas anunciadas hasta el momento dejaron sabor a poco entre el resto de los participantes PYMES de la cadena alimenticia. Comercios de cercanía consultados por este medio pidieron que el gobierno apunte con mayor firmeza contra las multinacionales que remarcaron los precios de forma "desmedida" y "especulativamente" con mayor énfasis desde el segundo mes de este año. También lo hicieron productores que sufren las arbitrariedades de los grandes formadores de precios.
Por verduras y frutas, el secretario de Comercio Interior anunciará el miércoles un acuerdo con el Mercado Central, que maneja Nahuel Levaggi, para mantener precios a los hogares, en principio de la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Este programa precisa una intervención estatal precisa sobre la logística, que abarate costos de traslado.
Los responsables de los aumentos injustificados
Kulfas acordó con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) y la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) analizar en 24 horas los aumentos injustificados de las últimas semanas. Luego de esto los retrotraerán hacia los esquemas vinculados al 8 o 10 de marzo. Como explicó el ministro en conferencia, algunos productos subieron 10%, 15% e incluso por encima, en más de un rubro.
El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) relevó que, en concreto, la mermelada, subió 7% de una semana a otra. En este rubro una sola compañía posee el monopolio del 71%, de acuerdo a un estudio de CEPA. El segmento le pertenece en casi su totalidad a Arcor, que a través de diversas marcas participa en una suerte de competencia ficticia.
Arcor, como publicó El Destape, multiplicó sus ganancias en 2021 por un extravagante 142% a $ 19.900 millones. Pero no fue la única. En el consolidado de 2020-2021, las utilidades operativas de esa compañía junto a Molinos Río de la Plata y Mastellone Hnos alcanza una variación del 170%.
En el reporte "Claves para la 'guerra' contra la inflación del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, que dirige Claudio Lozano, se ve el paralelismo con las remarcaciones que estas mismas empresas realizaron. La inflación de alimentos y bebidas en ese mismo período fue del 114%, lo que demuestra cómo el oligopolio alimenticio argentino traduce en los precios las ganancias que proyectan.
El encarecimiento de productos esenciales se tradujo en un avance de la línea de pobreza, al punto de que en el primer semestre del año pasado, cuatro de cada diez argentinos no ingresaban lo suficiente para satisfacer sus necesidades. De hecho, por la evolución de los precios, una familia tipo que hoy trabaja a cambio de dos sueldos mínimos es pobre.
Estas mismas corporaciones durante el macrismo sufrieron pérdidas cuantiosas. Más aún, en 2019 el grupo Arcor cerró la planta de la conservera La Campagnola en Mendoza. Despidió a 125 empleados, aunque a algunos los trasladó a una entonces futura planta en Villa Mercedes, ubicada en otra provincia, San Luis.
En un comunicado, Arcor confirmó el cierre en Mendoza y traslado de sus operaciones a la fábrica de Villa Mercedes, a 300 kilómetros, consecuencias del macrismo. Culparon a la caída del consumo, los altos costos de producción y al impacto negativo de las importaciones. “La industria frutihortícola no está atravesando un buen momento desde hace varios años, producto de los altos costos, el incremento de las importaciones y la caída generalizada del consumo”, había detallado.
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