Con el fallo de primera instancia, la Rosada quiere que el máximo tribunal se expida por la cuestión de fondo: la constitucionalidad de los artículos rechazados por el multimedios
La Casa Rosada cree transitar la recta final de la batalla por la Ley de Medios. Por eso, otra vez buscará acortar el camino hacia la Corte Suprema recurriendo al atajo del per saltum. Con la concesión del juez Horacio Alfonso al Grupo Clarín, conocida ayer, con la que suspendió su propio sentencia, la que avaló la constitucionalidad de la norma, el Gobierno presentará hoy mismo el recurso extraordinario para que intervenga el máximo tribunal.
Apremiado por los tiempos, con la feria judicial que se acerca en el calendario y con más certezas que dudas sobre un nuevo revés en la Cámara Civil y Comercial, a la que recusó a pleno, el oficialismo intentará que esta vez que la Corte sí le acepte el per saltum, al existir ahora un fallo de primera instancia, a poco más de una semana de haberle rechazado el primero por unanimidad. Aquel era contra la cautelar que protegió al multimedios del artículo 161, que lo obliga a desprenderse de la mayoría de sus licencias. Ahora irán más allá.
Apelando a la excusa de que se trata de un caso de gravedad institucional, según confiaron fuentes oficiales, la Rosada pretende que el tribunal que preside Ricardo Lorenzetti ponga punto final sobre la cuestión de fondo, con la apelación de Clarín como trampolín para llevarles la polémica a su estrado.
El texto de Alfonso, revelado ayer pero fechado el lunes, frenó la jugada de la Afsca de Martín Sabbatella, que el día anterior había iniciado la transferencia de oficio en las oficinas de Clarín. La foto, soñada por el kirchnerismo desde el frustrado 7D, fue una instantánea efímera, presentida por el oficialismo, que duró apenas 24 horas. Pero, según concluyeron ayer en la Procuración del Tesoro, la apelación también abrió las puertas del segundo per saltum.
Con la adecuación en suspenso, la lógica jurídica elevó el expediente en la Cámara. Como Plan B, ante otra negativa, el Gobierno presentaría un recurso de queja con el mismo objetivo: forzar la intervención de la Corte cuando antes.
Mientras esperamos a la Cámara no nos vamos a quedar de brazos cruzados, prometieron anoche en un despacho.
En el máximo tribunal, que ayer celebró un atípico multitudinario brindis de fin de año luego de la embestida oficial contra la Justicia, ya temían que la Rosada forzara su pronta participación en la polémica.
A pesar de que tenía tres días para resolver la apelación del multimedios, el magistrado la aceptó sin perder tiempo. Y apeló al término jurídico condiciones de estilo, para evitar redactar que tenía efectos suspensivos sobre su sentencia.
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