En el entorno de Vidal resisten la idea de reeditar el Fondo de Infraestructura que reclaman los intendentes, pero admiten que “no pueden evitar” que se cuele en el debate. El Gobierno pedirá un nuevo endeudamiento y necesita sí o sí negociar.
A pesar de los gestos y las declaraciones públicas de los funcionarios del Gobierno bonaerense, la posibilidad de que se reedite el Fondo de Infraestructura Municipal, que repartió 16 mil millones de pesos entre los 135 distritos en los últimos dos años, no está, todavía, extinta.
Desde el Gabinete de Vidal se encargaron en los últimos dos meses de llevar a cero las chances de que el FIM vuelva a integrar las negociaciones. Primero, por la falta de ejecución de las obras. En segundo lugar, porque, consideran, la obra “ágil” ya se hizo y ahora hace falta invertir en cuestiones estructurales, de envergadura, como las del Río Salado.
Sin embargo, las necesidades políticas del día a día pueden más que las proyecciones a largo plazo. El Gobierno quiere aprobar el Presupuesto, que viene, como en años anteriores, con un voluminoso pedido de endeudamiento, antes de que el recambio legislativo le ponga en frente una oposición intransigente y belicosa.
En llano: es más fácil hacerse de los dos tercios negociando con diputados que responden a los intendentes, que frente a una oposición colonizada por La Cámpora, que siempre fue reacia a dar los votos para endeudar al Estado. “Vamos a negociar con los mismos que hemos negociado anteriormente”, adelantan en el oficialismo.
Claro que el voto de los legisladores dialoguistas no será gratis, y en ese esquema volver a negociar fondos para obras cae de maduro.A sí lo analizan en el Gobierno, donde ya advierten que “es inevitable” negociarlo si es que los intendentes lo demandan. Hay un segundo punto de presión: no son sólo los intendentes de la oposición los que piden la vuelta del FIM.
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