El intercambio entre el Banco Central y el Banco del Pueblo busca destrabar el empleo de yuanes para el comercio bilateral. Hoy se usan para pagar vacunas. Liberaría dólares líquidos que se usan para saldar el déficit de u$s 7300 millones.
La negociación para ampliar el swap con China tiene sus complejidades. No por los montos, sino por los usos. El objetivo del Banco Central es poder profundizar los pagos de importaciones y los repagos de inversiones chinas en esa moneda, para descomprimir la cuenta de dólares. La iniciativa implicaría cambios profundos en los vínculos comerciales entre las empresas argentinas y sus contrapartes chinas.
Luego del encuentro entre los presidentes Alberto Fernández y Xi Jinping, en el que el relanzamiento del swap cambiario tuvo un empuje al más alto nivel, las negociaciones entre el Banco Central y el Banco del Pueblo continuaron. La entidad que preside Miguel Pesce no se focaliza en la ampliación del monto del intercambio de monedas, que, según reportó Bloomberg semanas atrás, podría rondar el equivalente a los u$s 3000 millones. El objetivo de la autoridad monetaria es darle más uso a esa herramienta.
Según un reporte de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) basado en datos oficiales, Argentina tuvo, en 2021, un déficit comercial con China de u$s 7365 millones, resultante de importaciones por u$s 13.525 millones y exportaciones por u$s 6160 millones. "Buscamos que una parte de ese déficit se pague con yuanes", sostuvo una fuente oficial al tanto de las gestiones entre los bancos centrales.
No es una operatoria sencilla. Por un lado, porque las empresas chinas facturan en dólares. Y, de este lado, las empresas locales deberían reestructurar sus gestiones contables para operar con yuanes. Una alternativa sería definir un mecanismo de conversión por el cual el Banco Central triangular las órdenes de empresas a sus bancos para pagar importaciones, en moneda estadounidense, con la moneda china depositada en el Banco del Pueblo.
La otra aspiración es repagar parte de las inversiones chinas en yuanes. La complejidad de los contratos hace que, para las obras ya acordadas, esto luzca difícil. En estos días, por ejemplo, se firmaba la adenda para retomar el financiamiento chino a las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz.
Ese contrato, que data de 2013, tiene una parte en pesos (para pagos de mano de obra y proveedores locales), una pequeña parte en yuanes y la mayor parte del acuerdo en dólares. El financiamiento para pagar los equipos electromecánicos de origen chino es en dólares. "La adenda llevó dos años y medios. Cambiar ahora la moneda implicaría volver a parar el contrato", advirtieron fuentes vinculadas a esa obra.
Con el listado de nuevas obras que los presidentes Fernández y Xi acordaron impulsar, las posibilidades de pensar en moneda china son mayores. Según anunció el Gobierno, los acuerdos para incorporar a Argentina a la Ruta de la Seda involucran financiamiento para obras de infraestructura por u$s14.000 millones, ya acordado (con obras en ejecución, como las represas de Santa Cruz), y un segundo paquete de u$s9700 millones para proyectos a definirse.
En agosto de 2020, Pesce renovó el swap con China por el equivalente a u$s 18.600 millones. En ese entonces, quitó del contrato distintos condicionamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que había incluido Federico Sturzenegger en 2016, al renovar el intercambio de monedas. En la actualidad, casi la mitad de las reservas brutas del BCRA (u$s 37.212 millones, al martes), se explican por el swap.
LA TASA QUE PAGA ARGENTINA
Cada vez que Argentina usa los yuanes del swap, activa un interés por encima de la tasa Shibor que, en la actualidad, ronda el 6% anual. La tasa es un estándar en operaciones de este tipo que impone China. Pero para el Banco Central no es obstáculo: con distintas transacciones financieras, sostienen, bajan la tasa real a 3,5% anual. Eso sería lo que, efectivamente, pagaría el BCRA en caso de usar los yuanes.
Hasta el momento, el empleo de yuanes es escaso. En el último tiempo, Argentina solo los usó para pagar vacunas a China. En 2021, los pagos de vacunas rondaron los u$s 380 millones, según el Indec. Hasta entonces, se registraba una operación experimental por el equivalente a u$s 1,5 millón, en octubre de 2020. Años antes, en 2015, el Banco Central había convertido una parte del swap en dólares para hacer frente al goteo de divisas.
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