Cuál es el “moño” que falta para cerrar el acuerdo con el FMI. El principal problema de la economía que analiza el presidente Milei con el equipo económico es cómo contener la excesiva apreciación del peso.
Por Liliana Franco
Las autoridades argentinas y los técnicos del Fondo Monetario Internacional están ultimando los detalles del nuevo programa de asistencia, aunque trabajan con la certeza de que el acuerdo es inminente. “Solo le falta el moño”, afirmó el presidente Javier Milei en declaraciones periodísticas, y agrego, que “incluirá fondos frescos".
“Lo que falta es terminar de definir el monto que aportará el FMI y el cronograma de desembolsos”, confió a Ámbito una alta fuente oficial. Tanto en Washington como en Buenos Aires se coincide en que “el diálogo es permanente y constructivo”.
En la Casa Rosada están convencidos de que el FMI es quien necesita llegar a un entendimiento más que la Argentina, porque el éxito del caso argentino justifica la validez de las políticas que propone. “Es la primera vez que se aplica un programa más severo que el que propone el Fondo, que se cumple y que da resultados”, argumentan en fuentes oficiales.
El FMI históricamente se opone a que los préstamos que otorga sean utilizados para vender divisas “a precios bajos” para contener presiones sobre el tipo de cambio. Sin embargo, el Gobierno enfrenta el problema opuesto ya que, según señalan fuentes oficiales, la preocupación pasa por evitar un exceso de apreciación del peso.
Apreciación del peso
En este sentido, el tema que preocupa a las autoridades es la rápida apreciación del peso. “Si (Santiago) Bausili (presidente del Banco Central) no hubiera comprado 800 palos en el mes el tipo de cambio hubiera bajado a 800 pesos”, comentan en el entorno del Presidente.
Y dicen que éste agregó: “La mayoría de los economistas son unos burros y no se dan cuenta que el verdadero problema que tenemos es cómo evitar que el peso se aprecie demasiado, por el efecto negativo que tendría sobre la producción”.
La problemática que más están analizando el presidente Javier Milei con el equipo de su ministro de Economía, Luis Caputo, no es el riesgo de una devaluación, sino por el contrario, cómo evitar una apreciación excesiva del peso, según señalan fuentes oficiales.
Por más que las reservas netas están en terreno negativo (en unos u$s6.000 millones, según cálculos privados), fuentes del Gobierno consideran que el Banco Central cuenta con cerca de u$s10.000 millones como “muralla” de contención para eventuales presiones sobre el tipo de cambio, a los que habrá que agregar los fondos frescos que resulten del acuerdo con el FMI más el ingreso de divisas de la venta de la cosecha gruesa.
En este contexto, para el equipo oficial el problema es inverso al que plantean los que advierten una posible corrida contra el peso, es decir cómo evitar que el dólar caiga en exceso. En tal sentido, en el equipo económico señalan que “la presión de la demanda de pesos es tremenda”.
Esto se debe a que la economía está creciendo y por lo tanto demanda más pesos para transacciones -la previsión oficial es que el producto bruto interno aumente 5% en el año-. Y a esto se agrega que el Tesoro, con su política de superávit, absorbe recursos todos los meses -el año pasado terminó con un superávit primario equivalente a 1,8% del PBI-.
Según la visión oficial, el despegue de las exportaciones argentinas -no sólo del campo, sino de la minería, la energía y la industria del conocimiento, entre otras- conducirá a un proceso de apreciación de la moneda nacional. Al respecto, toman como referencia histórica el caso del yen que a comienzos de los años 70 tenía un valor del orden de 350 por dólar y actualmente ronda los 150.
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