Con la intención de sumar votos, flexibilizó su estrategia electoral y definiría en algunos casos mediante internas los postulantes al Congreso para evitar tensiones entre los aliados de la coalición oficialista
Los socios de Juntos por el Cambio-el nombre con el que fue rebautizada la coalición oficialista con aditamentos peronistas- se preparan a negociar las candidaturas de legisladores nacionales con la intención de apuntalar, desde abajo, al binomio de Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto.
En estas elecciones , a diferencia de los últimos comicios legislativos, ya no regirá el criterio único de las listas de unidad. Los socios políticos intentarán llegar a acuerdos. Pero si no lo logran, o si la competencia tiene algún atractivo, desde el Gobierno ya advirtieron que habilitarán las PASO en la categoría de diputados y senadores nacionales.
Las PASO, en algunos casos, podrían funcionar para ofrendar un mayor caudal electoral a la fórmula de Macri y Pichetto. "Hoy es lógico que aparezcan más internas y hay que ordenar. Si hay dos buenas listas de candidatos, no hay problema que haya PASO en algunas provincias", señaló un funcionario de Casa Rosada a LA NACION. La amenaza de las internas es también una forma de ejercer presión sobre los socios, en momentos en los que nadie quiera ceder espacio en la boleta.
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El Gobierno, en tanto, definió ayer volver a habilitar las candidaturas múltiples que Cambiemos había prohibido en enero. Lo hizo para permitir que el cordobés Mario Negri, el pampeano Daniel Kroneberger y el entrerriano Atilio Benedetti (todos excandidatos a gobernadores que perdieron frente a los oficialismos provinciales) puedan ser en agosto candidatos a legisladores nacionales.
Según pudo reconstruir LA NACION, Pichetto tuvo que ver en esa decisión. El peronista dijo en la Casa Rosada que ese veto que se había autoimpuesto el oficialismo no tenía razón de ser cuando lo que se busca en esta etapa es ser más competitivos.
Desde la UCR, en tanto, señalaron que primero intentarán llegar a listas acordadas con Pro. Su principal premisa es intentar renovar las 19 bancas que el partido pone en juego en Diputados. "Vamos a tratar de que haya acuerdos. Tenemos que poner al candidato que más mida. Si conviene una PASO, porque la competencia interna moviliza a votar, se hará", señaló un alto dirigente del radicalismo que está en el armado.
Algunas de las provincias donde las discusiones internas (hasta ayer) no estaban zanjadas y donde las PASO para diputados nacionales asomaban como posibilidad son Misiones, Formosa, Tucumán, Salta, San Luis y Entre Ríos.
Provincia por provincia
Rompiendo el tradicional reparto de candidaturas, en Misiones, la Casa Rosada quiere llevar como candidato a diputado nacional a Alfredo Schiavoni, hermano del presidente de Pro y quien fue candidato a gobernador en la provincia, Humberto Schiavoni. Pero el radicalismo reclama para sí ese lugar, aunque aún no está claro con qué nombre.
En Formosa, el radicalismo quiere que renueve Martín Hernández, un hombre del riñón del senador radical Luis Naidenoff. Pero en el Gobierno mencionan a Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria de Macri hasta octubre de 2017.
Tucumán es, por estas horas, un festival de nombres. El subsecretario de Interior de la Nación, Domingo Amaya, es quien suena más fuerte para encabezar la nómina de diputados. Pero el intendente de la capital provincial, Germán Alfaro, quiere para ese lugar a Walter Berarducci. Cualquiera podría sumar un condimento peronista a las listas.
En Neuquén, Pro y la UCR quieren imponer sus candidatos. A la puja se sumó el intendente de la capital, Horacio "Pechi" Quiroga, que también se anotó con el fin del veto a las dobles candidaturas.
Y en San Luis la puja por la cabeza de la nómina se dirime entre el radical Walter Ceballos y un hombre de Pro, Bartolomé Abdalá.
Entre Ríos también está disputado. La UCR quiere a Benedetti y la Casa Rosada, a Alfredo De Angeli. Dado que esa provincia elige senadores, ayer no descartaban acordar.
En Salta queda pendiente reordenar las fichas, ahora que en la Casa Rosada ven a Gustavo Sáenz (su apuesta al PJ en esa provincia) jugando cerca de Juan Manuel Urtubey.
En Córdoba, la gran preocupación del oficialismo, ayer se dio lo que parecía imposible. Negri y el intendente de la capital, Ramón Mestre, se mostraron juntos. La unidad que no se logró para pelear la gobernación tendrá su chance en las elecciones nacionales. El problema persiste por la cantidad de nombres anotados, que superan los lugares "entrables" en las listas. No se descarta que Macri intervenga para terminar de zanjar el asunto cordobés.
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