Desde ese país están interesados en realizar inversiones en la Argentina y uno de los sectores al que apuntan es el desarrollo satelital. En unos meses llegaría una comitiva desde Francia para comenzar las negociaciones.
El interés de la Casa Rosada en promover las energías renovables es visto en Francia como una ventana de oportunidades, en un momento en el que el gobierno de Hollande busca un esquema de progresiva reducción de dependencia de la energía nuclear.
La primera señal concreta se producirá en septiembre próximo, cuando llegue a Buenos Aires una delegación de hombres de negocios reunidos en el Movimiento de Empresas Francesas (MEDEF), el equivalente a la UIA argentina.
Ese contingente estará integrado por varias de las principales firmas que han tenido o aspiran a contar con proyectos e inversiones en el país.
Y allí, hay un sector en el que existe un interés concreto en el desarrollo satelital. Stéphane Israël, CEO de Arianespace, la empresa que realizó los exitosos lanzamientos del Nahuel I y los ARSAT I y II, demostró su entusiasmo.
"La Argentina es un país muy importante para Arianespace, en el marco de una cooperación muy fuerte". En la mira de la compañía está el contrato del lanzamiento del ARSAT-3, cuya construcción a cargo de INVAP se encuentra bajo análisis por razones presupuestarias. "Seremos pacientes porque entendemos que es un tiempo de evaluar prioridades, pero queremos que el proyecto se lleve a cabo", complementó Israël.
El objetivo esencial del sector está puesto en la licitación que prepara el macrismo en materia de energía eólica, pero también apunta a la venta de paneles solares.
Cabe recordar que en marzo pasado, el presidente de la compañía estatal ARSAT, Rodrigo De Loredo, informó la suspensión de la construcción del nuevo satélite, el tercero del proyecto geoestacionario que se había convertido en emblema del kirchnerismo, hasta lograr que el programa pueda autofinanciarse.
Había asegurado además, que estaban buscando vender el espectro a toda la región antes de emprender la construcción del ARSAT-3, que la anterior administración preveía tener en el espacio en el año 2019.
"ARSAT necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas, pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos", expresó De Loredo por entonces.
Cuando se planificó el ARSAT-3, se lo pensó para ofrecer una amplia gama de servicios de telecomunicaciones, tales como la transmisión de datos, internet y televisión, ya que se ha desarrollado una nueva plataforma para poder ofrecer más servicios y ganar en competitividad en la relación entre potencia y peso que tienen los satélites. Su vida útil estimada sería de 15 años.
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