Después de anunciar la revisión de las pericias de Gendarmería, en Casa Rosada cambiaron de estrategia. Ponen el foco en la gestión y rechazan responder las acusaciones de la oposición. La ministra de Seguridad se reunió con las autoridades de la AMIA.
Por Analia Argento.
Alberto Fernández evita mirar hacia atrás. Y en despachos oficiales prefieren no hablar de la herencia recibida de Mauricio Macri o de la última gestión Kirchner. Al menos no es la constante, aunque cada tanto se señale alguna responsabilidad de Juntos por el Cambio como las reformas en la Casa Rosada, las obras públicas frenadas o el escándalo que desató Sergio Massa con la revelación sobre el pago de entradas de fútbol que involucra a Boca Juniors y a Aysa. El silencio fue también la respuesta durante la última semana para el caso Alberto Nisman. Excepto cuando el Presidente cayó en la tentación de responder en una entrevista en vivo en la que cuestionó la pericia de Gendarmería que establecería que el ex fiscal del caso AMIA no se suicidó sino que lo mataron.
No fue casual que la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, confirmara que se revisarán los protocolos que siguen las fuerzas a su cargo para realizar todas las pericias. También dijo en varias oportunidades que la del caso Nisman sería revisada aunque sin que eso fuera vinculante para la Justicia. Es cierto, o es obvio, que el dictamen de una auditoría como la prometida arrojaría luz o barro sobre la pericia encargada en tiempos de Patricia Bullrich. El anunció alentó cuestionamientos sobre la interferencia sobre otro poder mientras la propia madre de Nisman reclamaba y expresaba sus sospechas.
De todos modos de eso se habló por última vez hace 15 días. Desde entonces hasta en el más estricto off the record no hay comentario sobre qué pasó con Nisman a cinco años de su violenta muerte. Con libreto propio, el diputado Sergio Massa expresó su creencia: o fue un asesinato o un suicidio inducido. Y expresó que está convencido de que Alberto Fernández tiene voluntad de aclarar los atentados. Al contrario de lo anunciado, la ministra Fréderic no dispuso aún ninguna medida. Ni auditoría externa, ni pedido de informes a las fuerzas a su cargo. Y tuvo por el contrario otro gesto: a mitad de semana se reunió con el presidente de AMIA, Ariel Eichbaum, a quien acompañaron Daniel Pomerantz y Miguel Bronfman, director ejecutivo y abogado de la institución. A la ministra la acompañaron la titular de la Unidad de Gabinete de Asesores, Cecilia Rodríguez y el Secretario de Articulación Federal de la Seguridad (dependiente del Ministerio de Seguridad) Gabriel Fucks. “La reunión de trabajo resultó muy positiva y el objetivo es trabajar articuladamente para lograr una mayor protección para toda la comunidad. El Ministerio de Seguridad dispondrá todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de la institución y mantendrá un diálogo abierto y fluido para atender sus necesidades", celebró y prometió la ministra Frederic.
Sin embargo, fueron varios los funcionarios, incluso de más alto rango, que vieron y comentaron su impresión sobre la serie de Netflix con el sugestivo título El fiscal, la presidenta y el espía. Uno de los hombres más importantes del Presidente concluyó que a lo largo de los seis capítulos se reivindica la figura de la ex fiscal Viviana Fein y también la de Gustavo Béliz que que renunció como ministro de Justicia del kirchnerismo tras mostrar una foto del entonces espía Jaime Stiuso.
La ministra de Seguridad, Sabrina Frederic, recibió con su equipo al presidente de la AMIA, Ariel Eichbaum
Varios de los protagonistas del caso del fiscal que denunció unos días antes de su muerte a la entonces presidenta Cristina Kirchner hoy son parte del gobierno. El entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni, es el ministro del área en la provincia de Buenos Aires. La madrugada del lunes 19 de enero del año 2015 se presentó en la torre Le Parc y desde ahí mantuvo informadas a la Presidenta y a la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez. La semana pasada Berni protagonizó una fuerte polémica con Frederic por el uso de las pistolas Taser y con el propio presidente Alberto Fernández que salió a avalar a su ministra. Cecilia Rodríguez dejó la secretaría de Seguridad en el municipio de Avellaneda y es jefa de gabinete del ministerio que tuvo a su cargo. Oscar Parrilli, el entonces interventor de la Secretaría de Inteligencia, es senador nacional y es de los pocos que han dado declaraciones, y fuertes, estos días. Es además uno de los entrevistados en el documental. Carlos Zannini, ex secretario de Legal y Técnica, es Procurador del Tesoro de la Nación. Y Cristina Fernández es vicepresidenta. Parrilli, Zannini y Cristina Kirchner fueron acusados por Nisman de haber firmado un pacto con Irán para encubrir la autoría del atentado contra la mutual en la calle Pasteur.
Para abocarse a la gestión y hablar más del futuro que del pasado, el Gobierno tomó una decisión hace algunos días: no dar relevancia a los temas conflictivos. Y mucho menos a él.
Si bien hay quienes sostienen que si se habla de Nisman la economía pasa a un segundo plano, otros creen que hablar del tema es hacerle un favor a los dirigentes de la oposición. “La marcha la convocó Elisa Carrió”, respondió una fuente para minimizar la convocatoria.
La agenda presidencial suele ser una incógnita diaria. Sin embargo, el miércoles 15 ya se sabía que el viernes 24 de enero el Presidente arrancaría con los viajes de su proyecto Capitales Alternativas. El primer destino iba a ser Mar del Plata. Para el jueves 16 estaba planificada una reunión de coordinación entre el Ministerio del Interior y asesores de Fernández. Varios de los protagonistas de esa reunión se encontraban en el Salón de los Pueblos Originarios saludando a los funcionarios de Jefatura de Gabinete en su jura cuando los sorprendió el anuncio del viaje presidencial a Israel. Cuando terminó el acto el equipo que organiza Capitales Alternativas tuvo la reunión prevista, aunque sólo avanzaron en cuestiones conceptuales a la espera de saber cuándo tendrá días libres el Presidente de la Nación que el 23 estará en Jerusalén y el 31 en El Vaticano con el Papa.
El vínculo con Estados Unidos e Israel ha sido motivo de especulaciones, análisis y varios encuentros. Un mes antes de asumir como presidente de la Nación Alberto Fernández recibió a la embajadora de Israel, Galit Ronen, en las oficinas que alquilaba por entonces en Puerto Madero. Esa misma mañana la diplomática lo invitó a visitar su país. Y este jueves el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, le confirmó la presencia del Presidente en el “Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo” que se realizará en el Museo de Yad Vashem en la ciudad de Jerusalén el 23 de este mes. A 75 años de la liberación de Auschwitz, Fernández quiere dar una señal a las víctimas del Holocausto y tal vez a las víctimas de los atentados que en la embajada de Israel y en la sede de la AMIA tuvieron lugar en la Argentina. Será su primer viaje al exterior como jefe de Estado.
En ese marco, en Casa Rosada aseguran querer despejar dudas respecto a los vínculos que mantendrá la gestión del Frente de Todos. Ninguna decisión al respecto, y su momento y forma de comunicación, fue ni casual ni una coincidencia.
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