Cobran tres mil pesos, la mitad en negro; trabajan ocho horas en turnos rotativos, reciben malos tratos de sus superiores; si faltan, por más que sea por enfermedad, les descuentan el días y el breve tiempo de descanso que poseen para salir de las cabinas para tomar algo o ir al baño está atado al ánimo del supervisor.
Así son las jornadas laborales de los 400 trabajadores de peajes de las autopistas y rutas de San Luis. Por esto, un grupo de empleados tomó la decisión de organizarse sindicalmente para hacer respetar sus derechos laborales y tomaron contacto con delegados del gremio de peajes (UECARA), para dar los primeros pasos. Sin embargo, chocaron con la intransigencia del Gobierno provincial que decidió echar a siete operarios con la promesa de seguir la sangría sin continuaban los reclamos. Entre los echados hay una embarazada que buscaba ser una de las dos delegadas que iba a tener la flamante comisión gremial. Por estos despidos y el accionar del Estado, este jueves se realizó una asamblea en el peaje de Justo Daract. "Los compañeros de peaje son sometidos a malos tratos y precarización laboral. El ministro (Industria), Walter Padula nos recibió y nosotros les explicamos la necesidad de organizar sindicalmente a los trabajadores de los peajes para llevar adelante medidas que mejoraran la situaciones de trabajo", dijo el secretario de organización sindical de UECARA, Gastón Giovanini. Y agregó: "La respuesta fue la de echar a siete trabajadores, donde hay una embarazada. Ella decidió representar a los compañeros y hacer uso de un derecho constitucional, como el 14 bis, donde deja plasmado la libre organización y elección sindical; pero el Gobierno la despidió", contó el gremialista. El grueso de los 400 operarios llegó a trabajar a los peajes desde el Plan de Inclusión Social con la promesa de capacitarlos e incorporarlos como empleados del sector, con todos los beneficios laborales previstos en la ley 20744 de Contrato de Trabajo. Sin embargo, pasaron más de cuatro años y los empleados continúan cobrando el plan social más un plus. "En Mackena redobla por cuatro lo que ganan en San Luis. Cobran el sueldo por el Plan de Inclusión y luego un plus para llegar a los $3000. El Ente de Control de Rutas no los toma como trabajadores del área sino como pasantes del Plan de Inclusión. Trabajan ocho horas en turnos rotativos, con dos francos. No se les paga aguinaldo y si un trabajador se enferma les descuentan el día", apuntó Giovaninni. Y denunció: " Hacen uso al horario de descanso según el deseo del supervisor. Si no tiene gana de que vayas al baño te la tenés que bancar en la cabina. Recibimos amenazas de represión de parte de directivos del Ente vamos a seguir insistiendo en esto porque es un reclamo justo. Queremos que paren de maltratar a los empleados".
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