La renegociación del acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno colombiano ha sido dura, intensa, difícil y compleja. Así lo hizo saber el jefe negociador del equipo de Presidencia, Humberto de La Calle, quien desde el fin de semana comenzó a publicar videos en las redes sociales informando diariamente cómo avanza la construcción del nuevo acuerdo de paz. Sin embargo, “vamos bien y lograremos sacar adelante un acuerdo muy pronto” aseguró el abogado la tarde de ayer desde Cuba, en un video fresco mientras camina entre las casas de protocolo del lujoso sector de El Laguito en la capital de la revolución.

En La Habana siguen reunidos en “cónclave” los negociadores y asesores de ambos equipos, quienes tienen la no sencilla tarea de estudiar, discutir y aprobar o rechazar más de 400 propuestas recibidas por el gobierno. Estas han sido agrupadas en 68 ejes temáticos que a su vez están agrupados en los seis temas de la agenda de conversaciones desarrollada por más de cuatro años de Diálogos de Paz.

Tras el triunfo del No en el Plebiscito del pasado 2 de octubre, cuando por un estrecho margen se impuso el rechazo al documento firmado por guerrilla y gobierno tras más de cuatro año de negociaciones, ahora, el tiempo apremia. Para preservar la estabilidad del cese del fuego bilateral gracias al cual prácticamente la guerra entre esa insurgencia y el Estado terminó, es necesario avanzar rápidamente en las reformas al texto, y pasar a la fase de implementación. Solo así, el Estado y la guerrilla misma tendrán garantías para continuar el silencio de los fusiles que ha dejado más de dos mil soldados y civiles menos muertos en más de un año de cese de hostilidades.

“La interrupción es sólo para la alimentación. Comisiones y garantes siguen trabajando en alcanzar el nuevo acuerdo de paz para Colombia”, informó también en redes sociales el plenipotenciario Ricardo Tellez o Rodrigo Granda, también conocido como el canciller de las Farc. Sus hombres y guerrilleras, entre tanto, continúan en lugares de preconcentración acercándose a las zonas veredales y puntos de transición previstos en el acuerdo que no fue avalado por los colombianos en las urnas, pero que sigue operando como hoja de ruta sobre la base de que el espíritu de lo firmado en Cartagena el pasado 26 de septiembre se mantendrá.

“Hay elementos centrales (del Acuerdo Final de Paz) que se han preservado y reafirmado”, aseguró ayer Humberto de la Calle en los videos que estrenan una nueva estrategia de comunicación más directa e inmediata entre el gobierno y los colombianos. En su testimonio agregó que están trabajando con mucha lealtad y que “con mucha honestidad estamos trayendo los puntos de vista del No”. Además, aseguró que en La Habana no se está creando un estado paralelo y por lo tanto se está revisando cómo preservar las competencias de alcaldes, el Congreso y demás autoridades locales y nacionales a la hora de iniciar la fase de implementación de los Acuerdos.

De la Calle también detalló que la noche del domingo se reunió con Rodrigo Londoño “Timochenko”, comandante de las Farc, para presentarle algunas cartas escritas por niños bogotanos. “Proyecto el futuro” fue el título que el jefe negociador de la insurgencia, Iván Márquez, le dio a la fotografía del encuentro que parecía tranquilo y afable.

Por su parte, víctimas como Angela Giraldo, familiar de un diputado secuestrado y asesinado en cautiverio, aseguran que “la paz no da espera” y “de no llegar rápidamente a un Acuerdo Definitivo se reactivará la guerra y los colombianos perderemos la oportunidad de avanzar hacia la paz y los ríos de este país volverán a nutrirse de sangre”.

De acuerdo con fuentes consultadas por Página/12 hoy estaría listo el nuevo acuerdo de paz pactado por gobierno y guerrilla, tras recibir y estudiar las propuestas de los contradictores del Proceso de Paz, entre ellos el Centro Democrático liderado por el senador Álvaro Uribe, y otros ex presidentes como Andrés Pastrana del Partido Conservador. Así mismo, líderes religiosos y un sector de los militares también promovieron el rechazo al acuerdo de paz en el plebiscito, lo que llevó a la renegociación actual en Cuba.