A pesar de la baja de retenciones temporales y en el medio de la volatilidad financiera, el campo redujo un 80% la liquidación semanal de dólares, de 120 millones diarios en febrero a mínimos de 20 millones diarios.
Por
CRISTIAN CARRILLO
A esta altura, todos los actores económicos, con excepción del propio Gobierno, advierten sobre el atraso cambiario y los distintos impactos que tiene y tendrá en los próximos meses. El equipo económico que lidera el ministro Luis Caputo asegura que la solución está a la vuelta de la esquina, cuando el Fondo Monetario -junto a otros organismos multilaterales de crédito- libere liquidez fresca y permita “duplicar el nivel de reservas”. En medio de esta situación, de las turbulencias financieras y a pesar de la baja de retenciones temporales, el sector agroexportador, hasta ahora el principal aportante de divisas, redujo un 80 por ciento la liquidación semanal de dólares, de 120 millones diarios en febrero a mínimos de 20 millones diarios.
El atraso cambiario ya había generado una ralentización en el ingreso de divisas del sector agropecuario, lo que el Gobierno buscó subsanarlo con una reducción temporal de las retenciones a los principales cultivos. En la última semana de enero, el Gobierno dispuso, entre otros, una baja de retenciones para la soja del 33 al 26 por ciento hasta el 30 de junio. En el caso de derivados (como el aceite), la reducción fue del 31 al 24,5 por ciento. Para acceder los productores deben presentar una Declaración Jurada de Venta (DJV) ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y liquidar los dólares de las ventas externas en un plazo no mayor a 15 días hábiles.
La medida, que les mejoró levemente la ecuación dado que actualmente reciben un dólar blend -que habilita a ingresar el 20 por ciento de los dólares por contado con liquidación-, da un guarismo de 1.115 pesos por dólar. Con la reducción de la brecha, ese resultado no distaba demasiado de lo que ofrece el dólar oficial (hoy en 1.091 pesos). Pero sumando la baja temporal de retenciones, los productores se vieron estimulados a liquidar un poco más.
El ingreso de divisas en febrero fue de 2.181 millones de dólares, con un aumento del 45 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior y un incremento del 5,2 por ciento en relación con enero 2025. “El ingreso de divisas del mes de febrero es el resultado del inicio del Decreto 38/25, que implica una baja transitoria de derechos de exportación para el complejo cerealero-oleaginoso, y que recién empezó a tener efectos a mediados de mes, cuando se finalizó con las reglamentaciones del mencionado decreto”, señalaron en su monitor mensual desde la cámara cerealera y aceitera (Ciara-CEC).
Se acabo el dulce
En marzo, cuando la presión por una devaluación comenzó a hacerse mayor, la liquidación del agro volvió a retroceder, lo que explica la fuerte intervención del Banco Central para evitar una disparada mayor en las variantes paralelas del billete verde. En los últimos ocho días el Central acumula ventas por 1.361 millones de dólares y el stock de reservas se ubica en el nivel más bajo desde septiembre del 2024. La última vez que compró fue el jueves 13 de marzo por 50 millones de dólares.
“En las últimas semanas se rompió el esquema de estabilización que estuvo ordenando la dinámica del mercado cambiario desde el blanqueo”, señaló el último informe de la consultora PxQ. Desde septiembre último, el BCRA compró 8.100 millones de dólares en el mercado cambiario oficial, aún a pesar de que tuvo déficit de cuenta corriente cambiaria de forma ininterrumpida. En otras palabras, mientras que el resultado comercial cambiario acumulado fue superavitario por 2.300 millones, el déficit de servicios alcanzó los - 3.600 millones y los pagos netos de intereses acumularon - 4.700 millones, el BCRA compró divisas porque la cuenta capital-financiera cambiaria por 7.000 millones. El ingreso de divisas por parte del sector privado (principalmente proveniente del blanqueo) permitió que el sector público pague deuda con el FMI y con acreedores privados.
El ingreso de divisas vía préstamos y emisión de instrumentos de deuda se sostuvo gracias al incentivo que se generó a través del esquema de crawling-peg del tipo de cambio oficial por debajo de la tasa de interés en pesos. Las compañías eligieron aumentar su apalancamiento en dólares (ya sea deuda comercial o financiera) porque les resultaba más conveniente que tomar préstamos en moneda local dada la diferencia entre la tasa de interés en pesos y la tasa en dólares, considerando la variación mensual del tipo de cambio oficial.
Sin embargo, este endeble equilibrio se rompe cuando entran en juego las expectativas futuras sobre el tipo de cambio oficial. “Si se observan los últimos meses, enero y febrero, los exportadores de cereales y oleaginosas liquidaron divisas a razón de 100 millones de dólares por día, un nivel de los más altos para el primer bimestre en la comparación histórica. La reducción momentánea de retenciones también reforzó este comportamiento”, explicó la consultora el ex viceministro Emmanuel Álvarez Agis. Las dudas acerca del esquema cambiario en el marco del acuerdo con el FMI también podrían derivar en cambios en esta dinámica, puesto que el aumento de las expectativas de devaluación potencian la probabilidad de un desapalancamiento en dólares del sector privado.
Los rumores acerca de un posible cambio en el esquema cambiario en el marco del acuerdo con el FMI dispararon la demanda de divisas del sector privado en el mercado oficial, llegando a un volumen negociado de 1.200 millones de dólares (el 14 de marzo), récord diario en la gestión actual. Después del salto en el volumen de negociación de ese viernes, el volumen se normalizó alrededor de 500 millones diarios. Sin embargo, el BCRA continuó vendiendo divisas diariamente dado que lo que cayó fue la oferta de divisas.
“Para tomar noción, el complejo oleaginoso-cerealero pasó de liquidar 120 millones de dólares por día entre el 14 de febrero y el 14 de marzo a 80 millones promedio en la última semana con mínimos de 20 millones”, dice el documento de PxQ. Mientras tanto, según el monitor de Ciara-CEC, el 31 por ciento de la cosecha de soja 2024 -a menos de dos meses de que entre la nueva campaña-, estimado en 15.560 millones tonelada, todavía no tiene precio. En el sector ya no se contentan con bajas temporales de retenciones -que exigen sean permanentes- ni con un mix de tipos de cambio, dado que descuentan, como el resto de la economía una modificación en el régimen cambiario (léase devaluación).
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