En la primera jornada de la audiencia pública, sostuvo su propuesta de un aumento promedio del 203%
"¿Le parece que empecemos con el auditorio a medio llenar?" Eran las 9, hora prevista para el inicio de la audiencia pública destinada a discutir el aumento de la tarifa del gas, pero sólo había unas 60 personas en el recinto de la Usina del Arte.
Inquieto, el ministro de Energía, Juan José Aranguren , intentó demorarla. Con un cronograma apretado por la gran cantidad de expositores, el moderador Javier Corcuera no tenía ninguna intención en retrasar el asunto. "Les damos 15 minutos", respondió. Serio, Aranguren soltó una frase que expuso lo que significó la presentación para el Gobierno. "Van a decir que no quisimos esperar", se lamentó el ministro.
Es que nada podía salir mal. Pero la presión de los primeros minutos se aflojó rápidamente. El Gobierno logró salir airoso en el primer día de la audiencia pública, según la evaluación que realizaron fuentes cercanas a Mauricio Macri .
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Después del duro revés que significó el fallo de la Corte Suprema que frenó el incremento del servicio público, la Casa Rosada buscó avanzar con un nuevo cuadro tarifario con el acuerdo de gobernadores y legisladores de la oposición.
El resultado quedó expuesto ayer en la Usina del Arte. Ante un escenario que a priori parecía complicado y adverso, Aranguren pudo explicar los detalles del nuevo cuadro tarifario que la Casa Rosada impulsará en las próximas semanas sin inconvenientes. Sólo hubo unos pocos gritos y prácticamente ningún cuestionamiento de fondo. Nada que comprometiera la propuesta de una suba promedio de 203%.
"Cumplimos con la Corte y sin costo político. En este tiempo pudimos instalar que el cuadro tarifario vigente era un desquicio, donde los pobres subsidiaban a los ricos. Si logramos atravesar toda la audiencia como ayer, habremos superado el último gran obstáculo de este año", analizó uno de los hombres de máxima confianza del Presidente.
Aranguren ratificó que el Gobierno planea aumentar las tarifas un 203% en promedio. Según describió, los usuarios residenciales (representan el 56%) de las categorías de menor consumo pagarán en promedio 107 pesos por mes. Los de la categoría media, el 31% del total, pagarán 371 pesos por mes. Mientras que el 13% que pertenece a la categoría más alta pagará un promedio mensual de $ 953.
Si las aspiraciones del Gobierno se cumplieran sin modificaciones, tras la readecuación de las tarifas en octubre los subsidios que los hogares reciben en su tarifa bajarán del 81 al 50%. Además, se harán ajustes por porcentajes fijos en abril y octubre de cada año hasta llegar a la eliminación de los subsidios en 2019, objetivo fundamental para la administración nacional. Salvo en la Patagonia, Malargüe y la Puna, donde la reducción terminará en 2022. Esto, según planteó Aranguren, representa US$ 5700 millones anuales.
"El sistema de suministro de gas se encuentra distorsionado; es desigual, injusto y obsoleto. Hay una superposición de subsidios, programas y tarifas acumulados durante años y es injusto porque una parte muy importante de los subsidios va a los hogares de mayores ingresos", destacó Aranguren, que habló los 20 minutos que tenía previsto. Tras su discurso, ya sin saco, el ministro de Energía siguió atentamente todas las exposiciones acompañado por un pequeño grupo de colaboradores.
Sin salirse del plan, Aranguren, el primer orador de la audiencia, realizó un detallado informe del estado de situación que atraviesa el país en materia energética y ratificó el plan de incrementos que anunció hace tres semanas ante gobernadores y legisladores. Si bien Aranguren anticipó que el Gobierno escuchará los reclamos y no descartó modificaciones, lo cierto es que hasta el momento el Gobierno "no escuchó" argumentos que indiquen que el nuevo cuadro tarifario requiera modificaciones. Eso sí, Aranguren tomó nota de todos los reclamos y los evaluará, aseguraron fuentes cercanas al ministro.
"¡Estuvo ahí todo el día! Va a escuchar a todos? ¡Está loco!", destacó uno de los funcionarios de primera línea que llegaron hasta la Usina del Arte para monitorear todo lo que ocurrió.
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