Más allá de los resultados aún inciertos del plan de vacunación contra el Covid y el comportamiento de la curva de infectados al momento de los comicios, desde el gobierno están convencidos que el Frente de Todos ganará las elecciones legislativas de noviembre por tres motivos centrales: el peso de la herencia de Macri, el rebote de la economía y las muestras de un Estado presente durante la crisis sanitaria.

Con diferentes tonos en el mensaje la gran mayoría de los funcionarios de la Casa Rosada y los principales candidatos del oficialismo creen que con el Frente de Todos superará en votos a la oposición de Juntos por el Cambio y habrá un respaldo a la gestión de Alberto Fernández.

¿Cuáles son los motivos centrales por los que funcionarios y candidatos oficialistas creen que ganarán las elecciones?

1- LA HERENCIA MACRISTA. 

En la Casa Rosada aseguraron a El Cronista que la herencia que dejó Mauricio Macri en la economía aún tiene un peso fuerte en el imaginario colectivo.

"No es la pelea interna que muestran los candidatos de Juntos por el Cambio la que va a pesar en la elección porque eso sólo impacta en un pequeño núcleo duro de los que seguimos la política de cerca. Lo que pesará realmente es la economía que dejó Macri y sus secuelas que hubo que afrontar", explicó un destacado funcionario de la Jefatura de Gabinete.

En este sentido, no es casual que la palabra "herencia de Macri" aparezca reiteradamente en todos los mensajes emitidos por los candidatos y en el Decálogo que entregó Alberto Fernández a los postulantes del Frente de Todos para unificar el discurso electoral.

Allí se recuerda y se va a reiterar en la campaña oficialista los niveles de desempleo, pobreza y deuda que dejó la administración anterior. Se toman ejemplos de todo tipo a la hora de reforzar la herencia que dejó Macri: ya sea en términos de obra pública, nivel de gasto y problemas en las provincias. 

La palabra Macri se reitera como un latiguillo en el discurso proselitista del oficialismo porque hay un convencimiento generalizado de que ello impactará fuertemente en las urnas.

2-UN ESTADO PRESENTE.

El ex ministro de Desarrollo Social y actual candidato a diputado del FDT, Daniel Arroyo, expresó a El Cronista que "vamos a tener una muy buena elección porque la gente distingue los que trabajan de los que hablan. Los que hemos estado poniéndole el cuerpo a la pandemia y hemos trabajado: hay un reconocimiento de lo que hizo el gobierno en medio de esta crisis y ese es nuestro principal activo en este proceso".

Las expresiones de Arroyo se repiten en varios despachos oficiales como un mantra. En este eje discursivo se incluye la idea de "un Estado presente y al lado del ciudadano" en la pandemia; el amplio abanico de programas sociales que se dieron para atender la crisis como ser el IFE, la ampliación de la AUH y la Tarjeta Alimentar, los ATP y diferentes esquemas de ayuda social que aparecieron al ritmo de los contagios y el cierre de negocios por la cuarentena.

En el gobierno están convencidos de que más allá de los resultados deplorables que dejó la pandemia en términos sanitarios y económicos la gente no olvidará la presencia de "un Presidente que optó por proteger la vida de los argentinos", como repiquetean candidatos y funcionarios.

"Está claro que las decisiones que tomó el Presidente en medio de la pandemia son valoradas por la población porque puso prioridad en la vida y levantó al sistema público no sólo en el Ministerio de Salud para evitar el colapso sanitario sino en reforzar la infraestructura hospitalaria en todo el país de manera muy importante", dijo a El Cronista la primer candidata a diputada del FDT, Victoria Tolosa Paz.

En este esquema se toma en cuenta desde luego la idea de que el plan de vacunación terminará siendo un éxito para noviembre con más del 80% de la gente vacunada con dos dosis a pesar de que aún falta un buen tramo para esto.

3-LA RECUPERACION ECONOMICA. 

Y el tercer eje discursivo que se plantea el oficialismo como llave para victoria electoral del FDT es la reactivación de la economía que, según aseguran, empieza a aparecer.

"A pesar de que estamos transitando un momento difícil se ve que hay una recuperación de la actividad económica. Va mejorando la situación social en los barrios a pesar del momento", añadió en este sentido Arroyo.

Al ministro de Economía, Martín Guzmán, no le gusta hablar del "efecto rebote" y prefiere mencionar la idea de recuperación económica en términos de evaluación de la gestión. El mismo Alberto Fernández dijo en estos días con entusiasmo que el producto bruto interno argentino va a crecer en torno al 7% este año y 4,5% el año próximo.

A la vez, en el gobierno se aferran a los datos del INDEC que muestran que la cantidad de puestos de trabajo pasó de 19,5 millones en diciembre 2019 a 15,2 millones con la crisis sanitaria del segundo trimestre 2020. Y en el primer trimestre del 2021 llegó a 19,1 millones de empleos.

Todos los documentos de apoyo para los candidatos que emanaron en estos días de la Casa Rosada hablan de datos duros de recuperación de la economía como ser niveles de inversión, crecimiento del empleo y aumento de la actividad industrial. Este es el efecto rebote que el gobierno confía llegará a su esplendor en noviembre para ganar los comicios.