La Libertad Avanza plantea una estrategia de “nosotros o los K”. La eliminación del centro y la diferenciación para fragmentar al partido de Macri y al PJ en las provincias
En un contexto político marcado por la consolidación del oficialismo libertario y la fragmentación de las fuerzas opositoras, La Libertad Avanza (LLA), liderada por Javier Milei, ha logrado un avance significativo en las estructuras partidarias. Tras 14 meses de gestión, el gobierno libertario no solo busca ampliar su representación en el Congreso, donde actualmente tiene garantizado un crecimiento al poner en juego solo dos bancas, sino que también aspira a consolidar una hegemonía en el ámbito legislativo y expandirse en las provincias como preparación para las elecciones de 2027.
El impacto de los libertarios en el escenario político argentino ha sido profundo, comparable al surgimiento del PRO tras la crisis de 2001, pero con características distintas. Milei, quien llegó a la presidencia sin una estructura partidaria tradicional y con un discurso disruptivo, ha transformado el panorama político. Su administración ha implementado un fuerte ajuste económico y ha retomado relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que ha generado tensiones tanto dentro como fuera de su coalición.
El avance de los libertarios ha generado una crisis interna en el PRO, que enfrenta divisiones significativas en su bloque legislativo. Actualmente, el PRO se encuentra fragmentado en tres sectores principales: los seguidores de Mauricio Macri, los afines a Horacio Rodríguez Larreta y un grupo mayoritario que se identifica más con los valores libertarios que con los tradicionales del PRO.
Una fuente del PRO libertario explicó que, aunque la unidad del bloque se mantendrá al menos hasta noviembre, esta decisión responde más a una estrategia política que a una afinidad ideológica. “Vamos a tratar de mantener todo lo que podamos la unidad porque nos conviene darle el número al oficialismo y porque además, si se rompe, automáticamente se arma el PRO opositor y ese sector en minoría debería terminar votando con el kirchnerismo”, afirmó el legislador.
La estrategia libertaria dentro del PRO se centra en consolidar su influencia en la provincia de Buenos Aires, un territorio clave para las próximas elecciones. En este contexto, la reciente fotografía de Cristian Ritondo y Diego Santilli junto a Javier y Karina Milei ha dejado al sector macrista sin opciones claras. El objetivo del oficialismo es polarizar la elección entre el gobierno y el kirchnerismo, dejando al PRO tradicional en una posición debilitada.
Javier Milei y Mauricio Macri
El impacto de La Libertad Avanza no se limita al ámbito nacional, sino que también se extiende a las provincias. De los 24 distritos del país, Juntos por el Cambio ganó en 10, pero el PRO solo cuenta con dos gobernadores: Entre Ríos y Chubut, quienes priorizan intereses locales sobre los nacionales.
En provincias clave como Chaco y Santa Fe, los libertarios han logrado sumar apoyos significativos. En Chaco, el gobernador radical Leandro Zdero anunció su unidad con LLA, mientras que en Santa Fe, cinco de los seis legisladores radicales ya se alinearon con Milei. Además, en Mendoza, la relación entre el oficialismo provincial y el gobierno nacional es favorable para los libertarios.
En la provincia de Buenos Aires, el PRO ha perdido terreno de manera notable. De los 16 intendentes que tenía a principios de año, varios han mostrado afinidad con el oficialismo libertario. Tres de Febrero, Capitán Sarmiento y Mar del Plata ya han dado el salto, mientras que distritos como San Isidro, Pergamino y 25 de Mayo mantienen vínculos estrechos con el mundo libertario.
El PJ también enfrenta divisiones internas
El avance de los libertarios no solo ha afectado al PRO, sino también al Partido Justicialista (PJ), que enfrenta una fragmentación interna en varias provincias. Distritos como Buenos Aires, Catamarca, Formosa, La Pampa, La Rioja, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán y Tierra del Fuego están gobernados por dirigentes peronistas con diferentes grados de cercanía a la conducción de Cristina Kirchner.
Cristina Kirchner REUTERS)
En provincias como Catamarca, Tucumán y Chaco, el kirchnerismo ha decidido competir con listas propias, separándose de los oficialismos provinciales. Según explicó un dirigente del PJ a Infobae, esta estrategia refleja las tensiones internas del partido. “Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) juegan para ellos. Lo vienen haciendo en el Congreso con un bloque propio los tucumanos y con ausencias los catamarqueños”, afirmó.
En Córdoba, la distancia entre el peronismo local y la cúpula del PJ es evidente, mientras que en Santiago del Estero y Salta, aunque no son gobernadas por el PJ, también se observa una separación respecto al kirchnerismo. Esta fragmentación beneficia a los libertarios, quienes buscan dividir el voto opositor para consolidar su posición.
La estrategia de La Libertad Avanza se basa en polarizar el escenario político y debilitar a sus principales adversarios. El oficialismo busca reducir el espacio del centro político y tensionar tanto al PRO como al PJ. En la provincia de Buenos Aires, donde la disputa se concentra entre el kicillofismo y el kirchnerismo, el gobierno apuesta a captar el voto del progresismo y del peronismo descontento, alineándolo con figuras como Facundo Manes del radicalismo.
“En donde no se puede imponer una línea, se busca dividir el voto a toda costa y siempre con la misma idea: somos nosotros o el kirchnerismo”, afirmó una fuente del oficialismo. Esta estrategia, que combina la cooptación de dirigentes y la fragmentación de las fuerzas opositoras, ha permitido a los libertarios consolidar su posición como una fuerza política dominante en Argentina.
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