Monzó cuenta con una mayoría justa y los 6 diputados de Zamora desnivelan. Algunos peronistas colaborarán con abstenciones, pero prefieren sesionar el 31. El poroteo.
Cambiemos intentará aprobar el miércoles de la semana que viene el Presupuesto 2019 en Diputados y si bien Emilio Monzó cree tener los votos para sancionarlo, el conteo está ajustado y busca confirmar a los seis diputados santiagueños de gerardo Zamora para llegar tranquilos.
No es un grupo fácil: En diciembre el primer intento por aprobar la reforma previsional falló entre otras cosas porque tres de los diputados leales a Zamora nunca llegaron para dar quórum. Nicolás Massot pasó gran parte de la media hora de espera pidiéndole explicaciones a Graciela Navarro, la única que esa vez votó a favor y en agosto sufrió un ACV que la alejó de las tareas legislativas.
Según supo LPO, aunque Zamora siempre respaldó la idea de no bloquear el Presupuesto y en el Ministerio del Interior confían en su palabra tras lograr su firma para la adenda del pacto fiscal, en estos días no estuvo muy activo y sus legisladores esperan instrucciones finales para moverse. Antes, no hablan con nadie.
Sin ellos, a Cambiemos no le sobra nada y para no correr riesgos necesita que algunos peronistas y massistas rebeldes ayuden con el quórum y se abstengan en la votación, que en los hechos es como abandonar el recinto y reducir la cantidad de diputados necesarios para aprobar una ley.
Monzó y Massot se habrían asegurado una mayoría para aprobar la ley de leyes, pero los diputados de Santiago el Estero les darían tranquilidad. Un sector del PJ lo quiere tratar el 31.
Para no quedar atado a ese favor, Emilio Monzó y Massot habrían confirmado algunos votos más que los 129 necesarios para el quórum, pero no tantos como para dormir en paz el fin de semana.
Parten de los 108 de Cambiemos, los 3 aliados de Evolución, el bloque de Martín Lousteau, la neuquina Alma Sapag y 18 de los 33 diputados de Argentina Federal, el interbloque referenciado en gobernadores.
Garantizaron su respaldo el salteño Pablo Kosiner y su coterráneo Andrés Zottos, los dos entrerrianos (Juan Bahilo y Mayda Cresto); los cuatro cordobeses (Juan Brügge, Paulo Cassinero, Martín Llaryora y Alejandra Vigo), los cinco misioneros (Verónica Derna, Daniel Distefano, Jorge Franco, Flavia Morales y Ricardo Wellbach), los tres sanjuaninos (Graciela Caselles, María Marianetti Peñaloza y Walberto Allende) y los dos chaqueños (Juan Mosqueda y Elda Pertile).
Podría ayudar el riojano Danilo Flores, pero no Luis Beder Herrera, enfrentado a su sucesor en la gobernación, Sergio Casas. El salteño Javier David sigue estudiando los balances y los tres tucumanos cercanos al gobernador Juan Manzur se hacen desear y piden conocer el acuerdo con el FMI antes de tratar el presupuesto. Recién el viernes lo trata el directorio.
Un dato alentador para la Rosada es que los dos pampeanos cercanos a Carlos Verna, que no habla con Frigerio, se abstendrían si el martes llegan algunos gestos en última versión del dictamen final.
Exigen entre otras cosas que el fondo que se creará en el Ministerio de Transporte para subsidiar a los colectivos del interior del país no sea manejado con discrecionalidad por Guillermo Dietrich. Un planteo similar hicieron los diputados radicales, que reclaman además gravar Ganancias a los jueces en la misma sesión.
Ese y otros temas deberán definirse en la última reunión de Comisión porque en el Gobierno no quieren volver a enterarse de madrugada que sus aliados para votar el presupuesto en general, luego se unieron al kirchnerismo para cambiar sus artículos centrales. Sucedió en leyes troncales como el blanqueo, la reforma tributaria y en algunos presupuestos anteriores.
Los otros 6 diputados de Argentina Federal son los "sin tierra", o sea, sin gobernadores jefes, critican la letra chica del presupuesto y son liderados por Diego Bossio.
Dietrich manejará un fondo para subsidiar el transporte en las capitales
Algunos más mesurados quieren ayudar con el quórum pero otros estudian alguna maniobra para demorar la votación hasta el miércoles 31 y al menos suavizar los ataques del kirchnerismo, que con una marcha multitudinaria, adentro y afuera del recinto identificará cómplices del ajuste de Macri, sin diferenciar votos a favor de abstenciones o ausencias funcionales.
En Cambiemos anhelan que el peronismo "racional" no tense la cuerda y evite una crisis política de final incierto y reclama lo mismo al Frente Renovador, pero ahí no la tiene fácil.
Sólo confían en el voto a favor de Rosa Muñoz y recordada por confesar presiones de su gobernador Mariano Arcioni para colaborar con la reforma previsional. Parece que se repitieron, pero esta vez, además, fue indispensable borrar los artículos que recortaban asignaciones y pensiones en la Patagonia, uno de los cambios al proyecto original anunciados por Luciano Laspina.
El resto de los conducidos por Graciela Camaño no tiene una posición unánime y hay mucha interna entre los más cristinistas (Facundo Moyano y Felipe Solá) y los reacios a cualquier relación carnal con Agustín Rossi. Un dato: Marco Lavagna anunció este jueves que votarán en contra de la ley de consenso fiscal, o sea, no habrá abstención para colaborar.
Del resto del recinto pueden llegar algunas ayudas como los dos catamarqueños Silvana Ginocchio y Gustavo Saadi, a la espera de una charla final con su gobernadora, Lucía Corpacci.
Pero no habrá mayor tranquilidad para Macri que confirmar que los santiagueños irán a la sesión a pulsar el botón verde las veces que sea necesario. Llamarán al gobernador hasta último momento. Para estar seguros.
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